Triste adiós a Carmen Helena

Familiares amigos, compañeros de trabajo acompañaron el último adiós de la mujer asesinada en la madrugada del lunes por un desconocido que le disparó cuando se encontraba en su residencia del barrio Quintas de Trinidad de la ciudad de Pitalito.

A los actos religiosos no asistió Nelson Javier Urbano, su hijo de catorce años. “Él fue quien la cargó en sus brazos cuando ella estaba agonizando, lo último que escuchó de su mamá fue ′mijito me mataron′ y luego murió”.

El menor es uno de los más afectados por el inesperado y violento fallecimiento de su progenitora. Los despojos fueron puestos en cámara ardiente en una de las salas de velación de la Funeraria Capillas de la Paz.

Hacia la 1:00 p. m. de ayer el cuerpo sin vida de la mujer fue llevado hasta el templo de la Parroquia de Nuestra Señora de Balvanera. Sus familiares se hicieron en las bancas a los costados. Acompañando el cofre estaban su progenitora doña Carmen, su hijo Juan José, de 10 años, y Diego Urbano quien durante toda la misa de despedida se mostró muy conmocionado por la muerte de su hermana. Nadie lo podía consolar, llorar y abrazar el cofre era el único calmante.

El templo además se llenó en su totalidad con aprendices del programa profesional Gestión de Mercados quienes fueron sus compañeros de clases en la jornada nocturna, junto a directivos del Centro de Desarrollo Sostenible Sur Colombiano.

Algunos se acercaron hasta el ataúd a darle el último adiós. Otros provocaron muchas lágrimas cuando hablaron de Carmen Helena Urbano la madre y mujer luchadora quien con mucho esfuerzo y ejemplo educó a sus dos hijos.
“Ella era una mujer muy buena, caracterizada por ser trabajadora y servirle a los demás. Paz en su tumba”, señaló Rigoberto Palma.