“Se han perdido 4700 hectáreas de arroz que equivalen a $12.000 millones”
“No se va a poder sembrar en el segundo semestre porque no hay agua”. Esa es la sentencia de Rafael Hernández Lozano, gerente general de Fedearroz, al resumir la crítica situación que están pasando los cultivadores del cereal en algunas regiones del país.

La Federación Nacional de Arroceros informó que en el Huila y Tolima la situación se podría complicar a finales de este año.
Ustedes han realizado estudios de las afectaciones en los cultivos de arroz en la zona norte del país, ¿qué resultados arrojan?
Nosotros hemos estado haciendo un estudio muy a fondo de lo que es La Guajira, Cesar y entramos esta semana a trabajar en el bajo Cauca y en La Mojana. Hasta ahora hemos podido establecer el área de arroz en el norte del Cesar y el sur de La Guajira, que era de un total de 5700 hectáreas, de las cuales el daño asciende a 2700 hectáreas.
Eso en el norte del Cesar, ¿y en otros puntos geográficos del Caribe?
Terminamos el viernes el trabajo en el sur del Cesar, es decir la zona de Aguachica, entre otras, y encontramos que hay 2000 hectáreas más con afectaciones. O sea que tenemos en este momento unas 4700 hectáreas afectadas entre La Guajira y Cesar.
En dinero, ¿a cuánto ascienden las pérdidas?
La mayor área afectada está en Cesar. En lo que es el norte de ese departamento la cifra asciende a $7000 millones en pérdidas. Pero yo creo que sumando el norte y el sur del departamento hay $12.000 millones de pérdidas de estas 4700 hectáreas.
¿Hay peligro por los cultivos de arroz en el Huila en estos momentos?
Del Huila no tenemos todavía cifras porque en esas zonas todavía no se puede hablar de pérdidas porque los ríos todavía tienen agua y se puede regar. Esas buenas condiciones las tienen Tolima y el Huila.
Además, en esta época es donde empiezan a recoger la cosecha. Los daños más graves se han dado en la Costa Caribe que es donde se ha manifestado más fuertemente el fenómeno de El Niño.
¿Cuándo empezarán los estudios en otras zonas del país?
Todavía no hemos hecho el estudio para el centro del país porque la zona crítica está, como lo han registrado todos los medios informativos, en Cesar y La Guajira. También se están presentando problemas en La Mojana y en el bajo Cauca.
Estamos trabajando esta semana en eso. Esas son las cifras que tengo.
Después de la controversia con el ministro de Agricultura, ¿han dialogado con él o con el presidente Santos sobre esta situación?
Claro. Nosotros le enviamos una carta al presidente de la República, Juan Manuel Santos, la semana pasada con copia del estudio. Le estamos solicitando ayuda para los perjudicados porque el problema radica no solamente en lo que se ha perdido del área sembrada, que ya no se va a recuperar, sino que no se va a poder sembrar en el segundo semestre porque no hay agua.
Esa gente no solo pierde lo que tenía en esta cosecha sino que no va a poder recuperar en la próxima porque no hay como sembrar.
¿Cuántos empleos se están perdiendo por las afectaciones en la Costa Caribe?
En cuestiones de empleo, se pierden por lo menos 10.000 plazas laborales, son 10.000 personas que no tendrían qué hacer porque no se va a poder sembrar. Estos son empleos directos e indirectos.
¿Y qué les respondió el presidente Santos?
Esa carta la enviamos la semana pasada. Hubo una reunión en Barranquilla de consejo de ministros y yo se la envié directamente al presidente Santos, pero no he recibido contestación porque eso apenas fue la semana anterior.
Estamos pendientes. Yo estoy buscando una entrevista con la secretaria general de la Presidencia de la República para ver si hay algunas respuestas. Lo importante es que al presidente le llegó la comunicación.
Si se pierden todas estas hectáreas de cultivos de arroz en el país, ¿cuáles serán las consecuencias?
No solamente el arroz es un producto que tiene el 4% del PIB agropecuario a nivel nacional, es el que suministra uno de los componentes más importantes de la canasta familiar en Colombia. El arroz, como cultivo, está presente en 215 municipios.
