lunes, 21 de julio de 2025
Judicial/ Creado el: 2014-04-01 04:44

Todo convertido en cenizas

Dos familias lo perdieron todo después de una fuerte conflagración en el asentamiento Villa Marinela en Neiva. No hubo víctimas. Un bebé de tres meses quedó a salvo pero la incertidumbre de conseguir un nuevo techo es evidente.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 01 de 2014

No quedó nada excepto las cenizas y el desconsuelo. Un gran incendio consumió dos viviendas en el asentamiento Villa Marinela, norte de Neiva. Una joven familia y una señora y su hijo quedaron sin dónde dormir después de que la conflagración que habría iniciado por un cortocircuito que produjeron unos cables de alta tensión instalados de manera fraudulenta en este sector subnormal de la capital huilense.

Carlos Alberto Marín, de 20 años de edad, estaba con su bebé de tres meses de nacido cuando se dio cuenta que el fuego se acercaba a su vivienda. Salió corriendo del lugar rescatándolo. “Yo saqué a mi chiquito y no pensé en nada más”, dijo en medio de la tristeza y el olor a humo. Su compañera sentimental, de 16, se enteró de lo sucedido después de regresar de su trabajo. La fortuna para ella fue encontrar a su primogénito sano y salvo.

La ropa, las camas, la vajilla, la nevera, la lavadora y hasta dos pajaritos australianos quedaron totalmente calcinados. Carlos Alberto lloraba pero su madre le recordaba que nada cambia el hecho de no resultar lesionados. “Eso volvemos y la levantamos (la casa)”, le decía mientras lo abrazaba. El viento habría traído las llamas de la casa contigua. La nevera y la lavadora apenas las había empezado a pagar este joven mototaxista. Hace dos años habitaban allí.

Mientras tanto, la casa de Luz Yineth Chala Plaza fue la primera en quedar hecha cenizas. A ella la llamaron a decirle pero no creía. “No pudimos sacar nada, ya todo se había quemado”. Sus dos televisores, el equipo de sonido y los demás muebles desaparecieron por el fuego. Los bomberos acudieron al lugar pero los enseres ya se habían perdido. Una psicóloga llegó después a hablar con los damnificados por la tragedia.

*Fotos: Paulina Yáñez Vargas