“Los policías nunca se detuvieron, le golpearon en varias oportunidades en el rostro, y seguían con la pistola ‘taser’. Pero las descargas ya no se las hacían sobre la ropa porque él ya tenía la camiseta desgarrada, se las hacían sobre la piel”, aseguró Salazar.
Escapan patrulleros involucrados en el asesinato de Javier Ordóñez
Los uniformados no dejaron rastro alguno y no contestan sus equipos móviles. Autoridades investigan su paradero.

La Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional iniciaron un operativo para dar con el paradero de los patrulleros Juan Camilo Lloreda Cubillos y Harry Daniel Rodríguez Díaz, que serían los dos responsables de la muerte de Javier Ordóñez.
La orden de captura no se ha hecho efectiva porque los teléfonos celulares de ambos están apagados y no hay rastro alguno.
Además de la orden de captura, estos dos patrulleros también tienen un proceso disciplinario con la Procuraduría por ser responsables directos de la muerte de Ordóñez.
El Ministerio Público considera que estos dos uniformados, implicados en la muerte de Javier Ordóñez, “presuntamente incurrieron en conductas descritas en el Código Penal como delitos a título de dolo: abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto y homicidio durante un operativo”; en hechos que ocurrieron el pasado 9 de septiembre en la madrugada en vía pública de un barrio, en la localidad de Engativá.
Además de la orden de captura, se conoció que la Fiscalía pedirá una medida de aseguramiento contra Lloreda y Rodríguez.
La noticia sobre la captura de los policías involucrados se da luego de los detalles que entregó Wilder Salazar, el amigo de Javier Ordóñez que estuvo presente en el CAI en el que lo atacaron y dejaron prácticamente sin vida.
El testimonio de Salazar quedó consignado en un video que fue difundido por la representante a la Cámara, Katherine Miranda, que reprodujo la grabación durante el debate de control político cuyo tema fue el “abuso de la fuerza por parte de la Policía Nacional”.
Lo primero que dijo el amigo de Javier Ordóñez fue que la víctima “suplicó, en todo momento”, que pararan el castigo, y esos ruegos quedaron grabados en el vídeo que se difundió sobre el cuestionado procedimiento de dos policías que lo reducen con choques eléctricos de pistola ‘taser’.