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Contexto/ Creado el: 2020-06-05 02:33 - Última actualización: 2020-06-05 03:11

Hagamos de la innovación una epidemia

Colombia está posicionada como un país de desempeño medio, que se caracteriza por tener mejores insumos para innovar que resultados.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | junio 05 de 2020

Por: Mg. Luis Alberto Tamayo M.

El índice global de innovación (IGI),  espigado y anunciado anualmente, es el resultado del trabajo conjunto entre la universidad Cornell, el Insead (Institut Européen d'Administration des Affaires) y la WIPO (World Intellectual Property Organization). En su medición 2019, Colombia ocupó el puesto No.  67 entre 129 países evaluados, obteniendo 33 puntos sobre 100; después de valorar los 2 subíndices (insumos y resultados) y los 7 pilares asociados a ellos. Con estos resultados el país se consolidó como la sexta economía más innovadora en el escenario latinoamericano, después de Chile, Costarica, México, Uruguay y Brasil.

Colombia está posicionada como un país de desempeño medio, que se caracteriza por tener mejores insumos para innovar que resultados. La fortaleza en insumos, como consecuencia, no se traduce en resultados en términos de innovación; tal vez, por no abordarla en forma articulada y como un proceso.

Grandes brechas

El nuestro, es un país de brechas profundas entre sus regiones en materia de innovación, seguramente, producto de las diferencias en la calidad de la educación, la investigación, los recursos invertidos en ciencia, tecnología e innovación (CTeI), el desarrollo industrial, la falta de capital de riesgo, la ausencia de ecosistemas de innovación, el diseño de políticas públicas regionales orientadas al fomento de la innovación y, la falta de consensos y liderazgo alrededor de este núcleo temático. Este componente es  esencial en la sociedad para mejorar la competitividad y generar bienestar social.

Por estas razones, bajo la orientación del Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, en Colombia, se diseñó el índice departamental de innovación (IDI), adaptado a nuestras circunstancias del IGI. EL IDI 2019 está estructurado en 2 subíndices, 7 pilares, 21 subpilares y 79 indicadores por medio de los cuales se realizan las valoraciones, seguimiento y análisis. Al final, si somos juiciosos, tomaremos decisiones direccionadas al cierre de brechas y definiremos estrategias para fortalecer los entornos de innovación. El IDI 2019, es la versión cuarta de este ejercicio, que incluyó 31 departamentos de los 32 definidos en la geopolítica nacional.

En el índice general, sólo las regiones de Bogotá-Cundinamarca y Antioquia se encuentran en un nivel alto de innovación. Todos los departamentos muestran un mejor desempeño en el Subíndice de Insumos, que mide las capacidades y condiciones habilitantes para la innovación, que, en el Subíndice de Resultados, que se ocupa de los productos tangibles de la innovación. El Huila no es la excepción. Esta realidad sugiere, a la mayoría de los departamentos, aprovechar mejor las capacidades  construidas para darle un mayor impulso a la innovación.

Situación Huila

El Huila, en el IDI 2019 se ubica en la posición No. 16, con un puntaje sobre 100 de 27,91, por debajo de la media nacional (30,42), a una distancia de 42,01 del líder nacional y categorizado como mediana en el rango nacional.

La razón de eficiencia es la resultante de la relación entre los subíndices de insumos y resultados. En el IDI 2019, el Huila presenta una razón de eficiencia de 0,39, producto de la relación del subíndice de insumos valorado en 40,18 y el subíndice de resultado calificado en 15,64. Este coeficiente permite evaluar qué resultados se consiguen con las capacidades del territorio. Expresado mejor, el Huila solo genera resultados que representan el 39% de sus capacidades o subutiliza el 61% de su infraestructura de innovación. La razón de eficiencia se traduce en hacer mucho con muy poco, debemos aprender de San Andrés, líder y ejemplo nacional en esta medición.

El Huila, con un puntaje menor en el subíndice de resultados que en el de insumos, nos brinda espacios para asumir retos y oportunidades para mejorar nuestra producción creativa y de conocimiento a partir de los insumos con los que contamos. Seguramente, con la articulación entre los gobiernos municipales, departamental, las universidades, los centros de desarrollo tecnológico, el SENA, Cámara de Comercio y los empresarios lo vamos a lograr.

Es una maravillosa posibilidad para invocar la pertinencia social incitada por la pertinencia académica; reafirmar el compromiso del sector productivo, por medio de su capacidad instalada de talento humano y recursos financieros; repotenciar las inversiones estatales a través de los recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación (FCTeI) y del Sistema General de Regalías (SGR); e incluir otros recursos del orden nacional o internacional. Adicionalmente, diseñar políticas públicas y estrategias para permitir a la región construir y dinamizar un verdadero ecosistema de innovación que nos permita mejorar el IDI y en forma directa impactar el índice departamental de competitividad.

Pilares y subpilares

Los subpilares de educación superior (28,44) e investigación y desarrollo (24,78), asociados al pilar talento humano e investigación (39,50), son limitantes, por su regular calificación, para la generación de buenos resultados. Las estrategias para mejorar este componente harían énfasis en aseguramiento de la calidad y aumento de la cobertura de la educación superior regional; una oferta educativa de programas relacionados con las ciencias y las ingenierías, para aumentar el número de graduados y generar talentos en ciencias básicas; propiciar la movilidad internacional para hacer de nuestros estudiantes, investigadores, innovadores, emprendedores y docentes ciudadanos del mundo. Para tomar mejores lugares en el subpilar de investigación y desarrollo tenemos que fortalecer el número de investigadores y mejorar las inversiones en I+D. Regiones con menores insumos transitan a mayores velocidades y generan mayores impactos en los resultados.

