viernes, 12 de septiembre de 2025
Judicial/ Creado el: 2014-06-18 07:45

Sepultaron a niños asesinados a manos de su padre

En el poblado de San Antonio de Anaconia, su familia le dio el último adiós a los hermanitos María Paula, de 7 años y Miguel Ángel, de 5, en medio del inmenso dolor por su violenta partida.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | junio 18 de 2014

En la misma iglesia del pueblo a donde cada domingo Isaac Pimentel llevaba a sus dos hijos a la celebración de la misa, en San Antonio de Anaconia, en zona rural de Neiva, se realizaron ayer hacia las 3:00 de la tarde, las honras fúnebres de los niños asesinados a manos de su propio padre el pasado domingo, al parecer en un momento de desespero al no aceptar que su esposa había decidido no volver definitivamente con él. Después también se quitó la vida.

Una multitud acompañó hasta su última morada a los hermanitos María Paula y Miguel Ángel Pimentel Cruz, en medio de escenas de llanto y de dolor. Los habitantes de esta pequeña población, ubicada al costado oriente de la capital huilense, no salen del asombro de la manera tan repudiable como el padre acabó con la existencia de los dos pequeños, pues allí Isaac Pimentel, de 49 años de edad, era conocido como una persona calmada, sencilla y no se le observó una conducta violenta, menos con sus dos hijos.

Fueron momentos desgarradores para la madre de los niños, Luz Deisy Cruz, de 24 años. “Se fueron y no me llevaron”, gritaba desconsolada. Junto a ella permaneció una persona brindándole la ayuda psicológica para enfrentar el amargo episodio.

Hoy sepultarán al padre

Se conoció que el cuerpo sin vida de Isaac Pimentel es velado en una funeraria en Neiva y hoy será trasladado hasta San Antonio para ser sepultado. El hombre no soportó que su mujer lo abandonara. La pareja se había dejado hace cuatro meses y desde entonces los niños convivían en la casa de los abuelos maternos en el sector de la vereda Santa Lucía, mientras que el padre los sacaba a pasear los fines de semana.

Luego de recogerlos este domingo anterior, Pimentel llegó a Neiva con los niños con la esperanza de reconciliarse con la joven. El padre le compró ropa a los pequeños y luego se dirigió al pueblo, pero no los entregó a sus abuelos, sino que los llevó a su finca y en un paraje los asesinó con un cuchillo. Horas después él también se quitó la vida.