Caótica instalación de Asamblea Nacional venezolana
En medio de fuertes incidentes, la Asamblea Nacional venezolana se posesionó ayer. El nuevo parlamento, de mayoría opositora al chavismo, buscará por todos los medios una vía que permita cambiar al gobierno de ese país.

Durante tres horas salpicadas de múltiples incidentes, la nueva Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, se juramentó. La jornada estuvo marcada por constantes saboteos por parte del grupo de chavistas. Henry Ramos Allup, nuevo presidente de la Asamblea, calificó la jornada como “un tanto accidentada”.
Los diputados oficialistas manifestaron que la minoría chavista acudió a la Asamblea con dos órdenes que cumplir, como fueron imposibilitar la proclamación de la asamblea y por otro lado, obstaculizar lo más posible la posesión y juramentos. En la jornada se proclamaron 163 parlamentarios, 109 de la Unidad Democrática y 54 revolucionarios.
"Ante Dios y ante la patria juro cumplir con la Constitución y las leyes de la República. Si así lo hiciere, como lo voy a hacer, que quede constancia; si no, que la patria y el pueblo me lo demanden", subrayó el veterano dirigente socialdemócrata, Henry Ramos Allup.
Cuatro diputados de Amazonas (tres opositores y uno oficialista) faltaron al juramento debido a la suspensión proferida por la sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo. "Más temprano que tarde estarán juramentados, no tienen pruebas para demostrar algún hecho irregular. Es lamentable que excluyan a Amazonas", se quejó a este periódico Enrique Márquez, primer vicepresidente de la Asamblea.
Propuestas y cambios
El nuevo presidente de la Asamblea Nacional manifestó que la intención con este nuevo parlamento es cambiar “esta realidad que lleva 17 años y que le ha causado un profundo daño a Venezuela”, y añadió que “el cambio que ofrecemos es constitucional, pacífico, electoral. Un cambio de sistema, cambiar lo que está mal”. También, aseguró que están dispuestos a dialogar, en términos honorables, sin imposiciones y con autonomía.
Ramos Allup presentó las propuestas de la Mesa de la Unidad Democrática al país, reconociendo los complejos esfuerzos internos en busca de un consenso. "Ofrecimos una ley de amnistía para los presos y exiliados, y ofrecimos que en un lapso de seis meses propondríamos un método para cambiar el gobierno por vía constitucional. Eso lo haremos", dijo Allup.
De otro lado, las diatribas y señalamientos por parte del chavismo hicieron mella durante el juramento. El líder y ex presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, se molestó como si se trataste de una afrenta bíblica cuando se concedió el derecho de palabra a Julio Borges, el jefe de la bancada opositora. Un tumulto a sus espaldas acompañó al coordinador de Primero Justicia, quien a duras penas pudo describir los objetivos de su grupo. Mientras tanto, Cabello, exigió al resto de diputados que abandonaran ′ipso facto′ el lado. Todos cumplieron obedientes, salvo tres jefes de bancada que lo hicieron más tarde.
"Asesinos", "jalabolas" (aduladores) incluso "basura colombiana", se escuchó desde la bancada chavista, último insulto dirigido al expresidente Andrés Pastrana, presente entre los invitados. Un grupo de simpatizantes, desde la grada del público, gritaba a Freddy Guevara, número 2 de Voluntad Popular, "ahí está la mujer de Leopoldo". A Henrique Capriles le llamaban el "majunche lechero de Nicolás", uno de los inventos del "comandante supremo".
Pero además de improperios e insultos, hubo malos modos entre los guardias presentes quienes provocaron varios altercados con los diputados; algunos de ellos golpeados y empujados. “Comenzaron a agredir a un grupo de mujeres parlamentarias. Por supuesto salimos en su defensa y a los hombres nos dieron hasta con las culatas, a otros nos tiraron al piso. Algo insólito", denunció el diputado José Brito. Por otro lado, también fueron agredidos periodistas por algunos colectivos revolucionarios.
El despliegue militar no evitó que mientras los diputados permanecían en el hemiciclo, dos periodistas fueran agredidos de forma salvaje por colectivos revolucionarios. Una nueva acción violenta precisamente cuando los periodistas venezolanos celebraban su regreso al Parlamento después de varios años de obstáculos a su labor informativa.
Los brotes de violencia se agudizaron en la jornada. El presidente Nicolás Maduro Moros había anunciado que con las autoridades militares se había acordado confinar la movilización de los simpatizantes del chavismo en un sector al oeste del palacio presidencial de Miraflores, mientras se reservó a la oposición la zona al este de la Asamblea Nacional.
"Si se quieren movilizar lo pueden hacer en paz", dijo a los manifestantes de oposición, a quienes, por vía de los hechos, desde febrero de 2014 se había prohibido marchar por el municipio Libertador del área metropolitana, correspondiente al centro-oeste de la capital. "Si quieren salir lo pueden hacer en un perímetro estudiado, con suficiente espacio para que el paso a la Asamblea no quede obstruido, siempre que sea en paz". La oposición manifestó finalmente, decidida, que en seis meses, Nicolás Maduro ya no estará encabezando el gobierno de ese país.