Historias de vida que merecen ser contadas
En el Coliseo “Álvaro Sánchez Silva” donde se encuentran albergadas personas en situación de calle, mujeres y adultos mayores, con el objetivo de evitar el contagio del COVID-19, también hay historias de vida que merecen ser contadas. Estas son sus experiencias de vida de algunas mujeres que por alguna razón terminaron en el albergue.

Diario del Huila, Neiva
Por Catalina Durán Vásquez
Más de 160 personas, entre ellas, habitantes de calle, mujeres, adultos mayores, reciben atención médica, alimentación, vestuario, y un techo en el cual resguardarse.
El principal objetivo de este albergue es evitar el contagio del COVID-19 para estas personas, por lo que tienen todas las condiciones de higiene para garantizar su adecuado aislamiento preventivo.
“No podemos obligarlos a que estén aquí. Han llegado por su propia voluntad, pero el habitante de calle que se quiera ir no podrá volver a ingresar, esa es el acta que ellos van a firmar donde se comprometen a seguir con todas las normas, el habitante que robe o haga un daño será expulsado” agrega Camila Ortega.
Durante este tiempo, a estas personas que no tienen hogar y que lleguen al este alberge se les garantizará las tres comidas y en articulación con la Secretaría de Deporte y Recreación y Cultura se les realizarán actividades físicas y culturales con el fin de mantenerlos entretenidos durante este tiempo de crisis por la que atraviesa el país.
“Les conseguimos un televisor gracias a la gestión del alcalde, para que ellos puedan ver las noticias de lo que está sucediendo por esta emergencia y también para que se puedan entretener”, menciona.
Estas jornadas de recreación, consistirán en pausas activas musicalizadas, estrategias de aprovechamiento al tiempo libre para poderlos rehabilitar, actividades de aeróbicos, estimulación de articulaciones, juegos pre deportivos, entre otras, siempre buscando evitar que en cada una no participe un máximo de 10 personas.
“Invito a la comunidad para que no les den absolutamente nada a los habitantes de calle, porque nos hemos enterado de que en el “Puerto de las Damas” están entregando comidas, si realmente los quieren ayudar no les den, ellos tienen unas ayudas desde el Gobierno, porque es una oportunidad de poderlos resocializar”, puntualiza.
Un antes y un después
Un antes y un después vivieron las mujeres que permanecen en el Coliseo Cubierto “Álvaro Sánchez Silva”, pues disfrutaron de un día de spa de uñas, maquillaje y peluquería, actividad liderada por la Secretaría de la Mujer, Equidad e Inclusión. Un espacio para resaltar su belleza física y fortalecer su autoestima.
DIARIO DEL HUILA dialogó con algunas de ellas, quienes manifestaron su agradecimiento a quienes las acompañan día a día; nos contaron sus historias de vida, algunas de ellas han sido habitantes de calle por mucho tiempo, otras, siendo del país vecino decidieron resguardarse en este lugar.
“Llevo 15 años en la calle”
Kiara Yurani García, tiene 27 años y desde hace 15 se encuentra en situación de calle, ha estado en diferentes tratamientos para poder dejar la drogadicción, desafortunadamente abandona por un tiempo el consumo pero luego vuelve y recae.
Llegó hace dos semanas al albergue, está contenta de estar ahí por toda la ayuda que le han brindado, sin embargo cuenta que en los últimos días le ha dado mucha ansiedad de irse y de volver a consumir. Le pide a Dios que le dé fuerza de continuar en este lugar.
“La ansiedad es lo que lo hace volver a uno a las calles, afortunadamente cuento con mi pareja quien es que me da fuerzas para no caer de nuevo, de todas maneras toca esperar a ver qué pasa, por el momento continuaré aquí, estoy bien, estoy feliz…”.
Kiara, es una mujer muy fuerte pues durante los 15 años que lleva deambulando por las calles le ha tocado vivir muchas cosas duras, llegó a consumir hasta heroína cuando estuvo en la ciudad de Pereira donde viajó con el objetivo de rehabilitarse.
“Me fui para Pereira, con el sueño de poder rehabilitarme, pero desafortunadamente allá me fue peor pues en vez de salirme me metí más al mundo de las drogas, me inyectaba heroína, empecé a robar a mano armada, allá es muy tenaz la delincuencia y desgraciadamente yo caí; gracias a Dios ya llevó cinco años sin inyectarme eso y la verdad me siento feliz y orgullosa de mí, yo muchas veces digo si pude dejar la heroína que es más fuerte como no voy a dejar el bazuco y el pegante”, comentó.
Ella ha estado a punto de perder su vida en tres oportunidades a causa de sobredosis, además tuvo un accidente muy grave donde casi pierde una pierna, pero la anécdota que más recuerda con mucho dolor, fue una violación que tuvo aquí en Neiva.
