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Neiva/ Creado el: 2018-10-19 02:05

Huilenses dieron último adiós a Monseñor Darío

La eucaristía fue presidida por Monseñor Froilán Casas. Monseñor Ramón Darío Molina falleció el pasado domingo en horas de la noche.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | octubre 19 de 2018

Las honras fúnebres para quien en vida fue obispo de la Diócesis de Neiva, Monseñor Ramón Darío Molina, se llevaron a cabo en Catedral de la Inmaculada Concepción, de la capital del Huila, y se postergaron durante cuatro horas.  

A la eucaristía que fue presidida por Monseñor Froilán Casas, asistió la Diócesis de Neiva en pleno, Fuerza Militares, Obispos de diferentes regiones de Colombia, familiares del prelado y representantes gubernamentales como el Gobernador del Huila, Carlos Julio Gonzáles Villa.

El último adiós para quien fuera Obispo de la Diócesis de Neiva, desde el 19 de enero de 2001 hasta el 4 de febrero de 2012, estuvo acompañada por coros, palabras de obispos y párrocos; quienes al igual que la comunidad,  oraron y agradecieron a Monseñor Ramón Darío Molina, por su arduo trabajo con las comunidades más vulnerables, su fortaleza y su  entrega como fiel servidor de Dios por medio de la Iglesia Católica.

El cuerpo de Monseñor había permanecido en Cámara Ardiente desde la noche del miércoles, donde cirios rodeaban e iluminaban el féretro en el Templo Colonial. Y sus familiares y amigos acompañaron con plegarias. En la mañana de ayer, Autoridades Eclesiásticas y  Militares acompañados por todos los cortejos fúnebres de Neiva y otros municipios; realizaron una calle de honor, desde allí hacia Catedral de la Inmaculada Concepción, donde se desarrollaron las  honras fúnebres del sepelio.

En medio de tristeza y oración, fue sepultado en la Catedral, como está dispuesto por los jerarcas, ya que Neiva, fue su última morada como obispo. 

A sus familiares le fueron entregados homenajes, por parte de la Diócesis de Neiva, entes gubernamentales y comunidades franciscanas.

Monseñor residía desde hace algunos años en Medellín, su tierra natal. Y su luz se apagó  a los 83 años de edad.

Sus allegados lo definieron como alguien fuerte, con un gran anhelo por trabajar para los más necesitados no solo de fe, sino también de un techo o alimentos. Siempre fue independiente, hasta que en la mañana del domingo pasado tuvo una caída mientras se duchaba, recibiendo un golpe muy severo en la cabeza, tras lo cual fue remitido de urgencia a la UCI de la clínica El Sagrado Corazón, en Medellín. Allí lo intubaron y estuvo con pronóstico delicado. La caída le produjo varios hematomas en el cuerpo y se le formó en el cerebro un coágulo de sangre de gran tamaño, según reveló el parte médico.

Debido su edad y al tamaño del coágulo, los médicos no vieron conveniente operarlo, pues el riesgo era demasiado grande y las consecuencias imprevisibles, explicaron.

Monseñor Darío Molina se encontraba en la cama No. 8, en la UCI de la Clínica El Sagrado Corazón, de la tierra que lo vio nacer. El deceso según confirmaron desde la casa convento donde residía Monseñor Darío, se produjo poco después de las nueve de la noche del mismo día.

Su legado y enseñanza quedará por siempre plasmado en la historia Católica.

Nació el 31 de agosto de 1935 en Envigado, Arquidiócesis de Medellín. Comenzó los estudios eclesiásticos en el Seminario Franciscano de Cali y cursó, luego, los ciclos de filosofía y teología en la Universidad de San Buenaventura en Bogotá. Obtuvo la licenciatura en Teología dogmática en la Universidad Lateranense y en Teología moral en la Academia Alfonsiana de Roma.

Emitió la profesión solemne en la Orden de Frailes Menores el 6 de enero de 1957 y fue ordenado sacerdote el 28 de octubre de 1961.

En el ejercicio de su ministerio presbiteral desempeñó cargos de enseñanza y otros oficios en su Congregación Religiosa: Profesor de Teología moral y sacramental en la Universidad de San Buenaventura, Profesor en el Instituto de Estudios Sociales de la misma Universidad, Definidor Provincial y rector fundador de la Universidad Pontificia Bolivariana de la ciudad de Montería.


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