viernes, 18 de julio de 2025
Cultura/ Creado el: 2020-03-14 12:29

El museo al estilo ‘Indiana Jones’ de los opitas  

Con un guía que personifica al protagonista de la famosa saga ‘Indiana Jones’, inicia uno de los recorridos más emotivos y emblemáticos que se pueden encontrar alrededor de la cultura turística de capital huilense. Un sitio lleno de animales fantásticos que rememoran lo curioso de la paleontología de una manera más didáctica y menos obsoleta.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 14 de 2020

Por: Liz Farfán

Bajo el emblemático Monumento La Gaitana, se encuentra uno de los más recónditos y a la vez, más conocidos museos que representan la idiosincrasia de una historia que, al parecer, cobra menos interés de la que debería tener. Este lugar, que limita con el malecón del río Magdalena, cuenta en su interior, con grandes esculturas de animales que dejaron huella alrededor del mundo y que hoy, José Ricardo Garrido, administrador y escultor de profesión empírica, materializa de manera tangible para que propios y extraños, visiten y se sumerjan dentro de las fantasías que ocultan estos misteriosos animales en medio de una exposición que cada vez se está reinventando mucho más.

Y de la manera más inusual, inicia un recorrido que cobra vida en medio de un espacio que cuenta con montañas arcillosas como las que suelen presentarse al interior del Desierto de La Tatacoa, pues de esta manera, se logra vivir más la realidad de un momento que fue presente y que ahora, por medio de una pequeña y particular caminata guiada por un conocedor de la historia, el pasado intenta recobrar la memoria, trayendo a la actualidad una historia que tal vez, con el paso de los años se ha tergiversado y perdido un poco su verdadero valor.

De ahí, que la historia también se remonte a la narración de los cuentos que de pequeños acostumbrábamos a escuchar, pues da inicio con un emotivo “Erase una vez”, y a partir de ahí, se desprende toda la historia que alguna vez se escuchó hablar acerca de los dinosaurios y de su descendencia u origen, con un particular, pero gran valor agregado y es que su propietario, al mejor estilo de ‘Indiana Jones’, personifica al protagonista de esta saga que ha dado tanto de qué hablar con el paso de los años, tanto así que recrea todo el personaje desde el sombrero, la cazadora y el látigo hasta la presentación de su nombre, cuando dice llamarse Indiana “Richard”, pero en versión criolla, pues desde que pone un pie en el escenario que es el mismo camino de arcilla que le da la vuelta a todo el salón donde se exponen las diferentes clases de dinosaurios, deja de ser José Ricardo para convertirse en el particular arqueólogo estadounidense Henry Walton Jones al mejor estilo huilense, como advierte entre risas.

Años de trabajo

Este mismo señor, es quien durante más de 20 años ha mantenido intacta toda la tradición e idiosincrasia que se introduce bajo la superficie de un monumento que ya es icono propio de la huilensidad y al que también, le debe toda su gratitud, pues debido a su calidad en el área turística, La Gaitana también atrae de forma curiosa a propios y extraños a visitar este museo y a hacer parte del recorrido que cuenta con un cómodo valor que ayuda a dar sustento al mismo lugar y también a sus propietarios.

Este recorrido lleva como nombre La vuelta del tiranosaurio Rex, que fue el carnívoro de mayor tamaño que pisó la tierra como relata Jose Ricardo con una entonación al ritmo como de quien narra versos y aunque tal vez parezca un tanto mecanizado su relato, quizás por las muchas tantas veces que lo ha replicado, suena tan real como si fuera la primera vez en medio de la gran obra de teatro de su vida. Luego, continua con la historia y narra de manera textual: “a pesar de su gran tamaño y falta de agilidad, alcanzaba una velocidad de unos 40 km/h tras sus presas”.

