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Judicial/ Creado el: 2014-02-12 08:04

El último adiós

Hoy terminarán de despedir a las víctimas mortales del grave accidente del bus de Cootranshuila y saldrán los últimos heridos que aún están en los hospitales.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 12 de 2014

“De tanto llorar ya no me salen lágrimas”

Los rostros de la tragedia dejaron ver lágrimas, miradas vidriosas y gestos de condolencia. Familiares y amigos de Luisa Fernanda Cardozo Cleves, Paola Chávez Patiño, Rodrigo Ruiz Gutiérrez y Cristian Sarmiento los velaron en medio de las coronas fúnebres y las historias de cómo eran las víctimas, relatos de sus días y momentos antes de que decidieran viajar en el autobús de Cootranshuila el domingo pasado. Hoy serán sus honras fúnebres.

La ceremonia religiosa de Luisa será en la Iglesia San Antonio María Claret a las tres de la tarde y luego será llevada a Jardines El Paraíso. A la misma hora, estarán despidiendo a Paola en el templo del barrio Campo Núñez y enterrándola en el Cementerio Central. Más temprano, en los dos últimos lugares, darán el último adiós a Rodrigo a las diez de la mañana. Hernando Pérez Vieda y su esposa Nancy Mayor Gutiérrez fueron sepultados ayer en Tesalia.

Los abogados y esposos

Hernando Pérez Vieda y Nancy Mayor Gutiérrez estuvieron casados durante 35 años y tuvieron un solo hijo, Juan Felipe de 26 años de edad. Eran profesionales del derecho y viajaban a la capital del país donde ella trabajaba. No vivían juntos por cuestiones laborales, Nancy era funcionaria de la Universidad Distrital y él presidente de la Junta de Ferias de Tesalia. En esta localidad huilense recordarán a don Hernando como ejemplo de compromiso con la administración y el amor por el sector ganadero.

Mamá entierra a su última hija

Doña Teresa Patiño sepultará hoy a su última. Su primogénito murió en un combate siendo militar. Un año y medio después falleció su esposo y más tarde su hijo menor luego de una cirugía de corazón abierto. Es de Neiva y después de esas pérdidas todos los días iba a llorar al cementerio. Por su salud emocional, le dieron a Paola Chávez Patiño, su hija, un trabajo en Moderlay, una empresa de muebles en Bogotá. El fin de semana viajaron a Neiva por una fiesta de cumpleaños junto a la nieta de doña Teresa.

Cuando regresaban a la capital del país, mientras la señora iba al baño y la niña decidió acompañarla, el vehículo se volcó. Paola murió instantáneamente al salir expulsada y hoy Teresa enterrará a su hija en una tumba cercana a la su padre.

El final de las vacaciones

A Carmenza Martínez (Cartagena), Mona Friedrich (Alemania), Luisa Fernanda Cardozo las unen dos situaciones: estaban de vacaciones en el Huila y murieron trágicamente a bordo de un automotor que al parecer recorría la ruta Neiva-Bogotá con exceso de velocidad. Carmenza era aseadora del pasaje Lecrec del Corralito de piedra y desde noviembre estaba disfrutando de cuatro meses por vacaciones acumuladas. Estuvo visitando a su hermano en Puerto Leguízamo, Putumayo, en la capital iba a partir hacia Brasil donde vivía uno de sus hijos.

Mona, la ciudadana alemana, había venido a Colombia a mejorar su español y como un regalo de sus padres por haberse graduado de bachiller con honores. Pasó por San Agustín luego de estar en Popayán y en el cambio de ruta – no retornar a la capital del Cauca- encontró la muerte. Sufrió varios paros cardíacos en el Hospital San Rafael de Fusagasugá y finalmente su cuerpo de 19 años no aguantó el trauma craneoencefálico severo y el de abdomen.

Por su parte, el amor por su familia trajo a Luisa a disfrutar de los últimos días de descanso que le había concedido la fábrica de zapatos donde laboraba. “Ella era para que se hubiera ido hace ocho días con el primo con quien vino, pero no quiso y se quedó una semana más”, narró una de sus primas.  Antes de subirse al carro que la transportaría, le dijo a su madre que no llorara, que ella no se iba para otro país y que en Bogotá podía visitarla cuando quisiera. Doña Clemencia Cleves expresó que ya no le quedaban lágrimas.

Cristian Sarmiento, de 18 años, salió de Santa María para acudir a una propuesta laboral y Rodrigo Ruiz iba a renovar su contrato laboral con una empresa petrolera que funciona en Puerto Gaitán, Meta. Cristian estaba feliz por esa oportunidad y Rodrigo no se alcanzó a despedir de su hijo menor.