domingo, 20 de julio de 2025
Judicial/ Creado el: 2014-01-23 07:40

No habrá libertad para asesino de su mujer e hijastro

Hombre que al parecer asesinó a su esposa e hijastro quedó sin argumentos para defenderse de dos delitos de homicidio agravado. La investigación sobre las muertes parece ver la luz después de más de tres años.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | enero 23 de 2014

Sin oportunidad de salir libre quedó Jorge Eliécer Viveros Vidal en audiencia en la que la Fiscalía lo acusó de ser el homicida de su compañera sentimental y su hijastro. Con la mirada baja y jugando con sus dedos, cual niño regañado, el hombre de 27 años no aceptó los cargos que se le atribuyeron.

Viveros Vidal se encuentra detenido en la cárcel de Rivera por el delito de desaparición forzada de Martha Cecilia Guaña Chicué y Jean Carlos Santaña Guaña, novia e hijo de la misma en octubre de 2010. Por ese cargo lo internaron en establecimiento carcelario desde diciembre del mismo año.

Historia de unas muertes confusas

Ayer el fiscal encargado del caso, después de más de tres años de la ocurrencia de las muertes, armó el rompecabezas que sindica a Jorge Eliécer como el autor. El siniestro habría sucedido el miércoles 27 octubre de 2010 en la casa campestre Villa Gorety después de las seis de la tarde. Vivían allí Martha Cecilia y Viveros Vidal como mayordomos junto al hijo de ella de siete años.

En esa fecha, a esa hora, la hermana y vecina de la mujer víctima, escuchó fuertes ruidos provenientes de la casa de su pariente: equipo a todo volumen con rancheras y constantes ladridos de perros. Luego, silencio. Al día siguiente, el procesado entregó las llaves de la finca y abandonó la zona. “Le dijo al esposo de su cuñada ′La embarré, lléveme a Rivera’”, relató enérgico el investigador.

Cuatro días después de haber regresado a La Argentina, tierra natal de Jorge Eliécer, éste se encuentra con una de sus cuñadas.

–      ¿Qué pasó con Martha? -preguntó Angélica María Guaña a Viveros Vidal.

–      No sé, ella se quedó en Rivera y cambió de celular -respondió.

 

Ocho días después...

Angélica: ¿Y Martha?

Jorge Eliécer: No sé dónde está. Nosotros nos dejamos.

Aparecen los cadáveres

La incertidumbre de la familia los llevó a hacer la denuncia de desaparición el 10 de noviembre de 2010 mientras que el presunto homicida le contó a su hermano que había matado con machete a Martha y a su hijastro y luego tirado los cuerpos al monte. La Fiscalía inició la búsqueda e interroga a Viveros quien testifica que su mujer lo abandonó.

Continúan las investigaciones hasta que el 15 de marzo de 2013 el cuñado de la desaparecida se entera de que por los días del hecho fatídico un cadáver de mujer apareció en el antiguo basurero de Rivera, a escasos metros de la finca, y fue enterrado como NN y pide al organismo de investigación que realice la exhumación.

Luego de realizar pruebas de ADN con la sangre de las hermanas de Martha Cecilia, se determina un 99,9% de compatibilidad. El 23 de noviembre de 2013 es hallado el cuerpo del niño a veinte metros distante del punto donde se había encontrado el de su madre y es reconocido por una de sus tías.

Otros datos

Jorge Eliécer Viveros Vidal había pasado por la casa de su cuñada el 27 de octubre de 2010 en la noche a pedirle plata prestada. Primero veinte mil pesos, luego cinco mil y en vista de que le fue negado el préstamo, preguntó por una linterna y gasolina. Sólo lo primero le fue facilitado. “Iba al basurero a dejarlos”, afirmó el fiscal. El 28 el hombre apareció con la cara arañada.

Además, la pareja Viveros-Guaña tenía problemas desde antes. En La Argentina habían conciliado un caso de maltrato intrafamiliar y tal parece que Jorge Eliécer había amenazado a Martha con matar al niño si no vivía con él. Ella había decidido separarse pero él fue a buscarla para que regresara a Rivera. Eso fue el 24 de octubre de 2010. 

Situación legal

El procesado no tendrá oportunidad de recibir rebaja de penas así se declare culpable. El agravante por la presunta autoría en la muerte de un menor de edad en estado de indefensión ya que era discapacitado, le impide gozar de ese beneficio. Puede pagar de cuarenta a sesenta años de prisión.

El defensor no hizo observaciones a lo relatado por el fiscal que calificó el hecho como una atrocidad. Tampoco apeló la decisión de medida de aseguramiento que profirió la jueza tercera municipal. Parecía estar chateando desde su celular inteligente.