Nacional/ Creado el: 2020-05-08 02:01
Indignante: vigilante fue obligada a vivir un mes en el edificio residencial donde laboraba
La mujer tuvo que dormir durante un mes en un sofá y no pudo comer bien debido a que el dinero que le daban para que se alimentara no era suficiente.

El Espectador
Edy Fonseca, una mujer que trabajaba como celadora en un edificio residencial del barrio Rosales, en el norte de Bogotá, fue obligada a estar allí sin salir por un mes, porque, según sus jefes, así lo había ordenado el Gobierno Nacional. Los hechos, conocidos este miércoles, dejaron a la mujer con graves problemas de salud.
La mujer asegura que el presidente del consejo de la unidad le dijo que ella debía quedarse allí de ahora en adelante, pues debido a las ordenes del presidente ella no podía salir del edificio. También le dijo que le daría 15 mil pesos diariamente para que desayunara, almorzara y comiera en el lugar.
Días después de comenzar a vivir allí, Fonseca pidió que la dejaran volverá su casa, así fuera por un rato, pues ella vivía con su hija y necesitaba verla. Pero no la dejaron. La mujer asegura que ella era la única celadora que estaba trabajando en esas condiciones.
Con el tiempo, sin poder comer bien – porque los 15 mil pesos que le daban no le alcanzaban para las tres comidas – Fonseca comenzó a enfermarse. “Caí en depresión, me estresé, se me subió el azúcar. Yo les dije que estaba enferma, pero no hicieron nada.
El 23 de abril, después de presentar inconvenientes de salud, Fonseca se levantó con la cara torcida. “Me sentía cansada y débil. Ese día la hija de un residente venía saliendo, ella me vio y me dio un agua aromática para que se relajara, y cuando su papá me vio decidió llamar a el 123”, dijo.
Cuando la ambulancia llegó, Fonseca estaba entrando en un coma diabético, tenía azúcar alta, parálisis facial y problemas para respirar. Después de ser atendida en la clínica Palermo, la mujer volvió a su casa, en donde se recupera de todas sus afectaciones de salud.
Nixon Forero, abogado de Fonseca, asegura que la situación por la que pasó la mujer es muy seria. “Ellos estuvieron muy cerca del secuestro, pero eso lo tiene que definir un fiscal porque para eso no basta sino la retención de la persona y a ella la tenía retenida”, dijo el abogado.
Fuente: El Espectador
Días después de comenzar a vivir allí, Fonseca pidió que la dejaran volverá su casa, así fuera por un rato, pues ella vivía con su hija y necesitaba verla. Pero no la dejaron. La mujer asegura que ella era la única celadora que estaba trabajando en esas condiciones.
Con el tiempo, sin poder comer bien – porque los 15 mil pesos que le daban no le alcanzaban para las tres comidas – Fonseca comenzó a enfermarse. “Caí en depresión, me estresé, se me subió el azúcar. Yo les dije que estaba enferma, pero no hicieron nada.
El 23 de abril, después de presentar inconvenientes de salud, Fonseca se levantó con la cara torcida. “Me sentía cansada y débil. Ese día la hija de un residente venía saliendo, ella me vio y me dio un agua aromática para que se relajara, y cuando su papá me vio decidió llamar a el 123”, dijo.
Cuando la ambulancia llegó, Fonseca estaba entrando en un coma diabético, tenía azúcar alta, parálisis facial y problemas para respirar. Después de ser atendida en la clínica Palermo, la mujer volvió a su casa, en donde se recupera de todas sus afectaciones de salud.
Nixon Forero, abogado de Fonseca, asegura que la situación por la que pasó la mujer es muy seria. “Ellos estuvieron muy cerca del secuestro, pero eso lo tiene que definir un fiscal porque para eso no basta sino la retención de la persona y a ella la tenía retenida”, dijo el abogado.
Fuente: El Espectador