Presunto miliciano aceptó cargos
Antonio Jara Romero aceptó el cargo de rebelión imputado por la Fiscalía. No obstante, un representante del Comité Permanente por la Defensa de Derechos Humanos -Cpdh- manifestó que se trata de un campesino militante de la Unión Patriótica (UP) que, como muchos colombianos habitantes de zonas de fuerte influencia guerrillera, se vio obligado a “colaborar” con las Farc. Según el ente acusador, Jara Romero sería miliciano del frente 25 del grupo armado ilegal.

La investigación contra el presunto colaborador de la guerrilla inició hace un año después de las declaraciones de tres desmovilizados en las que aseguran que don Antonio hacía inteligencia, daba información sobre movimiento de tropas del Ejército, tenía contacto directo con comandantes de las Farc y les guardaba víveres y armas.
El delito es calificado como permanente puesto que al parecer esas acciones se venían realizando desde el 2010 y el fiscal enfatizó en que se cometió premeditadamente. Para el Cpdh las denuncias de personas que se han reintegrado a la vida civil es resultado del afán por lograr beneficios en los programas estatales para esta población y además sería una muestra de persecución política al partido Unión Patriótica.
El operativo de captura del procesado se efectúo el pasado miércoles en la vereda Nueva Granada del municipio de Colombia, norte del Huila, límites con el departamento del Tolima. En la acción militar participaron miembros de la Dijín de la Policía Nacional, del Ejército y la Fuerza Aérea. Así, se logró la detención de la última persona que fue señalada por los desmovilizados.
El 13 de febrero, Deivy Guerrero y Héctor Castro, habitantes de la misma zona, fueron aprehendidos y también señalados por rebelión. Según un comunicado del Cpdh, Jara Romero fue detenido luego de terminar su jornada de trabajo en la que hizo limpieza a un potrero y justo tres horas después de haber participado en una reunión política sobre el futuro electoral de su partido.