sábado, 13 de septiembre de 2025
Neiva/ Creado el: 2018-09-25 12:44 - Última actualización: 2018-09-25 01:00

El Río del Oro es 'una alcantarilla'

El agua que fluye por este afluente está contaminada: basura, elementos químicos, residuos de construcción, materia fecal, veneno y, en general, todas las inmundicias que usted se pueda imaginar, caen a diario sobre esta fuente hídrica que bordea a la ciudad de Neiva.

Escrito por: Caterine Manchola | septiembre 25 de 2018

La cantidad de toneladas diarias de desechos que recibe el Río del Oro es incalculable. La Administración Municipal no cuenta con los recursos tecnológicos para realizar el monitoreo que esta ardua tarea  representa, pero sí tienen registro de que hay varios tipos de contaminantes.

Primero,  los residuos de la gente que de manera inculta e irresponsable manda a botar la basura al afluente en lugar de esperar al carro de la basura. Segundo, los ciudadanos que concluidas las construcciones entregan los sobrantes a personas que depositan allí los escombros.

Además, hay criaderos de cerdos cuyas cocheras desaguan al rio. Esto es perjudicial porque las cocheras tienen una alta carga de materia orgánica y aunque esto también está prohibido, algunos hacen caso omiso.  

Asimismo, algunas  chatarrerías, que tienen parte de electrodomésticos,  depositan los sobrantes directamente al afluente.

También, son varios los asentamientos que a lo largo de su trayecto de 25,6 kilómetros antes de verter sus aguas al Río Magdalena cerca del Puerto de las Damas aportan su cuota contaminante;  pues  vierten sus aguas negras directamente en él, debido a que a las invasiones no se les puede instalar un sistema de alcantarillado. 

“Se encuentran colchones, neveras viejas, ropa, etc. Cuando hemos hecho las campañas de aseo es deprimente la cantidad de cosas que hayamos, que simplemente es falta de cultura por parte de los residentes de la ciudad”,  manifestó la secretaria de Medio Ambiente de Neiva, Gloria Amparo Gutiérrez de Olaya.

Y esa cantidad de mugre es la responsable de la eliminación casi total de la vida en el sector del afluente. Allí no se ve ni un solo pez vivo.

Problema social   

De acuerdo con la secretaria, esta falta de cultura ambiental,  perjudica  a todas las personas; niños, mujeres, hombres y adultos mayores.

“Yo digo que el que arroja la basura es como el que escupe para arriba, que luego le cae en la cara. Porque la gente bota la basura al río, este se descompone, no tiene un flujo normal, se forman pequeños charcos y en estos se crían los vectores que transmiten muchas enfermedades. Se vuelve un círculo vicioso, a más basura más enfermedades”.

Y es que el Río del Oro, se ha convertido hoy en una gigante cloaca, no sólo produce malos olores, sino que además le ocasiona enfermedades respiratorias,  de la piel, y dengue hemorrágico a la comunidad aledaña que bordea este afluente hídrico de la capital opita.

El abandono del mismo también soporta el abandono social de cientos de habitantes de la calle, que utilizan el poco líquido que conserva el afluente, no solo para sus necesidades básicas como el baño sino también para consumo, lo cual pone en riesgo la salud de muchos de ellos.

Los puentes, lugares que de manera frecuente se convierten en hogares, no de paso sino permanentes, son hoy los que alimentan el paisaje desamparado del río. Las grandes tuberías por donde es arrojado el líquido, sirven también como resguardo de muchos habitantes de calle ante la lluvia o las mismas circunstancias adversas, pero más allá de eso, el río se ha vuelto un aliado de la inseguridad e insalubridad. Es un arroyo, que lentamente desaparece con el paso del tiempo, ante la mirada atónita de los neivanos.

Acciones

El afluente hídricó recorre 25,6 kilómetros desde su nacimiento, en La Cuchilla Terpella y en la vereda Cerro Neiva del corregimiento de El Caguán. A partir del sitio conocido como Paso Ancho, y luego penetra en el área urbana hasta su desembocadura en el río Magdalena, a la altura del Puerto Las Damas.    

En su recorrido recibe las aguas de algunas quebradas como El Tigre, la Cabuya, La Zanja Honda, La Florentina, que también vienen con altos grados de contaminación.

Está canalizado en casi toda su extensión debido a que fluye muy cerca de áreas urbanas.

Debido a la importancia que representa, a través de los años la comunidad, la administración y entidades a quienes les compete el cuidado del medio ambiente como Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM, la Secretaría de Medio Ambiente, Ciudad Limpia entre otras, se han ido comprometiendo con esta grave situación, mediante limpiezas masivas, campañas de concientización; pero son pequeños ‘paños de agua tibia’ ante la grave contaminación.

Además, está  el compromiso de implementar un Plan de Manejo y Ordenación de Microcuenca del Río del Oro –POMCA, que fue reestructurado y abarca a otros afluentes de la ciudad.

Este proyecto está en su fase final de diagnóstico y su  formulación permitirá conocer qué acciones se deben ejecutar para solucionar la problemática, que afecta no solo este, sino todos los ríos de Neiva.   

Las últimas acciones para la limpieza del rio se han dado en la Semana Por la Paz en septiembre.   

Ya se han realizado dragados en algunos tramos de tres y cuatro kilómetros, pero según la Secretaría de Medio Ambiente, estas acciones se ven opacadas con la falta de cultura, pues “más nos demoramos en limpiarlo, que las personas en volverlo a contaminar”, expresó la secretaria de medio ambiente.

Hoy, el Río del Oro agoniza lentamente. La maleza y basuras carcomen lo poco que queda y no tiene doliente alguno. El que fuera en otrora un bonito espejo de agua es ya una cloaca infestada de todo tipo de males que requieren pronta intervención.


Comentarios