Falta diálogo social para ciudadanía activa: Fernando Rincón
Diario del Huila habló con Fernando Rincón, conductor de ‘Dialogo SurCiudadano’, iniciativa que busca generar debate sobre tema coyunturales de la región y que cuanta con el apoyo de esta Casa Editorial.

D.H. En los círculos educativo, cultural y político del Huila se le ha visto muy activo en plataformas digitales participando en debates o conversaciones especializadas desde el inicio del confinamiento por el Covid-19, en particular uno llamado “Diálogo Surciudadano” promovido por usted. ¿Quién es Fernando Rincón Trujillo?
Pertenezco a una familia de educadores. Soy un laboyano porque crecí en Pitalito y al terminar el colegio me fui, digo que desplazado por falta de universidad en el Huila en ese momento, a trabajar y a estudiar a Bogotá. Allá obtuve mi grado de publicista profesional, una maestría en educación y dos especializaciones: una en cultura y otra en comunicación.
Luego de trabajar como maestro en todos los niveles educativos, investigador social, comunicador y asesor en políticas públicas y planes de desarrollo, incluyendo la Presidencia de la Comisión Nacional de Seguimiento al Plan Decenal de Educación y la coordinación de varios foros educativos nacionales y distritales, decidí regresar al Huila; vivo en Neiva hace dos años y medio.
Estoy muy activo aquí: en este confinamiento, y todo desde mi escritorio, una pequeña biblioteca y mucho intercambio con amigos, me he autodenominado como “Vivitante”, pues he decidido ser no solo un simple habitante de la ciudad, o hasta el momento un sobreviviente de la pandemia, sino un promotor activo por la vida y por la expresión ciudadana independiente. Como no me gusta la palabra “militante” por su asimilación a ejércitos, guerras y dogmas, prefiero la de “vivitante”, que es una persona activamente viva, algo redundante, pero precisa.
De dónde surge la idea del Diálogo Surciudadano que se convoca regularmente por redes sociales y en Facebook?
La iniciativa de “Diálogo Surciudadano” que, junto con el grupo de amigos académicos que lo creamos, pretendemos sea una plataforma multimodal de diálogos intersectoriales y de grandes diálogos multidimensionales o integrales, surgió como efecto de la publicación de un artículo de mi autoría en la Revista Latinoamericana Sur sobre el manejo de la pandemia en el Huila titulado “Inermes ante la enormidad, simplistas ante la complejidad”.
Al conversar con amigos sobre lo encontrado en unas indagaciones en el Huila, dijimos que hay que hacer algo; la gente no puede estar tan desentendida, tan desinteresada y, de alguna manera, tan resignada a lo que otros decidan con su vida, que de verdad sigue en juego, aunque para muchos no parezca. No se trata de revolucionar ni de alarmar, pero sí de ilustrar, de interesarse por saber para dónde nos llevan; si bien o mal, lo dirá cada quien; pero estar enterados, esto es serio y tiene que ver con el hoy y con el futuro de todos. Ya está más que claro que el destino de cada quien está relacionado, así nos hagamos los locos, al destino de los demás. Debe ser preocupación de los acomodados que no haya nadie desacomodado.
Hace dos meses dijimos, esto es muy serio y salvo la obediencia acrítica que los gobiernos departamental y municipales le hacen a lo que diga Duque, y los reclamos que por separado venían haciendo algunos gremios al gobernador y a los alcaldes, en lo que creemos ciudadanía se evidenciaba un silencio absoluto, una parsimonia, una somnolencia. Era como si se esperara de manera inerme a que cayera el chaparrón, como si se admitiera que la vida de todos se manejara a como dé lugar por los gobiernos de turno.
Ante eso, dijimos que, así fuéramos unos pocos, que no nos quedáramos quietos en la crítica a los demás y que propusiéramos unas conversaciones de carácter académico e ilustrativo para mover al menos a unos cuantos y tratar de superar esa inercia, o esa inexistencia de ciudadanía activa más allá de los gremios y ciertos movimientos sociales. En esa reflexión nació “Diálogo Surciudadano” como propósito de movilización ciudadana para resignificarnos como un sur con participación, conocimiento e iniciativa territorial.
Ese panorama los puso en actividad y empezaron los diálogos ¿Qué temas han abordado y qué puede señalar como logros?
