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Judicial/ Creado el: 2014-01-11 08:48

Insisten en que Sara Valentina está viva

Nuevas revelaciones indican que la niña no fue asesinada. La Fiscalía no tiene una investigación definida y después de dos años no se sabe si murió o está viva. La familia pide claridad.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | enero 11 de 2014

El martes primero de mayo de 2012 el país conoció una de las noticias más dolorosas ocurridas en el Huila: la desaparición y posible homicidio de la menor de cuatro años Sara Valentina Cardozo Triviño.

Doce días después encontraron los restos de la supuesta menor cerca a la casa, un par de huesos con un pantalón de una pijama semi destruida. El velorio estuvo lleno de incertidumbres para la familia, sin embargo, en medio del dolor la niña fue enterrada en el Cementerio Central de Neiva.

Las dudas fueron mayores cuando un allegado a la familia se enteró de primera mano que un campesino cercano a la finca Corinto (donde desapareció la menor), en la vereda El Vergel del corregimiento de San Andrés a tres horas del casco urbano de Tello (Huila), le dijo que aquellos huesitos eran de un ahijado suyo y no de la niña que habían enterrado.

Esto fue lo que hizo que la Fiscalía le sugiriera a la familia que pagara los exámenes de ADN para que hicieran la exhumación y lograran tener certeza de la persona que habían enterrado.

 

El zozobra de la familia

La familia como pudo se consiguió dos millones y medio de pesos que costaba este examen y los pagó al laboratorio Yunis de Bogotá, el mejor en esta especialidad.

Así el 23 de julio del año pasado, un equipo enviado de la capital de la República realizó la exhumación en el Cementerio Central de Neiva. Según cuenta la familia, la Fiscalía les hizo firmar un documento donde los obligaba a abstenerse de tomar fotografías.

Esto, aparentemente era algo común y corriente en esta clase de diligencias judiciales, sin embargo, las dudas comenzaron a emerger cuando dos meses después un familiar llamó al laboratorio angustiado pidiendo los resultados, según narró, en medio del desespero le dijo por teléfono al funcionario que lo sacara de la zozobra y le dijera si se trataba de un niño o una niña. El funcionario fue claro en afirmar que podía estar tranquilo que no se trataba de una niña, y que ocho días después enviaría los resultados por escrito.

Los días siguientes toda la familia estuvo ansiosa de conocer los resultados que nunca llegaron. Por esta razón, la familia se volvió a comunicar con el laboratorio, y allí les informaron que la Fiscalía les había ordenado que no les entregaran los resultados de los exámenes que ellos habían pagado. De esta forma se dirigieron hasta la Fiscalía en Neiva que lleva el caso, y el fiscal les dijo que la investigación había cambiado, que el cuerpo era un 99% de la menor Sara Valentina. Sin embargo, las dudas siguieron.

 

Otros hechos irregulares

Lo que a la familia de Sara Valentina le parece extraño es la forma como se llegó a la conclusión de que eran los restos de su familiar.

Ella desapareció un martes en la mañana, estaba en la finca bajo el cuidado de su tío político, Pavel Camilo Barbosa Vargas, pues la compañera de este (tía de la menor) se había ido para Neiva a unos exámenes médicos por su estado de embarazo. Él por teléfono le comunicó la desaparición de la niña y supuestamente la buscó todo el día.

El día siguiente, el miércoles, salió muy temprano a buscarla y no regresó a casa, días después se entregó a las autoridades. La Fiscalía le imputó cargos por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. Nunca dijo dónde estaba la menor.

Mientras todo esto sucedía, cuatro días después la familia y vecinos del barrio Chicalá de Neiva se desplazaron hasta la finca. Inspeccionaron todos sus alrededores y no encontraron nada, pese a que buscaron en cada rincón, es más, llegaron a tomar algunas fotografías de huellas, supuestamente dejadas por la menor. Lo curioso del caso, es que el CTI de la Fiscalía 12 días después de la desaparición, a unos 30 metros de la casa de la finca, encontró unos restos que a la fecha son considerados de Sara Valentina. Este hecho siempre les pareció sorprendente a todos los parientes.

¿De quién eran entonces estos huesos? Según el testimonio de los que estuvieron en el lugar, muchas personas que mueren en este sector de Tello, los entierran en las fincas debido a que el cementerio más cercano está a más de tres horas. Lo otro, es que en este sector son comunes las fosas.

