domingo, 14 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2015-12-13 08:34

“Yo nunca he creído en el cultivo de la variedad robusta en Colombia”

Jorge Cárdenas Gutiérrez, ex gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, dialogó con DIARIO DEL HUILA sobre la situación actual del sector a nivel nacional: “Yo le veo futuro a la caficultura”, dijo.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | diciembre 13 de 2015

Expresó además, que al gremio le corresponde cambiar constantemente para adaptarse a los distintos tiempos. Recordó que el gran estabilizador de precios en toda la historia de la caficultura ha sido el Fondo Nacional del Café. También dijo que el apoyo del Gobierno en fundamental para la sostenibilidad del sector. EXCLUSIVO.

 

Desde que dejó la gerencia general de la Federación Nacional de Cafeteros, Jorge Cárdenas Gutiérrez no había vuelto a un Congreso Nacional de Cafeteros. En esta oportunidad, el actual zar del café, Roberto Vélez Vallejo, lo convenció para que asistiera y le rindieran un homenaje al periodista e historiador, José Chalarca.

Cuando terminó el homenaje, compartió un breve tiempo con DIARIO DEL HUILA expresando su pensamiento sobre la actualidad del sector, el apoyo del Gobierno, el Fondo de Estabilización que se está considerando, el cultivo de la variedad robusta y algunas recomendaciones de la Misión del Café.

 

Su hijo, Mauricio Cárdenas, expresó que lo habían convencido de volver a un Congreso Nacional de Cafeteros, ¿por qué asistió en esta oportunidad?

Desde que me retiré de la Federación no había tenido el gusto y la satisfacción de estar en un Congreso Nacional de Cafeteros, porque ya son otras las épocas, otros los dirigentes y por eso, no había vuelto.

Asistí especialmente a hacerle un homenaje a José Chalarca, un periodista que trabajó dentro de la Federación, que fue un comunicador muy importante y por la tarea que cumplió, por los cerca de 30 años que estuvo en el gremio hay una memoria cafetera.

Él rescató lo que cada dirigente hizo a nivel local, regional y nacional. Uno de sus últimos libros fue la historia de la caficultura en el Huila, antes de retirarse de la Federación. Escribió la historia de la caficultura en el Cauca, pero también las de Nariño y Antioquia, entre otros. Su aporte fue sumamente valioso para esta industria.

 

Ha logrado la caficultura salir de las épocas difíciles, ¿tiene futuro?

Yo creo que la Federación ha hecho un esfuerzo gigantesco. La crisis cafetera de los años 2000 a 2006-07 fue muy dura. Fue una crisis que le dio durísimo a la caficultura por los precios, por los problemas del mercado internacional.

La caficultura se ha sostenido, ha logrado salir, ya va en proceso de recuperación importante con la tarea de renovarse, de modernizarse. De manera que yo le veo futuro.

 

¿Cuál es el secreto para que Colombia se haya mantenido a pesar de los tiempos de vacas flacas?

Colombia seguirá siendo un país cafetero porque hay muchas zonas, muchas regiones de Colombia cuya vocación exclusiva es el café y de ahí no podemos salir.

De manera que lo que nos toca es cambiar, cambiar, e irnos acomodando. Yo llegué a la Federación cuando la caficultura se podía hacer a 800 metros de altura. Ahora me dicen que hay que subir a 1200 o a 1500 metros y que en esa altura hay café. Eso es lo que hay que hacer: llevar la caficultura hacia su nuevo desarrollo.

 

El eje cafetero se ha trasladado hacia el sur del país en cantidad y en calidad, ¿era previsible?

Eso se esperaba, pero no se sabía cuándo iba a llegar. O sea, se sabía que en estas regiones había tierras, había condiciones y gente, el problema de las zonas nuestras de Antioquia y Caldas es que la economía se diversificó, creció y la mano de obra se escaseó, entonces la tarea es más difícil porque hay que mantener la caficultura en esos departamentos donde tradicionalmente estuvo la caficultura. Habrá que hacer un balance.

