Lo estranguló para ganar su libertad
22 años tiene el joven que ayer fue acusado de homicidio por estrangulamiento. La víctima fue un hombre de 46. Los hechos ocurrieron el 31 de octubre de 2013.

PAULINA YÁÑEZ VARGAS
Diario del Huila, Neiva
En un taller de mecánica ubicado en la Carrera 7 No. 1-37, barrio Urdaneta Arbeláez, murió Luis Yerfirson Moreno luego de que su socio Manuel Alejandro Taborda le quitara la respiración con las manos.
Taborda, natural de Cartago (Valle), se encuentra recluido en el centro carcelario de Rivera. Al terminar la audiencia en la que le comunicaron el cargo del cual se le acusa, se puso de espaldas al guardián del Inpec y éste le cerró las esposas. Antes de salir de la sala, su madre sujetándolo de la cabeza, lo besó en la mejilla derecha.
La historia inició cuando...
Manuel, mecánico de motocicletas desde los 9 años, llegó a Neiva en agosto del año anterior en busca de mejores oportunidades de empleo dejando en su pueblo natal a dos hijos y a su mujer. Su prima, Enoe Agudelo, le dijo que en la capital del Huila le iría mejor económicamente gracias al alto número de motos que circulan.
A los pocos días de instalarse en la casa de otro pariente, conoció a Moreno en unas canchas de tejo al norte de la ciudad. Con olor a pólvora en el ambiente acordaron una sociedad para abrir un taller de mecánica.
El negocio en compañía
El encargado de aportar el compresor, el juego de llaves y demás herramientas para el negocio fue Manuel Alejandro y Luis Yerfirson pagaba el arriendo de la casa donde lo instalaron. Doña Luz Mery Gutiérrez, madre del joven, trajo en un camión todo el material para que su hijo empezara a trabajar en compañía.
En el viaje desde Cartago hasta Neiva la acompañaron los hijos de Manuel. “A mí me da pesar con don Luis porque él fue muy atento cuando yo vine”, expresó con acento valluno la señora que de nuevo viajó al Huila desde su departamento para acompañar a su descendiente en la audiencia de acusación.
¿Más allá de lo laboral?
En la misma casa donde montaron el taller, empezaron a vivir juntos. Con los días, según Enoe, Luis empezó a tener actitudes extrañas con Manuel. “Lo presentaba como sobrino y empezó con unos celos raros y a hacerle reclamos todo posesivo. Ese señor lo tenía como secuestrado”, relató.
Su primo, al parecer, era dejado bajo llave por el señor y éste lo negaba cuando ella iba a buscarlo. “Él me contó que estaba cansado de esas actitudes y que se iba a devolver para Cartago. Estaba desesperado”, añadió doña Luz Mery. De acuerdo con los rumores de vecinos del sector, el fallecido era homosexual.
Un viaje frustrado y el final de Luis
“El día anterior (a la muerte) el muchacho dijo ′me voy′ y sacó unos zapatos nuevos que tenía y se fue para el terminal. Le dijo al chofer del bus que lo llevara a cambio de los zapatos y allá llegó el tipo (Luis) y no lo dejó viajar”, comentó Heliberto Bernal Esteban, abogado defensor. Manuel se habría devuelto con Luis hacia el taller-casa.
Empezaron a beber cervezas esa noche. Al día siguiente también consumieron licor. “El señor todo tomado como que lo quería coger a la brava y fue ahí donde mi hijo lo ahorcó”, señaló doña Luz Mery.
Fue el mismo joven quien salió del lugar, ubicó a un celador y le dijo que en el interior de la casa estaba Luis Yerfirson Moreno sin señales de vida pero no estaba seguro de habérsela quitado. El vigilante, desde el celular de Manuel, llamó a la Policía.
Salvar un derecho por otro
El defensor buscará que el juez del caso exima de responsabilidad a Taborda bajo el argumento de que él, con la muerte de la víctima, salvó su derecho a la libertad. De igual forma, buscará un investigador especial para que haga las respectivas pesquisas que permitan comprobar su tesis.
“El caso es muy delicado”, aclaró. En el juicio podrán brindar su testimonio el celador, el dueño de la casa donde funcionaba el taller mecánico, algunos vecinos del lugar y el conductor del bus en el que iba a viajar Manuel.
En la audiencia de acusación, que se puede realizar cuando existen pruebas para demostrar el hecho delictivo y quien participó del mismo, el procesado se mostró tranquilo.