“Es consumidora, no distribuidora”
Inició el juicio oral en contra de Diana Estefanía Herrera Rivera sindicada por fabricación, tráfico y porte de estupefacientes.

Llegó a la audiencia sonriendo y con los ojos y boca maquillados. Vestía de verde pastel y llevaba el cabello suelto. La Fiscalía anunció que demostraría que la mujer hacía parte de un grupo de personas que se dedicaba al comercio de cocaína en el sur de Neiva. Por su parte, la defensa anunció que comprobará que ella simplemente es consumidora.
Diana Estefanía cumplirá 22 años de edad en dos días y en doce, un año en la cárcel de Rivera. La capturaron el 20 de mayo de 2013 después de un allanamiento a una vivienda en el barrio Santa Isabel. La Sijín de la Policía Metropolitana de Neiva, después de recibir información sobre la existencia de un lugar de expendio de estupefacientes, realizó la diligencia de registro.
Dijo dedicarse “a la casa” y haber cursado hasta séptimo de bachillerato en el colegio José Eustasio Rivera. También expresó, con contundencia, “Me declaro inocente”. El fiscal Primero Seccional, encargado del caso, dijo que probará al juez Segundo Penal del Circuito con funciones de conocimiento, que Herrera Rivera “junto a otras personas almacenaba sustancias alucinógenas con fines de distribución”.
Mientras tanto, la defensa mantiene el argumento de que la joven es consumidora. Además, el abogado comentó que la vivienda donde fue arrestada no es el lugar de residencia de la indiciada. Ella manifestó que vivía en el barrio Jardín. En la casa del allanamiento, a la cual entraron por la fuerza uniformados de la Sijín, estaban tres personas entre ellas Diana Estefanía. En dos de las habitaciones había papeletas con base de coca. El informe judicial habla de 140 dosis del estupefaciente. Los dos hombres que capturaron en ese momento aceptaron los cargos e hicieron preacuerdo con la Fiscalía.
El primer testigo, un investigador judicial de la Sijín le contó a las partes que gracias a información de habitantes de Santa Isabel “de un lugar destino a la distribución de estupefacientes” un juez de control de garantías dio la orden de registro. “Nos identificamos y no abrieron, entonces forzamos la puerta con una palanca y dentro de la vivienda se encontraban tres personas”, relató el policía.