domingo, 14 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2015-11-16 10:53

“Los cafeteros no pueden seguir apoyándose en las muletas del presupuesto nacional”

Juan Camilo Restrepo Salazar, exministro de Hacienda, de Agricultura y durante muchos años integrante de los comités Directivo y Nacional de la Federación Nacional de Cafeteros, habló con DIARIO DEL HUILA sobre su propuesta de incrementar la contribución cafetera para robustecer el Fondo Nacional del Café y no depender de los recursos del Gobierno Nacional.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 16 de 2015

Expresó que en la Misión Echavarría o Misión del Café se encuentran ciertos puntos que hay que ser muy cuidadosos en conservar, “no es solo cambiar por cambiar”. Además, explicó que el cultivo de café robusta en el país se ha convertido en un mito: “si alguien quiere ir a los Llanos Orientales y siembra café robusta puede hacerlo”. SEGUNDA ENTREGA.

 

Recientemente usted participó en la Asamblea de Asoexport para plantear sus propuestas sobre la renegociación del contrato de administración del Fondo Nacional del Café por parte de la Federación Nacional de Cafeteros, ¿cuáles son esas sugerencias?

Participé en un panel dedicado a analizar cuáles son las perspectivas con miras a la renegociación del contrato de administración del Fondo Nacional del Café que debe tener lugar el año entrante.

Ya se empiezan a presentar iniciativas, ideas, unas de ellas están contenidas en el informe de Juan José Echavarría que empieza a ser discutido.

¿Cree que hay una postura más abierta por parte de la Federación en la aplicación de las recomendaciones de la Misión del Café?

Yo veo que la actual administración de la Federación, en cabeza de Roberto Vélez Vallejo, tiene una postura mucho más abierta, más democrática y menos intemperante que la anterior, entonces ya inclusive algunos puntos tendientes a liberar el mercado de café empiezan a aplicarse y yo creo que es muy conveniente lo que está sucediendo últimamente al interior de la Federación.

¿Está de acuerdo, entonces, con la exportación de grano de menor calidad?

Sí, yo creo que es bueno siempre y cuando no se vaya a desabastecer el mercado interno porque si se desabastece el mercado de cafés inferiores puede volverse un factor que genere estímulos al contrabando. Siempre y cuando ese frente se controle creo que es una cosa positiva.

¿Y sobre el cultivo de café robusta en el país?

Sobre eso se ha hecho un cierto mito en Colombia y un debate que no está muy bien fundado. Si alguien quiere sembrar la variedad de café robusta en Colombia puede hacerlo a su cuenta y riesgo. No es prohibido. Si alguien quiere ir a los Llanos Orientales y sembrar café robusta puede hacerlo. Lo que sucede es que las ayudas y los subsidios están previstos para los cafés arábicos, pero a mí personalmente no me choca que el país incursione en café robusta, si algún empresario quiere hacerlo, como lo ha hecho Brasil.

Brasil tiene parte de su producción en café robusta y esto no le ha generado ninguna dificultad y sus normas regulatorias son perfectamente compatibles con las de los cafés suaves.

Ahora que se está demandando tanto café, que el consumo está repuntando, el segmento que más está creciendo en el mundo de consumo es el café robusta, no me parece descabellado que Colombia piense en no quedarse por fuera de ese segmento.

¿Qué aspectos considera que hay que cambiar y cuáles deberían mantenerse?

Hay ciertos puntos que hay que ser muy cuidadosos en conservar, no es solo cambiar por cambiar. Por ejemplo, la garantía de compra de café es uno de los avances institucionales más importantes que ha hecho Colombia y se debe mantener.

En ese sentido estoy en desacuerdo con la recomendación de la Misión Echavarría (del café) que dice que se le quite esa garantía de compra. En el momento que ocurra eso el mercado del café quedaría en manos de unos pocos especuladores en demérito de los productores.

Hay unas cosas que hay que cambiar y otras que es necesario estudiar. Por ejemplo, yo veo que ahora es indispensable estudiar las finanzas del Fondo Nacional del Café, cómo se pueden fortalecer, porque no puede seguir apoyado en el presupuesto nacional, que la situación fiscal actual está muy restringido en este momento.

