“Si el Gobierno no comprende lo dramático del asunto, aquí habrá una crisis humanitaria”
El presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie Rivera, expresó ayer en su visita a Neiva que en el país puede haber una crisis humanitaria si el Gobierno Nacional no atiende oportunamente fenómenos climáticos como El Niño.

Por otra parte, explicó que a nivel macroeconómico, la ganadería colombiana tiene un gran espacio en el mercado internacional ya que el valor de la tonelada se ha duplicado en la última década (pasó de US$2300 a US$4700) y en los próximos siete años se volverá a doblar.
¿Cuál es el panorama de la ganadería en estos momentos?
El mundo ha venido mejorando el consumo per cápita de carne como mejora de los ingresos, especialmente los países de Asia-Pacífico. Eso ha significado que los hábitos de consumo se hayan venido modificando de manera progresiva, a medida que el mundo se globaliza, donde hay cada vez más intercambio entre Asia y América y en consecuencia los magnates chinos -por decir cualquier cosa- van a Nueva York y adoptan buena parte del consumo, de las tendencias y los hábitos de consumo de occidente.
¿Eso qué ha implicado?
Que mercados tan profundos como China empiecen a consumir carne y otros productos que antes no consumía, y además de ello, en la mejora de ingresos, generalmente terminan en el consumo de mayor nivel de proteína, sea cerdo, pollo o carne.
Por eso la carne ha sido uno de los productos que en los últimos 10 años ha venido teniendo una demanda agregada, sostenida en el tiempo, que le ha permitido doblar el precio. En 2006 la carne estaba sobre 2300 dólares la tonelada y hoy está en 4700 dólares.
¿Y la proyección es optimista en los próximos años en materia de precios?
La proyección y la tendencia es que en los próximos siete años se vuelva a doblar, lo cual indica que hay unas inmensas oportunidades para un país como Colombia que tiene un buen stock de ganado. El país ha perdido en estos años una parte de su ganadería, el 10%, de 25 millones de cabezas de ganado pasamos a 22’400.000 animales, pero de todas maneras tiene una base de cría suficientemente amplia para generar una oferta para los mercados internacionales que habría que aprovechar en esta coyuntura.
Puesto 12 a nivel mundial
Usted mencionaba en su charla que Colombia ocupa el puesto 12 en stock ganadero a nivel mundial, ¿qué significa esto para los productores?
Un país, para que pueda tener capacidad exportadora, necesita básicamente dos o tres requisitos. El primero es tener ganado, en la medida que tenga más ganado tiene mayores posibilidades de exportar; por supuesto que cuando un país tiene mucha población el consumo interno es muy alto.
Le pongo un ejemplo básico: Uruguay es un país de 3 millones de habitantes y 11 millones de cabezas de ganado, por consiguiente, así los uruguayos coman mucha carne (comen 57 kilogramos per cápita), tienen una balanza per cápita exportadora de carne muy importante porque producen tanto que es imposible que se la puedan comer.
Pero también hay el caso de naciones que tienen muchos habitantes y poco stock de ganado.
Hay países que por el contrario, tienen muchos habitantes y no tienen stock ganadero. China tiene más de 1000 millones de habitantes y podrá tener unos 80 millones de animales, por consiguiente la oferta interna es insuficiente, siempre será un país importador.
¿Y entonces cuál es el caso de Colombia?
Pero hay naciones como Colombia que tienen una posición interesante, un buen stock, 23 millones de cabezas, pero tiene 47 millones de habitantes. Es decir, medio animal por habitante.
¿Qué es lo ideal?
Que Colombia, si puede incorporar parte de su oferta al mercado internacional los mejores precios que paga el mercado sirvan para fomentar y ampliar la base ganadera. El país perfectamente podría tener 50 millones de cabezas de ganado. Es decir, podría volver a reestablecer esa relación 1 animal – 1 habitante que es lo que se requiere para ser una potencia exportadora a nivel internacional, como lo es Argentina que tiene más o menos esa relación y le ha permitido, salvo estos últimos años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en donde se acabó el sector rural argentino, ser un exportador de primera línea.
¿Entonces el país, si incrementa su inventario ganadero podría ser una potencia exportadora?
Por eso mi tesis es que Colombia hoy, por los buenos precios de la carne y la tasa de cambio, podría ser un jugador de talla internacional si somos capaces, el sector privado y el público, de hacer las cosas en la misma dirección.
Admisibilidad = Decreto 1500
¿Qué les hace falta?
Admisibilidad. Que el Gobierno Nacional termine de hacer la tarea o haga la tarea –porque no la ha hecho- para que Colombia pueda exportar carne a Estados Unidos, Europa, Mercosur, a una gran región con la que firmó tratados de libre comercio. No hay derecho a que se esté importando carne de esos países, costosa, con tasa de cambio alta y nosotros no seamos capaces de exportar. Eso se debe a las barreras que hay en el frente de admisibilidad, que la componen la sanidad animal e inocuidad de alimentos, que es donde hay que trabajar intensamente.
