La muerte de la magnate de Jolie de Vogue
Esta semana falleció en Bogotá. La marca ahora es de una firma francesa.

El pasado lunes en la noche falleció María Cortés de Chaves, fundadora de la línea de cosméticos, Jolie de Vogue.
El deceso de la reconocida empresaria se produjo en la ciudad de Bogotá, al parecer por problemas en el corazón.
María Cortés de Chaves estuvo vinculada de cerca con la ciudad de Cartagena a través de su empresa Jolie de Vogue, la cual patrocina al Concurso Nacional de Belleza y tiene la franquicia de Miss Universo.
En el 2012 vendió Jolie de Vogue a la compañía francesa L’Oréal París, con el fin de perpetuar su marca, según dijo entonces.
Historia de una empresaria
El legado más grande que María Cortés de Chaves le deja al país no es la firma de cosméticos Vogue que le brinda el sustento a mil familias colombianas, sino su historia.
Recientemente, María de Chaves vendió la empresa, por la que trabajó cincuenta años, a la compañía francesa L’Oréal París, una decisión, según ella inteligente, nada fácil, riesgosa como las que ha tomado siempre y cargada de expectativas positivas para su propósito de perpetuar su marca en el tiempo. En sus planes no estaba venderla, pero la oferta llegó, se cumplió el requerimiento de mantener la marca y la organización jerárquica de la empresa.
“Creo que el hecho de yo haber estado bastantes años frente al negocio garantizaba en cierta forma la colectividad de la familia. Los hijos bien aunados frente a un bien común, pero no estando yo porque en algún momento tengo que retirarme, pienso que no sería de la misma manera. Llegó esta oferta y creo que es una muy buena solución”, expresa.
En sus vivencias, para hacer posible la creación de un emporio económico a partir de una olla de cocina en la que se atrevió a mezclar unos cuantos insumos químicos para hacer esmaltes, está la sazón y la sustancia de la enseñanza de María de Chaves.
Su entusiasmo por la vida, su seriedad, buen gusto y sobre todo su entereza para levantarse de las caídas ha despertado la admiración de un país que reconoce en ella un ejemplo de vida.
Semblanza
Ni en su niñez, ni en su juventud, María soñó con tener una empresa tan prestante y conocida en Latinoamérica, como lo es Vogue. Luego de su matrimonio con Roberto Chaves el único afán de esta pareja era obtener lo necesario para sostener la familia de cinco hijos que habían creado. Pero una cosa los llevó a la otra hasta que de manera inconsciente brotó en ellos el ánimo de crecer, fue entonces cuando se concibió el sueño de la gran compañía.
Al principio de esta historia, María tenía 18 años, acababan de cerrar la fábrica de cosméticos en la que había trabajado cierto período de tiempo, el suficiente para conocer las fórmulas con las cuales hacer los pinta uñas. Era la segunda compañía de cosméticos en la que había trabajado y donde conoció a Roberto. Tuvo una niñez apaciguada entre un internado y la casa de una tía, donde debió dejarla su madre mientras viajaba de Bogotá a Panamá, para traer mercancías. Era la tercera de cuatro hermanos. Estudió dos años de comercio mercantil. El marido de su hermana mayor a quien ayudaba con la crianza de sus hijos le consiguió su primer trabajo como secretaria en una empresa de cosméticos.
La necesidad económica y el deseo de Roberto de ser independiente los hizo arriesgarse a emprender por sí mismos un camino. Invirtieron todos los pesos que tenían en la compra de productos químicos y en la compra de una camioneta vieja en la que iniciaron la dispendiosa tarea de recorrer los cuatro puntos cardinales de Bogotá descubriendo cuanta tienda, farmacia y miscelánea había para negociar con el dueño la venta de sus esmaltes.
Pero primero, lo primero, escoger el nombre del producto. La elección de Vogue fue unánime porque ambos disfrutaban de la lectura de la revista Vogue y esta palabra en español significa moda. Así nació Laboratorio de Cosméticos Vogue.