jueves, 11 de septiembre de 2025
Judicial/ Creado el: 2014-04-10 08:30

“Pacho será la luz” para la paz

El último adiós a Francisco Polanía Gutiérrez fue masivo. La indignación no se dejaba de comentar. Familiares y amigos lo recordaron como un hombre bueno. Uno de ellos dijo que “Pacho será la luz, alma y fortaleza”.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 10 de 2014

En el sepelio de don Francisco Polanía Gutiérrez, asesinado mientras estaba en cautiverio, uno de sus amigos invitó a la construcción de la paz. La noticia de la muerte sorprendió a sus parientes y conocidos el pasado martes. Ayer le dieron el último adiós entre flores blancas y frases que lo recordaron como un hombre bueno y respetuoso. “Que Dios lo tenga en la gloria”, comentó su amigo al finalizar su intervención.

De igual forma, en las manifestaciones realizadas en la iglesia Camponúñez ayer en la mañana durante la ceremonia religiosa de despedida, pidió orar “por aquellos que quieren obstaculizar la paz”. En la construcción de esa paz dijo que Pacho, como lo llamaban cariñosamente, “será luz, alma y fortaleza”. En el templo también habló su hijo en medio de sollozos. “Vivirás para siempre con nosotros”, expresó ante la multitud que lo respaldó con un fuerte aplauso.

“A Pacho le dolía la injusticia social”, recordó un pariente suyo en la velación. “Nadie puede creerlo”, “Yo aún no me la creo, no se lo merecía”, comentaban. En la sala de aire acondicionado y sillones blancos, lamentaron la muerte del hombre de 67 años que amó el campo y vivía para él. Sembró arroz y crio ganado. Al lugar llegaron grandes ramos de flores. A eso olía: a flores, a silencio, a tristeza.

Polanía Gutiérrez disfrutaba mucho de la naturaleza. Entre el municipio de Yaguará, su pueblo natal, y Neiva viajaba constantemente. Y fue en uno de esos desplazamientos que delincuentes lo abordaron para llevárselo hasta zona rural de Hobo. El sábado cinco de abril unos hombres lo privaron de la libertad y el domingo lo habrían asesinado. Allá fue encontrado su cuerpo después de las indicaciones de un hombre que sería un participante del ilícito. “Fue un asesinato vil”, manifestó uno de sus familiares.

Según relatos de un pariente cercano, el ganadero había sido víctima de extorsiones desde tiempo atrás. “Él era un hombre intachable, nunca hizo un negocio mal habido. Era además muy justo con los trabajadores, muy humanitario”, recordó. A don Francisco lo recuerda “chiquito, cabezón y canoso... era serio pero sabía el momento en el que podía expresar su sentido del humor”.

Francisco Polanía gozaba sembrando árboles, haciendo jardines. A su casa llevaba gatos que adoptaba y “llenaba sus fincas de perros, le gustaban mucho”. Ayer en su sepelio, por supuesto, hubo rostros acongojados.