El ICA y el Invima tienen una tarea para desarrollar y en la medida que las cumplan creo que las posibilidades para el sector serán bien importantes.
En esto de la admisibilidad entra a jugar un papel importante el famoso Decreto 1500, ¿qué pasó con ese acto administrativo?
El Decreto 1500 se aplazó siete veces. El Gobierno en vez de haber hecho las cosas con rigor, después que se estableció el plan gradual de cumplimiento, el sistema de racionalización de plantas a nivel regional, se quedó simplemente en la definición de la política, pero nunca se avanzó en ella. Por consiguiente, Colombia está muy atrasado en ese frente.
Yo espero que el Gobierno Nacional no lo aplace más. El ministro dijo, en una conferencia de prensa que tuvo con la ministra de Comercio, que cinco años después no volvía a aplazar el decreto. Yo creo que el Gobierno tiene que cumplir.
¿Cuándo vence el último plazo del Decreto 1500?
El último aplazamiento se cumple el 4 de agosto de este año. Ese día, aquellas plantas que no estén cumpliendo los requisitos que están establecidos en el Decreto 1500 no pueden sacrificar, procesar, ni expender carne.
Pero ustedes, con el apoyo del Ministerio de Comercio, han realizado unas giras para abrir mercados, ¿cómo les ha ido?
Como el Gobierno no abrió los mercados de exportación con quienes firmamos los tratados de libre comercio, con la ministra de Comercio identificamos que había unos nichos que se podían explorar para abrir esos mercados.
Por eso nos fuimos a una misión Asia-Pacífico que incluyó China, Hong Kong e Indonesia y otra al Medio Oriente: Líbano, Jordania, Argelia, Egipto, mercados que hoy en día, siete meses después, están todos abiertos porque demandan mucha carne y no existe la oferta para poder atenderlos.
Colombia está aprovechando esos mercados y eso ha permitido mejorar el precio en medio de una crisis que ayuda mucho a tonificar la economía ganadera.
Nos hemos enfocado en este diálogo en carne. ¿Cómo está el mercado de la leche?
Así como en la carne, usted tiene unas condiciones exepcionalmente buenas para que Colombia se lance en una política de mediano plazo a exportar, el caso de la leche es diferente. La leche es un commodity muy volátil, hay veces que la leche está a 5600 dólares y otras veces alcanza a llegar a 1700 dólares y ¿quiénes resisten precios tan bajos? Solo aquellos productores que son terriblemente eficientes.
Colombia no lo es por ser un país tropical y la ganadería requiere unas condiciones muy especiales tanto en alimentación como en genética, es decir, no es igual una vaca Holstein en los Estados Unidos, que en promedio da 42 litros, cuando aquí el promedio nacional está en casi 6 litros. Es evidente que cuando usted tiene lechería especializada con Holstein usted no puede competir con esos países.
Entonces, ¿qué puede salvar en estos momentos al sector lechero?
Esa volatilidad hace que el país sea muy vulnerable a las importaciones de leche cuando hay excedentes a nivel nacional. ¿Qué nos va a salvar en los próximos años? La tasa de cambio.
Soy de los que cree que el Gobierno no tiene como revertir las tendencias actuales. Creo que la tasa de cambio este año puede terminar en $4000 y esa es una barrera natural de protección para aquellos productos que se están importando, especialmente los de consumo masivo como el caso lácteo.
No veo a la industria importando leche con una tasa de cambio de $4000 así baje a $2500 la tonelada porque ya automáticamente están fuera del mercado interno.
¿Cuál es la situación de la ganadería en estos tiempos de intenso verano por El Niño?
El Gobierno no ha entendido que este no es un tema transitorio, es un tema recurrente, cada vez con mayor intensidad y cada vez más frecuente, lo cual implica que hay que diseñar una política más focalizada a tratar de reducir el impacto de estos fenómenos.
¿Cómo se diseñan este tipo de políticas?
Con una mejor política en materia de agua, tratando de mejorar la capacidad del privado para construir pozos profundos, para desarrollar sistemas de riego. Si el país no avanza en esa dirección toda la apuesta productiva queda en la mitad del camino y no se puede hacer ni ganadería, ni agricultura, ni ningún tipo de actividad rural intensiva.
¿Si no hay política de largo plazo, sí hay de corto plazo?
Así como no hay política de largo plazo, no hay menos de corto plazo. El Gobierno ha venido atendiendo este tema, a nivel de la ganadería, con unas bodegas de suplementación alimentaria. Eso es terriblemente insuficiente y mi pronóstico es que si el Gobierno no comprende lo dramático del asunto, aquí va a haber una crisis humanitaria porque la gente, cuando no tiene qué darle al ganado, mucho menos tiene cómo comer ellos.
¿Los ingresos de los productores se reducirán ostensiblemente por esta situación?
Siento que la situación social de regiones como el Huila se verá duramente afectada como consecuencia de la reducción importante de la producción y en consecuencia el ingreso ganadero a partir de estos fenómenos atmosféricos.