Importaciones de grano continúan y Colombia no sabe qué café toma: Aurelio Suárez
Los analistas le piden al gobierno y a la misma Federación de Cafeteros que sean sinceros con consumidores y productores.

Germán Enrique Nuñez
Una de las quejas recurrentes de los productores de café era la importación masiva de grano y la competencia desleal de algunas tostadoras que pusieron en el mercado café extranjero generando engaño y disparando las ganancias.
El analista económico, Aurelio Suárez Montoya, le dijo a Diariolaeconomia.com, que entre 2017 hasta julio de 2020 las compras de café sumaron 300 millones de dólares, cifra que puede ser más grande por condiciones de mercado y contrabando.
Dijo que haciendo cuentas a dólar por libra son 300 millones de libras, es decir 150 millones de kilos una operación que termina en 2.5 millones de sacos, sin contar el producto que ingresa de manera ilícita.
Las cifras que mostró el Departamento Nacional de Estadística, DANE, debe preocupar, indicó Suárez Montoya porque ese mercado equivale a dos años de consumo interno.
“Lo que está pasando, y no digo nombres propios, es que al parecer a los tostadores colombianos les sale más barato surtir el mercado nacional con grano importado dejar todo el grano producido en Colombia para la exportación.
Algunas fuentes me han dicho que traer un kilo de café de otros países, Honduras, Ecuador o Perú, vale entre 5.000 y 6.000 pesos mientras que exportar ese kilo del bebestible nacional con la debida prima representa unos 15.000 pesos, es decir que se saca todo el café del país y se trae café para el consumo local”, declaró el señor Suárez Montoya.
Agregó que lo primero a tener en cuenta es que no hay un desplazamiento muy grande en el mercado interno del café colombiano que es dedicado única y exclusivamente a la exportación, en segundo término, explicó Suárez, hubo un cambio en la norma de calidad en Colombia para el café excelso que tenía un nivel de malla muy estricto porque al ser tan cerrada un grano con deformaciones o de regular calidad, no debía pasar.
Cafés mezclados
Según el experto en temas cafeteros, al parecer las autoridades relajaron dicha malla. Anotó que es posible y está por averiguarse sobre la factibilidad que hay de cafés importados que estarían siendo mezclados con los colombianos para exportación, aprovechando que el producto Colombia perfectamente se puede vender a los mercados internacionales.
Comentó que ese producto Colombia aunque no tiene el mismo grano de calidad puede tener la mitad. Hay al parecer una reexportación de café que de confirmarse no tendría buen recibo entre la comunidad mundial que compra café de Colombia.
Hay una importación que se viene haciendo y es de cafés robustas como se puede apreciar en las bodegas de Almacafé en Chinchiná, Caldas, en donde según personas cercanas a este almacén general de depósito, hay sacos de este tipo de café importados de Brasil en donde cabe la posibilidad que este tipo de producto esté siendo maquilado por la fábrica de café liofilizado.
El asunto es grave porque hay publicidad engañosa toda vez que a la gente se le vende la idea que los cafés puestos en góndola para el consumo hacen parte de la cosecha colombiana. Para Suárez hay que empezar a revisar ese tipo de promoción en dónde debe desaparecer la bandera de Colombia de los empaques que entre otras cosas no viene acompañado con el 100 por ciento café de Colombia.
En síntesis, Colombia está tomando café importado y los acuerdos comerciales impulsaron estas compras ya que el tratado de libre comercio con el Triángulo Norte de Centroamérica compuesto por Guatemala, Honduras y Salvador, de manera increíble muestra que el producto más importado al amparo de ese convenio es precisamente café como pasó en 2018 con grano hondureño.
En promedio Honduras cultiva siete millones de sacos y buena parte de esa cosecha llega a Colombia acompañada de arábigos brasileros no lavados, peruanos, ecuatorianos y robustas igual de Brasil para combinar grano porque el café colombiano se volvió un producto de mezcla, ya no es 100 por ciento café de Colombia, decir otra cosa es un terrible engaño.
Caficultura nuestra
“Los caficultores colombianos deben tener cuidado y seguir vendiendo café sembrado y beneficiado en sus tierras pues si bien se cumple con la base Colombia, el exportador puede sacar ese grano, pero no tendrá el mismo bono o prima que viene con el excelso, quizás perciba una gratificación por arábigas o robustas brasileros. Resultó mejor coger el café colombiano inclusive meterle una mezcla para completar cuotas de importados de otros países, hacerlo pasar por producto Colombia y ganarse una prima. Lo grave es que cogen pasillas y granos de otros países y no lo vuelven café colombiano en la tostión”, afirmó Aurelio Suárez.
El primer afectado con esta práctica, sostuvo el analista, es el consumidor colombiano con quien tendrán que sincerarse y confesar todos los pormenores de la venta nacional. Apuntó que es evidente que esta práctica es toda una tendencia pese a que no hay pruebas contra marcas de manera puntual.
Concluyó que ya hay de hecho un impacto en los productores porque no están cuadrando las cuentas es decir producción igual a consumo interno más exportaciones. Cierto, informó, es que una de esas partes está descompensada, mucha exportación, hay más producción de la que dicen existe o hay un menor consumo interno, algo pasa porque los números no encajan puesto que cuando se produce café en Colombia, o se exporta o se consume de manera interna, es decir y hay que subrayar en la ecuación, exportaciones más consumo interno igual a producción y allí nada ensambla o articula y por eso al país le tienen que explicar cómo es que piensan cuadrar las refutables cuentas.