“Yo tuve una violación que me dejó siete días en coma, duré tres meses en el hospital como un vegetal, no podía moverme, eso ocurrió por los lados de Matamundo, me cogieron dos hombres que yo los conocía, yo trabajaba para el vendiendo droga, pero él una vez me propuso que el me daba droga y yo estaba con él, yo no quise porque para eso la vendía y la trabajaba, un día llegó con otro señor a decirme que lo acompañara a un lugar yo le dije que no y cuando le di la espalda me pego cuatro veces en la cabeza y quede inconsciente, luego me llevó para la vía al Caguán y allá estos dos hombres me violaron…” recuerda con mucho dolor.
Luego de este desafortunado hecho, despertó y logró llegar a la casa de su mamá en Puertas del Sol, manifiesta que no recuerda nada más, solo que siete días después despertó en el hospital, este suceso lo denomina como lo peor que le ha podido suceder en la vida.
“Tengo el apoyo de mi mamá, ella está contenta porque pude dejar la heroína, porque ahora estoy aquí cuidándome, ella me quiere ver bien”
“Quiero volver a estar con mi bebé”
Raiza Dayana Bernal una joven de 20 años se lo ha pasado entre hogares sustitutos, de paso, centros de rehabilitación y correccionales, ella, tiene una pequeña de 7 meses de nacida y su único sueño es poder recuperar a su bebé que en estos momentos está a cargo de una tía.
Decidió albergarse en el Coliseo “Álvaro Sánchez Silva” para tener un lugar donde refugiarse, pues la única persona que ha visto de ella, su abuela Consuelo hoy se encuentra en la cárcel de mujeres en Rivera.
La joven le hace una petición muy especial a la Administración Municipal, pues además de agradecerle por toda la colaboración que les han brindado, le pide que le ayuden a ver a su pequeña hija de 7 meses, pues todo el esfuerzo que ella está haciendo para salir de la drogadicción es por su bebé.
Volver a ver a su familia, el gran sueño
Ella es una mujer que lleva ya bastante tiempo en las calles de Neiva, Carmen* tuvo 8 hijos y su único anhelo es poder reencontrarse algún día con ellos, con el pasar de los días dentro del Coliseo de Neiva la ha hecho reflexionar y darse cuenta de cuanta falta le hace su familia.
“Yo antes de caer en las drogas tuve 8 hijos, yo los saque adelante, humildemente pero siempre estuve al pendiente de ellos, ahora que estoy aquí me gustaría volverlos a ver, pues sé que es difícil ver a su mamá así, pero gracias a Dios yo estoy muy contenta de estar aquí porque me cuidan, están muy atentos a todo y sobre todo tengo un techo y una comida”, sostuvo Carmen*.
Ahora cada una de sus hijos son independientes, ella entre lágrimas nos cuenta que el esfuerzo que hizo para no caer en la drogadicción fue muy grande pero desafortunadamente las cosas no fueron así; eso sí, sueña con algún día reencontrarse con ellos y que no se avergüencen de su mamá.
“Quiero pedirle el favor al alcalde que cuando todo esto termine no se olvide de nosotros, hay muchas personas que están en la calle también por la falta de oportunidades, desafortunadamente caemos al mundo de las drogas, pero yo si le pido que luego de esto nos ayude a conseguir un empleo, yo quiero salir adelante, dejar todo este mundo oscuro…” dijo Carmen*
“Quiero sacar adelante a mis hijos”
Ruth Mary Granadillo es venezolana, está radicada aquí en Neiva desde hace algún tiempo, tiene dos hijos y convivía con su pareja sentimental en la Comuna 10, por problemas de convivencia ella decidió irse de casa junto con sus hijos, llegó al albergue hace aproximadamente 5 días para poder tener un techo y comida; a sus hijos los dejó en el Bienestar Familiar con la condición de que se los entregaran cuando todo el tema de la pandemia terminara y así ella pudiera viajar a la ciudad de Barranquilla donde tiene a su familia.
Por ahora, agradece el alojamiento que le han brindado, pues no se hubiese imaginado estar en la calle con sus dos pequeños hijos, anhela que termine pronto toda esta crisis para así poder reencontrarse con sus pequeños y viajar a Barraquilla para poderles brindar una mejor calidad de vida.
“Mi pensado después de terminar toda esta crisis es conseguir un trabajo aquí en Neiva, algo estable para darle una buena vida a mis hijos, o sino viajar a Barraquilla a reencontrarme con mi familia, yo sé que ellos me pueden ayudar”, sostuvo Ruth.
Ella, manifiesta la bonita experiencia que ha vivido aquí en el albergue del Coliseo, pues las personas a cargo están muy pendientes de cada uno de ellos.