Específica, además, que cada uno de esos animales que se encuentran allí dentro, atrayendo expectantes a todos por igual, los ha tallado él mismo con sus propias manos, pues al ser escultor empírico, se ha especializado toda una vida realizando este tipo de creaciones artísticas; algunos, los más antiguos y con los que le dio vida al museo, son en material de arcilla o barro y los más recientes, los más grandes y con los que esculpe a los dinosaurios más reconocidos por la mayoría o al menos los que han visto mínimamente en Jurassic Park, la película, están hechos en fibra de vidrio, un material con el que les da mejor definición y exalta la veracidad de los mismos.

Creatividad

Del mismo modo, entre su gran sabiduría y para darle un toque más de realismo (sin quedarse atrás y adentrarse en lo obsoleta que puede parecer la historia), este hombre ha implementado un mecanismo para darle movimiento a algunas de sus piezas más grandes en su cabeza y expulsar un sonido que semeja sus rugidos, por medio de circuitos, para potencializar aún más su estancia que aunque estática, trasciende en algo que destaca y genera gran admiración en sus expectantes.

Por tanto, entre toda la historia que puede narrar este museo con solo adentrarse en el espacio, todo data hacia un esfuerzo más allá de lo tangible, pues la idea de este, nació con su propietario cuando de pequeño, soñó con tener un lugar como este, pues cuenta que desde muy chico, le gustó jugar con esta clase de muñecos que representaran algo más que eso – juego- y en vista de esto, con el pasar de los años, se convirtió en un conocedor de la historia recorriendo lugares en medio de su soledad, pues relata que siempre le ha gustado pasear en solitario, porque no se fía de nadie.

Por esta razón, es que insiste en que a los más pequeños hay que dejarlos actuar por sí solos y se hagan conocedores de la historia y de la vida en sí misma, por medio de sus propias vivencias, pues nadie nace aprendido y esta es una tarea que se va desempeñando con el paso de los años; dicho de otro modo y a su manera de vivir, es que indica que debe ser la experiencia de cada ser humano en este planeta, pues cuando él fue niño, por cuenta propia y sin esforzase, aprendió a esculpir sin darse cuenta, pues inició haciendo “chivitas, ovejitas, vaquitas” como él mismo expresa en medio del recorrido por su museo, y luego de esto, por accidente resultó haciendo un dragón de cuello largo y con siete cabezas, del cual él mimo se sorprendió y en este mismo sentido, José Ricardo siguió experimentando tanto, que cuando menos lo pensó, ya había hecho tantos dinosaurios como pudo, que las personas fueron llegando de manera periódica preguntándole por su ingenioso diseño y pidiéndole, además, que les permitiera ver cada pieza con gran admiración.

Conocer la historia

De esta manera, vio en medio de la necesidad de las personas, una idea para incursionar en el negocio y así, fue como empezó a cobrar una pequeña cómoda suma de 500 pesos, hace aproximadamente 30 años y aunque aclara que tallar y esculpir es su pasión, debía hacerlo para poder emprender a través de su talento, un negocio que fuera rentable y que además, le gustara a la gente, ya fuera por curiosidad o por verdadero interés por conocer algo más acerca de la historia.   

Y así fue como nació la idea de convertir una habilidad, en un Museo Prehistórico hace 21 años, pues con el ingenio y desempeño de José Ricardo, un hombre de 59 años, que sabe de todo un poco, se ha mantenido vigente con el paso de los años. Y aunque de vez en cuando le preocupa un poco el tema de la estabilidad económica ya que no siempre es tan rentable, porque para todo existen épocas de bonanza y de sequía, cuenta con una de sus hijas que también le ayuda a llevar su mensaje de replicar la memoria y de no dejar morir la tradición, pues a este tiempo, cuando los niños viven por los ojos de las redes y del Internet, ellos incursionan en métodos de enseñanza a base de arcilla para aprender a trabajarla y crear a partir de esto, obras como con las que inició José Ricardo y que ahora se convierten en un emblemático sitio que atrae a propios y extraños.