Lo importante es tener producción para mantener el café de Colombia en el mercado, la imagen y demás.

 

Se había propuesto inicialmente un fondo de sustentación, luego la idea cambió a uno de estabilización. ¿Qué piensa de estos mecanismos para mantener los precios del café?

Yo no he estudiado lo del Fondo de Estabilización de Precios. El Fondo Nacional del Café fue el gran estabilizador porque el FNC, que viene desde los años 40, fue hasta el año 2000 el amortiguador de los precios cafeteros. Los precios caían afuera pero el Fondo mantenía ciertos precios internos. Si subía mucho el café afuera, entonces el FNC recogía fondos para el futuro y hacer esa labor estabilizadora.

Aquí el café tiene experiencia. El problema de ahora en adelante es cómo se financia ese Fondo de Estabilización porque el Fondo Nacional del Café fue totalmente financiado por los cafeteros. En las épocas de buenos precios dejaban un margen grande que lo capitalizaba y en las épocas de bajos precios el Fondo hacía el soporte del precio interno y se gastaba lo que se había capitalizado en las épocas de buenos precios.

Pero todo era plata cafetera. Hoy, el margen cafetero que se puede aportar, entiendo que es menor.

 

¿Fue una buena decisión la del gerente actual, Roberto Vélez, permitir la exportación de coproductos del café (pasilla)?

La gente distingue cuáles son las variedades de calidad y las pone a un lado, cuáles son las de menor calidad y las pone a otro lado; las de menor, menor calidad, también las distingue.

La pasilla se separó siempre porque estábamos en las épocas del Acuerdo Internacional del Café y de las cuotas cafeteras. Como la cuota era limitada frente a la producción, había que retener el 20% o 30% de la producción para poder tener cuota cafetera, entonces, era natural que la cuota no se utilizara sino con el mejor café.

Había que generar el mejor ingreso posible en la exportación. Por eso, la Federación tomó medidas en los años 60, a raíz de la creación del Acuerdo Internacional del Café que no se exportaba sino café de altísima calidad porque esa era la manera de sacar la plata para poder manejar la caficultura, de optimizar el ingreso en la exportación.

Hoy, que ya no existen esas cuotas, que no existe esa limitación, pues hay que confiar en que el mercado separe los tipos de café y pague bien por unos y menos bien por los otros.

 

¿Es viable el cultivo de la variedad robusta en Colombia, como lo han sugerido algunos expertos?

Yo nunca he creído en el cultivo de la variedad robusta en Colombia, nunca he creído. Voy a leer qué es lo que dice el informe de los expertos de la Misión del Café.

Aquí no hay mano de obra para hacer las dos caficulturas, para hacer la tradicional de los cafés arábigos, con lavado, con limpieza, con todo el proceso de beneficio, y a la vez hacer cosecha con el robusta. Eso es pura mano de obra y en gran cantidad.

 

¿Considera que el mercado preferirá el robusta al arábigo?

Unos comprarán pasilla, otros comprarán robusta y otros comprarán los cafés especiales.

 

Otra de las recomendaciones de la Misión del Café es acabar con la garantía de compra, ¿piensa de igual manera?

Me atrevería a decir: ese discurso lo hemos escuchado muchas veces, muchas veces, “que se retire la Federación”, pero los cafeteros no aceptan fácilmente esas cosas. Los caficultores saben que necesitan un seguro en su pueblo, que si no está el comprador ese día, está por lo menos la Federación.

 

Su hijo, el ministro Mauricio Cárdenas, ha recomendado que la Federación sea sostenible y que no dependa tanto de los recursos del Gobierno.

Se necesita el apoyo del Gobierno porque hoy los cafeteros ya no pueden, porque el ingreso no les da, porque el margen no da para autosostenerse totalmente. Hay que hacer que ciertos servicios, que son fundamentales para la industria, se financien con apoyo del Gobierno.