Y en esos 215 municipios, ¿qué impacto tiene el cereal?
Está claro que genera en estos municipios el 50 por ciento del empleo y general el 49 por ciento del ingreso de los hogares. En importancia social y económica, como fuente de empleo y de trabajo hay 500.000 familias que dependen del arroz en Colombia y como fuente de seguridad alimentaria en el país es muy importante y tiene mucho en la canasta familiar.
De acuerdo con los expertos de Fedearroz, ¿cómo seguirá el panorama el resto del año con fenómeno de El Niño?
Es que según el Ideam, el fenómeno de El Niño no ha empezado. Sin embargo, ya tenemos problemas en La Guajira y Cesar. En Tolima se comenzará a manifestar en agosto de este año y vamos a ver qué va a pasar en el Huila, Valle del Cauca, con el problema de los caudales de los ríos porque son zonas que dependen de los distritos de riego y si los caudales de los ríos se bajan, como no hay reservorios, ni represas, los distritos de riego han anunciado que van a restringir las siembras en la medida que se vaya presentando el fenómeno de El Niño.
¿Entonces las dificultades en Tolima y Huila empezarían a partir del próximo mes?
En Huila y Tolima las dificultades podrían empezar en agosto. En estas zonas las siembras empiezan en agosto y septiembre, entonces han anunciado que en esos meses se va a presentar fenómeno de El Niño desde octubre y hasta marzo del año entrante.
El Ideam cambia con frecuencia los periodos en los que El Niño se sentirá con más intensidad, ¿qué opinan ustedes de eso?
Eso valdría la pena indagar más con el Ideam porque todos los días cambian los pronósticos. Nosotros tenemos claro que de presentarse el fenómeno de El Niño en el centro del país, en los valles interandinos, se disminuye el caudal de los ríos y los distritos de riego empiezan a racionar el agua y a restringir las siembras y esto puede tener efectos muy graves para el país, sobre todo en el primer semestre del año entrante con respecto al abastecimiento.
¿Qué dice el estudio de Fedearroz?
Los resultados del estudio realizado por Fedearroz, fueron revelados recientemente. Indican que de las 5697 hectáreas sembradas en el 2014 y que comprenden el área de estudio, hay 2696 hectáreas totalmente irrecuperables, es decir el 47% del área, lo que implica pérdidas cercanas a los 7.000 millones de pesos, correspondientes a los costos de producción incurridos, pero sin incluir los efectos adicionales a la economía de la región, por las 15.00 toneladas de arroz que dejarán de venderse.
Fedearroz llamó la atención sobre las consecuencias de esta situación, que no solo afecta a centenares de agricultores, el 41% de los cuales no siembran más allá de 10 hectáreas, sino a toda una comunidad que deriva su ingreso de esta actividad, que se verá estancada en el segundo semestre del 2014 por la imposibilidad de sembrar.
En los próximos días se conocerán los resultados de la segunda fase del estudio que adelanta Fedearroz y que correspondió al sur del Cesar y la zona del bajo Cauca, que comprende áreas arroceras en los departamentos de Sucre, Bolívar y Córdoba.
Entre tanto, también se reveló en lo relacionado con el departamento de La Guajira, que el área arrocera tan solo se ha visto afectada en un 11% gracias a la existencia del distrito de riego del río Ranchería, que ha permitido través de su presa retener el agua para utilizarla racionalmente.
“Esta situación lo que confirma una vez más, es la importancia que tiene para el sector agrícola, el contar con esta infraestructura que permite en épocas como las actuales mitigar los daños y en circunstancias de normalidad, mejorar las condiciones de productividad”, sostuvo el gerente general de Fedearroz, Rafael Hernández Lozano.
Ante la muy delicada situación expuesta, el dirigente gremial ha solicitado tanto del Gobierno Nacional como de los entes departamentales y municipales, desplegar un plan especial de ayuda para atender estas familias, que hoy están en incapacidad de recuperar las pérdidas para pagar los créditos adquiridos en el proceso de siembra, y en la imposibilidad de generar ingresos en lo que resta del año, por los efectos adversos que se seguirán presentando por la acentuación del fenómeno de El Niño.