Gestione el miedo que produce el coronavirus
Esta pandemia está aumentando las consultas a los expertos en psicología y psiquiatría por la ansiedad que produce el contagio y el aislamiento. Acá, explicamos cómo gestionar esta emoción.

El miedo es una emoción libre. Y es natural sentir angustia y ansiedad ante la pandemia del coronavirus, el virus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19 y que está, paralizando el mundo.
Este tipo de situaciones de alteración de la normalidad son las que mayor estrés producen, ya que se pierde el control y nos enfrentamos a una amenaza real: la del contagio.
Por tanto, si alguien le acusa de sentir miedo responda que es reacción natural ante una situación extraordinaria. Ahora bien, si es excusable sentirlo y nadie le puede criticar por ello, también es aconsejable saber cómo gestionarlo para poder tomar las decisiones más acertadas y no dejarse llevar por el pánico.
"El miedo influye en nuestra forma de pensar", señala el psicólogo Jesús Matos. "Los sesgos cognitivos asociados nos hacen tender a desarrollar pensamientos catastrofistas. Esto se agrava por la cantidad de información que estamos teniendo y, generalmente, tenderemos a evaluarla en términos de peligro".
El secreto está en buscar un equilibrio en tener información contrastada y veraz y no estar contantemente pendiente de la actualización. Una vez más insistimos en acudir a las fuentes oficiales, puesto que la situación que se ha creado en torno al coronavirus es un caldo de cultivo para las conocidas 'fake news' es decir, noticias falsas.
Otro de los consejos que da el especialista es intentar gestionar mejor este miedo y no bloquearlo. Esta emoción es normal, dadas las circunstancias. Además, nos ayudará a cuidarnos mejor y a seguir las recomendaciones que indican las autoridades.
¿Podemos sentir síntomas psicosomáticos?
Las personas que sufren ansiedad o depresión pueden ser más vulnerables a esta situación de pánico generalizado y sufrir un 'repunte' de su patología. Esto, aclara el experto, no significa que se vaya a experimentar una recaída. Simplemente, la situación ha cambiado y la alarma social nos afecta. Por tanto, "cuando introduces un elemento 'estresor' como es el contagio y la enfermedad por el coronavirus, la ansiedad, la depresión y, especialmente, la hipocondría puede exacerbarse".
De hecho, es posible experimentar síntomas psicosomáticos. "Todas las emociones, al igual que tienen un componente cognitivo, también cuentan con un sistema de respuesta fisiológico". Por ejemplo, en situaciones de estrés se activan una serie de mecanismos que nos ponen alerta para la lucha o la huida. "Cuando sentimos miedo se nos acelera el corazón, se seca la boca, entre otras reacciones que activan el cuerpo para una respuesta de escape. Si focalizamos la atención en determinadas partes del cuerpo, podemos percibirlas de forma distinta, las notamos más y somatizamos, es decir, podremos llegar a sentir síntomas del COVID-19. Por ejemplo, presión en el pecho, dolor de cabeza o de garganta, etc.".
Si es nuestro caso, lo mejor que podemos hacer es tratar de racionalizar estos síntomas y compararlos con los que produce la enfermedad: fiebre, tos seca y dificultad para respirar.
¿Por qué algunas personas desarrollan agresividad?
Otras conductas que estamos viendo en algunos supermercados, fundamentalmente, son reacciones de agresividad, sobre todo, a la hora de adquirir artículos como geles desinfectantes que, como sabemos, escasean. En este sentido, se explica que la agresividad es una respuesta conductual de la emoción de ira y enfado, y esto surge cuando nos frustran objetivos, nos sentimos agredidos o percibimos una situación como injusta.
Hay personas que están viendo peligrar sus negocios, otras que no pueden salir de sus casas y realizar las actividades que desean o los objetivos que nos habíamos impuesto no se pueden cumplir. "Es también normal sentirnos enfadados. Pero hay que intentar canalizar esa frustración para no llegar a la ira", recomienda el experto.
¿Qué situaciones debemos evitar para no alimentar el miedo?
En primer lugar, evitar la comprobación continua de información. Nos tranquiliza a corto plazo, ya que tenemos la sensación de control sobre la pandemia pero, a largo plazo, genera más angustia. Además, como partimos ya de la emoción del miedo, filtraremos los datos y solo nos vamos a quedar con lo más alarmante.
Por ejemplo, si leemos que el 80% de las personas desarrollan síntomas leves y que el 5% tiene síntomas críticos, nos quedaremos solo con este último dato. Hay que entender que "nuestro cerebro emocional no es 'bueno' con las estadísticas. Solo lo es con la información relevante, en este caso, el peligro, por lo que estar intentado ejercer el control sobre algo que es incontrolable comprobando información nos va a generar mucha más ansiedad".
¿Cómo gestionamos, psicológicamente, el tiempo en casa?
Es muy importante controlar lo que sí está en nuestras manos. Por ejemplo, saber qué vamos a hacer en el día y llevar una rutina. Y es que es probablemente es la primera vez en la historia en la que nos enfrentamos de manera global a una incertidumbre total, en la que no sabemos qué va a pasar mañana. Por ello, "es recomendable tener pequeños inputs que nos ayuden a tener una sensación de control".
Además, es fundamental reservar tiempo para las actividades placenteras y de ocio, por ejemplo, ver una película o una serie en familia, leer un libro, disfrutar de los juegos de mesa, etc. Y otro aspecto muy importante: dejarnos arropar por los nuestros y hacer lo mismo con nuestro entorno. "El apoyo social percibido es un amortiguador del estrés y nos ayudará a superar esta situación sin tanto miedo", resalta el profesional de la salud Jesús Matos.