Cuerpo de laboyana muerta en México fue repatriado
Familiares en Colombia de Luda Astrid Rojas lograron repatriar su cuerpo sin vida y ayer la despidieron en un cementerio de Popayán. Mientras tanto su esposo, uno de los sospechosos del asesinato, continúa hospitalizado y bajo custodia policial.

En la ciudad de Popayán (Cauca) se efectuaron ayer a las 3:00 de la tarde las exequias de Luda Astrid Rojas, la mujer de 32 años de edad que era oriunda de Pitalito, y quien falleció en el estado de Querétaro, México, en circunstancias que son objeto de investigación por parte de las autoridades de ese país.
Luego de un arduo proceso de custodia y trámites legales en la nación norteamericana, finalmente los familiares lograron repatriar el cuerpo a territorio colombiano, luego de obtener el apoyo de una entidad sin ánimo de lucro de México, que asumió los gastos de la diligencia. Hermanos de la occisa expresaron que la intervención del consulado colombiano para colaborar con estos gastos fue completamente “inoficiosa e indiferente”, simplemente se limitaron a indicarles cuales serían los trámites burocráticos que debían seguir para la lograr la repatriación.
El esposo, principal sospechoso
Edward, el hermano de Luda Astrid Rojas la laboyana que apareció asesinada a pocos kilómetros de su casa en Querétaro, México, fue una de las últimas personas que la vio con vida.
Según publicó en su página Kienyke.com, Silvio Rojas, la pareja sentimental de Astrid, con quien se fue para México en el 2009 buscando mejores opciones de vida, está hospitalizado y es, según la prensa local, el principal sospechoso del homicidio de la mujer. Mientras que el hermano de Astrid y la única hija de la pareja empezaban a buscar a Astrid y a su esposo en hospitales, centros médicos y en la Policía Municipal, en Colombia sentían que algo había pasado: “ella se comunicaba con nosotras casi todos los días. Era muy raro que Astrid no llamara y desde el domingo anterior a su muerte no habíamos tenido razón de ella”, contó desde Popayán Melissa Núñez, hermana menor de la laboyana.
La angustia invadía al par de jóvenes ya que Astrid nunca los dejaba solos. En horas de la mañana del viernes sonó el teléfono en el apartamento de los colombianos. Edward contestó y uno de los vecinos que se había enterado de la desaparición de la pareja le dijo que prendiera el televisor y pusiera las noticias.
La reportera estaba dando una información puntual: “dos personas, una mujer joven y hombre mayor, fueron encontrados a un lado de la carretera en el sector El Mirador. La mujer fue hallada sin vida; el hombre está herido y fue trasladado a un centro médico”. El noticiero no dio la identificación de las víctimas.
El par de jóvenes volvieron a comunicarse con la Policía. Les confirmaron lo mismo que habían visto en la televisión. También les indicaron que podrían ir a la morgue a identificar el cadáver de la mujer que había llegado allí en la tarde del jueves.
Edward entró a hacer el reconocimiento. Cuando destaparon el cadáver un frío intenso recorrió su cuerpo. Era su hermana. Rápidamente la noticia llegó a Colombia. Edward llamó a su casa en Popayán, donde ni siquiera sabían que ella estaba desaparecida. Edward habló con su madre. Le contó todo lo que había pasado.
La Policía municipal de México le dio a conocer a la prensa local que están en marcha las investigaciones para esclarecer lo que ocurrió con la pareja de colombianos. Según lo indicaron medios de Querétaro, Silvio de 56 años, según su versión, logró llegar hasta una carretera del municipio El Marquez, ubicado a menos de 10 kilómetros de su vivienda, y pidió auxilio. El hombre informó, según lo dieron a conocer familiares de la mujer asesinada, que un grupo de hombres los atacaron, les robaron dinero y la lujosa Toyota en la que se movilizaban. Cuando las autoridades llegaron al lugar el hombre, quien estaba herido, les indicó que a su esposa también la habían baleado. Que el ataque contra ellos había sido el miércoles en horas de la noche, minutos después de haber salido de la casa.
Las autoridades llegaron hasta el lugar donde la mujer estaba sin vida. El cuerpo tenía un disparo con orificio de entrada en uno de sus ojos. Al parecer, según versiones de prensa local, vecinos de la zona donde fue hallado el cadáver indicaron que la noche anterior escucharon una fuerte discusión entre dos personas seguida de algunos disparos. Por tal razón la versión que más ha tomado fuerza es la que presume que Silvio asesinó a su esposa y que luego se disparó con el fin de distorsionar la escena y pasar por inocente. Es una de las hipótesis.
La historia de amor
La historia de amor de Luda Astrid y Silvio comenzó unos 10 años atrás en Pitalito, Huila, donde ambos nacieron. Desde que Astrid tuvo edad para trabajar se dedicó a la belleza, era estilista, una de las buenas, dijo su hermana Melissa. Silvio, quien es 24 años mayor que ella, la logró conquistar. Él tenía su hogar establecido. Era casado y tenía un hijo. Ella también tenía una hija pequeña pero ya se había separado del padre de la menor.
Silvio y Astrid, en medio del secreto, estuvieron juntos por varios y años hasta que él dejó su hogar para irse con su nueva conquista. En 2007 la familia de Astrid, sus tres hermanos y mamá, buscando mejores opciones de vida, armaron maletas y se radicaron en Popayán. Astrid, con su hija de 11 años, se quedó en Pitalito. Un año más tarde, en 2008, madre e hija llegaron a Popayán. Se radicaron en casa de sus familiares. La discreta relación con Silvio se mantuvo. En 2009, ella, su hija y Silvio volaron a México. Allá hicieron una familia.
“Ellos tenían problemas de pareja normales, ahora más que antes, pero Astrid nunca mencionó que él la golpeara o algo así”, le contó Melissa a KienyKe.com. En México Astrid montó una peluquería. Su esposo, quien también era independiente, puso negocios de tiendas y de vez en cuando le ayudaba a su mujer en el salón de belleza.
Desde hace algunos meses la relación de amor entre Astrid y Silvio se había deteriorado. Según su hermana, estaban adelantando el proceso del divorcio y la repartición de bienes. Hace poco habían comprado un bonito apartamento en la zona de Las Brujas.