“El cine para mí es un misterio”
El artista y crítico cultural Lucas Ospina, visitará el Festival de Cine Cinexcusa. DIARIO DEL HUILA conversó con el artista sobre el cine y su vocación.

Lucas Ospina, artista, escritor y crítico cultural, hablará en Cinexcusa de la obra “Aquí no cabe el arte” de Antonio Caro. Una crítica a la sociedad colombiana gobernada en 1972 por el Frente Nacional. La ponencia está programada para este miércoles, a las 8:30 a. m. en el auditorio Olga Tony de la Universidad Surcolombiana.
DIARIO DEL HUILA conversó con el artista sobre el cine, su vocación, el llamado “arte político” y el oportunismo de alguno de sus contemporáneos. Cinexcusa se realizará del 27 al 31 de octubre, en tres universidades y diez colegios públicos.
Prográmese e invite a familiares y amigos, serán cinco días de buen cine, con entrada libre y de forma gratuita. Gracias al apoyo de la Gobernación del Huila, el Consejo Cinematográfico y el Fondo de Cultura Económica.
De los trabajos creativos que realiza, ¿cuál le genera mayor satisfacción?
La mayor satisfacción podría estar en no considerarlos como trabajo.
Usted dibuja y escribe. Uno de sus trabajos destacados es ‘dibujos académicos’. ¿Qué quería transmitir con esta obra?
De nuevo, no creo que sea un trabajo, puede ser un intento de hacer algo a partir del trabajo que hago como profesor, una serie de alusiones veladas y explícitas, literales y metafóricas, concentradas y dispersas, al servicio de recreacionista intelectual con que me gano la vida.
¿Hubo un momento ‘epifánico’, ‘revelador’, que le aclarara su vocación artística?
No lo pude evitar. Yo quería estudiar cerrajería pero mi mamá —que hace fotos—, mi papá —que hace actuación— y un tío —que hace cine— me obligaron a estar en esto del arte.
Sin el ánimo de hacer un recuento exhaustivo, ¿qué artistas, escritores, músicos, cineastas han influido en su obra?
Con el ánimo de ser sintético le respondo con uno de cada uno y una obra. Artista: el Marcel Duchamp tardío de los últimos 25 años cuando se dedicó a hacer solo una obra que contradijo, en parte, lo que había hecho con anterioridad. Escritor: casi todo lo que escribió Thomas Bernhard. Músico: el pianista Glenn Gould. Cineastas: el Ingmar Bergman de “El Mago”.
¿Cuál es su apreciación del arte plástico colombiano hoy?
No hay arte plástico colombiano, eso es como decir matemática contemporánea colombiana. Lo que habría es mucha actividad, tantos tipos de arte como artistas. Solo espero que el arte que se hace, en su mayoría, siga siendo anormal. Me explico, ahora con el interés externo que parece haber en lo que se hace acá, da la impresión que hemos sido reconocidos por las élites criollas y por el exterior, tanto que ahora somos “normales” y esa normalidad trae un tedio, una pretensión y una profesionalización aburridísima, pero bueno, pensándolo bien, eso puede ser una ventaja: toda nueva jugada del arte viene del aburrimiento.
En sus artículos ha criticado el oportunismo de algunos artistas con la situación de conflicto del país. Por favor háblenos más a la respecto.
Es un oportunismo que mezcla en cantidades exactas candidez y astucia, de acción pero también de omisión, se hace “arte político” pero no se lo hace políticamente. El ejemplo más reciente es de la obra “Plegaria Muda” de Doris Salcedo, 166 piezas en las que la artista dice que hace mención a los crímenes paraestatales de lo que conocemos como “falsos positivos”, pero que luego se desmembra y vende al detal, por ejemplo al Banco de la República de Colombia, a través de la Galería Alexander and Bonnin de Nueva York: 3 piezas por más de 1200 millones de pesos. Sería bueno saber si algo de esos recursos retornan luego al país, por ejemplo, en forma de ayudas para pagar los abogados de las familias que buscan justicia para el caso de las ejecuciones extrajudiciales, si esto fuera así, la obra pasaría del periodismo lírico a la acción política.
Usted dicta el curso Arte y Cine en la Universidad de los Andes ¿Cuál es su lectura sobre el cine colombiano después de la Ley del cine?
Para hacer cine hay que manejar muchas variables —la dirección, la producción, el guion, los actores, la comercialización, la exhibición— y en algo ayuda la ley a engrasar los mecanismos de todo este tejemaneje social, pero nada garantiza que algo feliz vaya a pasar ahí, la felicidad de una película no la hace un decreto. El cine para mí es un misterio.
¿Qué van a escuchar los asistentes en su ponencia durante el Festival de Cine Cinexcusa y cuál es su expectativa?
Medias verdades y verdades y media, nunca la verdad.