Con la participación del Director de la Revista Sur, Pedro Santana, y de algunos amigos huilenses con quienes hemos hecho grupo como María del Carmen Jiménez, Leyla Rincón, Óscar Goyeneche, Andrés Fernández, Alba Bohórquez, Lorena Quiñónez, Aldemar Macías y William Alvis, entre otros, hemos realizado varios diálogos teniendo como referente los desafíos que van quedando más que evidentes por esta pandemia, y siempre con la amable intervención de secretarios de la gobernación del Huila a quienes hay que agradecer: se les han hecho críticas y hemos visto que las toman bien; de eso se trata, de hablar con franqueza y con respeto.
Sobre economía dialogamos con Luis Jorge Garay; sobre el plan de desarrollo departamental, con el Jefe de Planeación y el Secretario de Educación del Huila; sobre cultura con el artista y productor musical Iván Benavides, el Secretario departamental de Cultura y un grupo destacado de artistas, docentes y gestores; sobre salud con Carolina Corcho, vicepresidente de la Federación Médica Colombiana y el Secretario de Salud del Huila. Este jueves dialogaremos sobre agricultura, alimentación y ambiente con la exministra de Agricultura y de Ambiente, la economista Cecilia López Montaño, con el Secretario de Agricultura departamental Dilberto Trujillo y con el profesor Miller Dussán, entre otros líderes en el Huila. Muy pronto abordaremos el tema del desempleo, triste destacado del Huila en el panorama nacional.
Como logro, el ir posicionando paso a paso la idea de la necesidad de diálogos interdisciplinares o intersectoriales, la comprensión de que se necesitan análisis complejos para poder abordar desde diferentes ángulos los problemas estructurales, que de hecho, son los complejos. No queremos fastidiar a nadie con nuestras apreciaciones, porque hay muchos y muy valiosos esfuerzos de debates, foros, paneles y conversatorios en esta época de pandemia en la exacerbación del uso de canales digitales, pero hay que invitar a que cada sector salga de sus propias burbujas autocomplacientes y provoquen los diálogos cruzados con quienes, así no se esté de acuerdo, hay que convivir y tratar de construir un modelo humano, equitativo y sostenible de vida y de desarrollo, o como lo quieran llamar.
Los amigos de Diálogo Surciudadano decimos con respeto y admiración que hay que salir de los propios cascarones para poder caminar el mundo con los otros, y en medio de los otros y del ambiente. Ahí están los gobiernos, las instituciones y las organizaciones de la sociedad: hay con quién, falta ponernos a reflexionar y actuar conjuntamente; todos estamos en el mismo planeta.
¿Por qué insiste en esa necesidad de diálogos complejos?
Ojalá estemos equivocados, pero no hay señales de cambio en el cómo vamos a abordar la vida cuando alguien diga que es hora de volver a la normalidad.
Estos 100 días de pandemia no han cambiado perspectivas. Toca reconocer con tristeza que en el Huila no hay ciudadanía activa ni pensamiento complejo, o al menos interdisciplinar. Pero es que ni siquiera los partidos políticos, los sindicatos y los gremios piensan y se manifiestan integralmente como colectivos respecto de las diversas crisis provocadas y desenmascaradas en estos meses, no hay una sola de esas figuras de organización social que se haya atrevido a proponerle algo a las demás. Cada quien se ha quedado en su asunto, eso es legítimo, pero es absolutamente insuficiente. Seguimos siendo simplistas.
Todos le piden a la gobernación y a las alcaldías, lo que tiene lógica, pero lo que no la tiene es que estos gobiernos sólo planteen repetir ejercicios que antes no han servido para mayor cosa: se sigue hablando de fondos pírricos para que los pequeños y medianos empresarios, ya quebrados, se sigan endeudando, y a otros solo les hablan de pequeños subsidios ocasionales, nada sostenible. Los necesitados no requieren deudas, así parezcan fáciles, ellos requieren mercados, compradores y usuarios, y para ello necesitan como socios a los solidarios y al Estado. En esta época son impertinentes quienes se limitan a ser prestamistas o sus cobradores de impuestos. Se necesitan socios, no contrapartes.
No se requieren muchos análisis para afirmar que esto se enfrenta es con diálogos amplios, abiertos y francos entre perspectivas diferentes. Esto no es de aislamiento, al contrario, es de articulación y cohesión social, claro, con distanciamiento físico en encuentros presenciales, pero no aislamiento en conversaciones conceptuales y operativas. Necesitamos acercarnos mucho, unos y otros, para que las enfermedades del cuerpo, junto con las del desempleo, la inequidad, la cultura de corrupción y violencia y el cambio climático no nos entierren por separado. Esto es con diálogo ciudadano multidimensional. Ojalá las organizaciones sociales los promuevan para que los gobiernos encuentren en ellos su sentido político y administrativo, y por ende, su legitimidad.