domingo, 20 de julio de 2025
Judicial/ Creado el: 2014-02-20 07:49

No descansaron hasta matarlo

Fueron necesarios tres atentados para acabar con la vida de José Miguel Urbano Quinayas. Sus enemigos lo persiguieron hasta la ciudad de Villavicencio ciudad que lo había acogido a él, a su compañera sentimental y a sus dos hijas.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 20 de 2014

Ya había sufrido un ataque a mediados del mes de julio de 2013, en el barrio Madelena, una tarde cuando llegaba a su casa después de trabajar y lo esperaban dos sujetos para matarlo.

En esa oportunidad, los sicarios le propinaros tres impactos con arma de fuego que lo dejaron gravemente herido pero en poco tiempo logró recuperarse. Posteriormente se trasladó junto con su familia hasta la ciudad de Villavicencio y fue contratado por una empresa petrolera como conductor de camioneta. Hace un mes, mientras se encontraba en el salón de belleza de su compañera sentimental, llegaron dos sujetos quienes dijeron que se iban a peluquear. Allí recibió dos puñaladas cuando dio la espalda y los agresores huyeron. También salió ileso y solicitó seguridad a la Unidad Nacional de Protección porque presentía que sus victimarios no descansarían hasta asesinarlo.

El pasado fin de semana mientras llevaba la camioneta para estacionarla, recibió el último de los atentados. Los sicarios lo estaban esperando a la salida del parqueadero y delante de su hija de trece años y de un amigo le dispararon en tres oportunidades quedando gravemente herido. Después del traslado hasta un centro asistencial y todo el esfuerzo de los médicos, falleció el lunes anterior por tres heridas en tórax y el abdomen que le comprometieron órganos vitales.

Una vez cumplidas las diligencias judiciales su cuerpo fue llevado hasta el municipio de Pitalito, está siendo velado en la sala principal de la Funeraria Capillas de la Paz y sus exequias se cumplen hoy a partir de las 2:00 p. m. en el templo del Espíritu Santo.

En marzo del 2013 fue asesinado en el barrio la Virginia de la ciudad de Pitalito el señor Carlos Elías Urbano, hermano de José Miguel. En esa ocasión atracadores entraron a la residencia. Cuando don Carlos trató de reaccionar usando un arma fuego, uno de los delincuentes le disparó primero y murió  frente a sus familiares. Los hechos por los cuales esta familia es objeto de persecución son materia de investigación por parte de la fiscalía y de defensores de Derechos Humanos.