En el pilar de sofisticación de mercados, los más altos puntajes los obtienen los departamentos con los mercados más refinados, lugares donde se concentran los principales conglomerados urbanos e industriales del país. En el otro extremo, está la Colombia profunda y las regiones con vocación agropecuaria. La brecha del Huila es muy acentuada, corresponde a 58.08 puntos. De este pilar, la zanja de la capacidad de inversión presenta una diferencia de 84 puntos, al obtener una calificación mínima de 5.79. Los créditos para fomentar la innovación son casi nulos, así lo demuestra el índice crédito a las empresas para innovar. Ahí la apreciación fue de escasos 6,14. Acompaña este anémico puntaje la valoración de la  inversión en actividades conducentes a la innovación en las empresas con valorado en 7,46 puntos. Podemos concluir que no hay condiciones que incentiven o estimulen la innovación.

En el pilar de sofisticación de negocios, es importante resaltar dos aspectos: la baja financiación empresarial del gasto en I+D, expresada con un puntaje de 2.44 y el gasto en I+D financiado desde el extranjero calificado con 1,15. Esto significa una apatía y falta de confianza del sector productivo para invertir en I+D y una baja capacidad de gestión para obtener recursos de cooperación internacional. Imagino que los empresarios desconocen que invertir en I+D es un negocio rentable por los beneficios fiscales que tiene y por los aportes que generarían los resultados en la productividad de las empresas.

¿Habrá sordera o miopía?

En resultados, donde somos escasos, observamos con preocupación los valores asignados a empresas innovadoras en sentido estricto (0,00), significa que nuestras empresas no crean conocimiento no innovan; gasto TIC para innovar (2,65) y producción de alto y medio contenido tecnológico en la manufactura (1,94), indican el bajo impacto, donde las TIC están más orientadas como medio que como fin y que definitivamente no somos un departamento industrial. Para cerrar el pilar de conocimiento y tecnología, las exportaciones de productos de alta tecnología (0.09) y empresas de servicios de comunicación, computación e información que exportan (0,00)  denotan una difusión de conocimiento sin transcendencia.

En el pilar de producción creativa, llama la atención la baja calificación a bienes y servicios creativos (1,68). Esto significa que la economía naranja, hasta ahora, no ha sido favorecida en el Huila. No obstante, tengamos las industrias creativas incluidas como apuesta priorizada en el Plan Regional de Competitividad. Aquí está presente una gran oportunidad, desde la órbita de las innovaciones digitales: desarrollo de software, videojuegos, sistemas multimediales, realidad virtual y ampliada, aplicaciones móviles, diseño de productos, entre otras.

La interacción entre la formación, la investigación y la proyección social son fundamentales para promover la innovación a través de la definición de problemas y la presentación de posibles soluciones.

La formación por proyectos, como audacia didáctica, el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje basado en la investigación, pertenecen al grupo de estrategias más apropiadas y enriquecedoras para este propósito desde el ámbito educativo.

Innovar

La innovación es un proceso cultivado en el aprendizaje, que induce a la resolución de problemas dando respuesta a las necesidades de personas, empresas o sociedad, a través de productos, servicios o procesos novedosos o de mayor calidad que los anteriores. Todos ellos para ser llevados al mercado (económico o social).

Nace a partir de una idea y evoluciona a la generación de conocimiento, invención, industrialización y comercialización a diferencia de la invención y los prototipos que son ejercicios personales o académicos.

Sabemos de la importancia que tiene la innovación en las empresas y el papel que juega en el progreso social y la competitividad de las regiones. Este proceso se centra es una búsqueda permanente de soluciones a problemas reales. En esencia, es un proceso de aprendizaje. La educación dual, la innovación abierta y el fomento a la innovación determinado por la alianza entre investigadores, semilleros y empresarios, presentan giros que nos pueden ayudar a mejorar las inmersiones en la innovación.

Las únicas armas que tenemos para entrar en acción son el conocimiento, la articulación, el trabajo en equipo y el compromiso interinstitucional; premisas esenciales para la generación de una cooperación a gran escala en pro de la innovación.

La innovación, sin duda, la certifica o viabiliza el beneficiario. En este sentido, el producto mínimo viable es una herramienta fundamental para introducir el producto, servicio o proceso en el mercado para ser aprobado o ajustado con las recomendaciones del consumidor. Por esta razón, una innovación reside en los ojos del que contempla no en las manos y mente del creador.

Se deben apropiar para realizar exitosos procesos de innovación, herramientas como la vigilancia tecnológica, la prospectiva y el benchmarking. Así, como la articulación fina y armoniosa entre la formación, la investigación y el emprendimiento.

En síntesis, los principales rezagos del Huila los encontramos en los pilares de capital humano e investigación, sofisticación del mercado, producción de conocimiento y tecnología y producción creativa. El departamento presenta desvalorizadas calificaciones en los pilares que hacen parte del subíndice de resultados, una baja inversión en I+D, una plataforma productiva poco sofisticada y una simple diversificación de la oferta exportadora. Además, devela una inactividad innovadora en el marco de la economía naranja.

La invitación es hacer de la innovación una epidemia que nos contagie a todos. En principio, atendiendo como líneas prioritarias: la salud, la educación, el sector agropecuario, la agroindustria (alimentaria y no alimentaria), el turismo, el gobierno en línea y las industrias creativas. Finalmente, por el universo de problemas y necesidades anclados en la región, el alcance de la innovación se dignifica en forma transversal a todos los sectores y a los objetivos de desarrollo sostenible.