Murió en su silla de ruedas en el Parque Santander
Édgar. Quizá era lo único que tenía el hombre de 60 años que ayer en la tarde murió en su silla de ruedas viviendo el Parque Santander de Neiva.

La muerte lo sorprendió enfermo y tal vez ebrio, pues según sus allegados o sus amigos del parque, lo último que hacía era tomar ‘chirrinchi’ (licor barato).
Según cuentan, el pasado jueves “Mamá Olga”, la carismática mujer que ayuda a habitantes de la calle y hombres desamparados, lo visitó y le curó una herida que tenía en sus pies. Sin embargo, su enfermedad era más grave que esto y ayer hacia las 4:45 de la tarde su corazón dejó de latir.
Dejó de amar, de ver a sus amigos de todos los días con los que compartía un café y dejó de tener mal genio, pues algunas mujeres que lo conocieron afirmaron que el hombre últimamente se observaba de mal humor.
Se cree que falleció de un infarto, sin embargo, tenía múltiples heridas en el cuerpo, especialmente en los pies.