DIARIO DEL HUILA ayer trató de comunicarse con la Fiscalía para que diera explicaciones al respecto pero no fue posible.

 

Las llamadas temerarias

Tan pronto se supo de la desaparición de Sara Valentina se instauró el denuncio en el Gaula del Ejército, quien según la familia, le respondió que “ellos no iban a movilizar y exponer un batallón por una persona”, relató una de las familiares entre sollozos.

La angustia aumentó y con ella la desesperación. Cuando todo parecía perdido una llamada anónima entró en el teléfono de una de las familiares. “Qué hacen llorando, esa niña que encontraron no es la que están buscando”, les dijo el hombre. Otras llamadas sucedieron a esta, donde el sujeto le ponía una cita a la mujer. Ella les dijo que estaba de acuerdo, sin embargo, la policía judicial no la dejó ir pese a que la condición era que el encuentro fuera en un sitio público y concurrido. Del hombre no se volvió a saber nada, de modo que se perdió quizá la oportunidad más cercana para dar con el paradero de la menor, que a la fecha, de estar viva tendría 6 años de edad.

Estos hechos hacen esperanzar más a la familia en la posibilidad de que la pequeña esté viva y quizá en un lugar cercano al Huila, o por qué no en el mismo departamento. ¿Qué razón tuvo la policía judicial para no seguir investigando este caso? ¿Acaso a la Fiscalía no le interesa que se conozca la verdad? Estas son algunas de las preguntas que se hace la familia.

Otra familiar afirmó que la Fiscalía le requirió la camisa de la pijama para un análisis y posteriormente se la entregaron, pero el pantalón que llevaba puesto la menor, por más que lo pidieron nunca lo devolvieron.

Muchos de los parientes cercanos a la menor Sara Valentina temen por su vida pues consideran que hay poderosos intereses en que no se sepa la verdad de la muerte de la menor, a casi dos años de la ocurrencia de los hechos.

 

Otras inconsistencias

Aunque no hay una certeza en que Pavel Camilo Barbosa la haya asesinado ya que no ha confesado y no hay elemento materiales de prueba que lo responsabilicen, personas cercanas afirman que eventualmente él pudo esconder la niña o entregársela a alguien con el fin de ocultar la posible paternidad sobre la menor, ya que según parece, la hermana de la que entonces era su compañera permanente tuvo una relación fugaz con Pavel.

La verdad de lo sucedido posiblemente la revele Pavel esta semana cuando comparezca en un juzgado en Neiva donde está citado.

Entre tanto, la familia desconfía de la Policía, el Ejército y cualquier organismo del Estado, pues según relatan, no les han ayudado a saber la verdad ni a encontrar a Sara Valentina. A tal punto, que ya han tenido contacto con investigadores internacionales, quienes se han visto interesados en el tema y están planeando un viaje a Colombia.

Las razones que tiene la familia para pensar que su menor está viva son muchas. Entre estas también mencionan el hecho de que el cráneo que les mostró la Fiscalía era supremamente grande que no se compadecía con la edad de la menor. Además las mandíbulas solo contaban con dos muelas de una persona mayor, cuando ella tenía todas las muelas. Por otro lado, otro reproche que hacen, es que el cabello de la niña no estaba, cuando solo habían pasado 12 días, cuando encontraron los restos.

 

¿Qué se esconden detrás del caso?

A casi dos años de la ocurrencia de la desaparición y posible muerte de la niña, muchos que salieron a las calles a protestar o que se consternaron con este hecho, ya habrán olvidado aquel triste episodio de la familia Cardozo Triviño. Sin embargo, ellos siguen viviendo la zozobra por su ausencia y por la carencia de justicia, ya fuera para castigar o para saber la verdad.

De probarse que la menor no era la que dieron por muerta, el Estado no solo tendrá que explicar dónde están los restos de Sara Valentina sino que tendrá que indemnizar a la familia por todos los daños morales causados. Por otro lado, tendrá que dar cuentas de la identidad del cuerpo que enterraron.

Mientras todo esto pasa, la familia en su angustia ha recorrido asentamientos, barrios y pueblos del Huila buscando la menor. Ahora solo piden ayuda de medios nacionales y de organismos que les interesen ayudar a descubrir la verdad de la posible muerte de niña Sara Valentina Cardozo Triviño.