Todo apunta a que fue una venganza

Los comerciantes asesinados conservaban todas sus pertenencias. José Guevara Rico, de 59 años de edad, habría terminado en discordia unos negocios de compraventa de ganado con un señor conocido como El Paisa en Rivera, según denunció uno de sus parientes. Ariel Antonio Manchola, de 30, se habría encontrado con su patrón el lunes en la tarde. “Dicen que fue una venganza pero él era una persona correcta, honesta, no le quitaba nada a nadie”, también expresó una hermana.

“Tememos que se los llevaron encañonados”, supuso uno hermano de Guevara Rico mientras esperaba que entregaran el cuerpo en Medicina Legal. Con sus allegados comentaron que los comerciantes de ganado de 59 y 32 años se encontraron el lunes en la estacion de gasolina del municipio de Rivera. Desde ese lugar los habrían conducido hasta la vereda El Vergel de esta localidad, sitio donde los encontraron muertos con tiros de gracia. Posiblemente unos hombres, con los cuales se encontraron allí y que al parecer se transportaban en un carro color gris, los llevaron hasta esa zona deshabitada para matarlos. Los parientes esperan que haya registro de video que pueda ayudar a dar con los responsables.

Guevara Rico apareció en el mismo puesto de conductor en posición que supone que quiso descender de su carro. “Él no alcanzó ni a poner los pies en el piso”, contó. El señor hacía seis meses aproximadamente estaba comprando y vendiendo ganado que después alojaba en su finca La Esmeralda en Rivera, donde vivió desde el 2010. Antes de comercializar con bovinos fue psicultor y tuvo estanques en la represa de Betania. “El que sabía del negocio era el otro muchacho”, relató el hermano de don José. Ariel Antonio estaría trabajando con la persona que lo acompañó en el triste final desde principios del año 2014.

Los restos mortales regresaron a sus lugares de origen. Ariel Antonio Manchola regresó a La Plata y José Guevara Rico a la ciudad de Bogotá. Las dudas de los móviles del doble asesinato de los comerciantes continúan. Los familiares sólo esperan que el hecho se esclarezca. “Eso quién sabe cómo sería”, dijeron.