Cuando usted habla de revisar las finanzas del Fondo Nacional del Café, ¿se refiere al incremento de la contribución cafetera?

Si queremos que vuelva a ser un instrumento de estabilización del ingreso cafetero hay que buscarle nuevas formas de generar recursos y una de ellas es revisar la contribución cafetera, es decir, que se aporte más pero esto “amarrado” no a financiar burocracia sino para crear un fondo de estabilización para que cuando lleguen las épocas de vacas flacas, que siempre llegan en café, tenga una capacidad para respaldar y que la descolgada de los precios para los productores no sea muy brusca.

Entonces, ¿su apreciación está orientada en que haya independencia económica entre el Fondo Nacional del Café y el presupuesto nacional?

El país está viviendo y se verá evidenciado en los meses que vienen, a mi entender, una situación fiscal supremamente delicada que hará urgente y apremiante mejorar los recaudos, probablemente con una reforma tributaria muy de fondo. Así las cosas es muy improbable, por no decir imposible, que los apoyos del Gobierno Nacional al sector cafetero puedan seguir siendo los mismos que fueron en el pasado.

Cuando se organizó el PIC (Protección del Ingreso Cafetero), sumando todo lo que había en ese momento, de cada cuatro pesos que invertía la organización cafetera, tres provenían del Gobierno Nacional. Hoy me decían que en la actualidad esa proporción es menor y lo celebro. Aun así la dirigencia cafetera tiene que acondicionarse mentalmente que por meras condiciones fiscales del país no volverá a haber apoyos al sector cafetero de la magnitud que los hubo en el pasado.

Pero una cosa es plantearlo ante el gremio exportador o en un evento académico y otra es lanzar esa propuesta en un Congreso Cafetero.

Creo que es necesario considerar con mucho cuidado, sé que es un tema difícil pero los temas difíciles hay que encararlos, evaluar el nivel de la contribución cafetera actual. Por decirlo muy sencillamente: hoy en día con el nivel de contribución cafetera escasamente atiende el sector cafetero ciertos gastos básicos de funcionamiento y algunas otras finalidades, pero los grandes emprendimientos y la provisión de bienes públicos no los está dando abasto ni los puede financiar con la mera contribución actual, para no hablar de si queremos que el Fondo Nacional del Café recupere algo de capacidad de estabilización o de apoyo al ingreso cafetero, así sea metiéndose de lleno en sistemas nuevos de estabilización, coberturas, seguros, etc., el costo mismo es importante.

Si tenemos hacia adelante un panorama en que cada vez el sector presupuestal público va a estar más de retirada del sector cafetero, el sector cafetero no puede seguir apoyándose en las muletas del presupuesto nacional indefinidamente y si quieren aumentar, mejorar, modernizar, ciertas provisiones de bienes públicos indispensables en el desarrollo de la actividad cafetera y si quiere entrar en algunos esquemas de estabilización de precios inexorablemente tendrán que arbitrarse unos recursos vía la revisión, al alza, de la contribución cafetera actual.

Sé que es un tema difícil, difícil de explicar, que generará debates, pero de pronto es el momento, con previsión, con sentido de futuro, de dar ese debate, incluido o dentro del contexto de la renegociación de la administración del Fondo Nacional del Café por la Federación para que efectivamente se cumplan las misiones para las cuales fue diseñada y pensada la Misión Echavarría, que fue cómo preparar institucional y financieramente de mejor manera las instituciones cafeteras para los retos del Siglo XXI

¿Cuál es la mayor fortaleza de la Federación Nacional de Cafeteros que la legitima para administrar el Fondo Nacional del Café?

Estamos hablando de la administración de un fondo parafiscal manejado por una entidad de carácter privado, como es la Federación de Cafeteros. En estos momentos en Colombia existen 16 fondos parafiscales en el sector agrícola a imagen y semejanza o inspiración del “abuelo” de todos ellos que es el Fondo Nacional del Café, creado en 1940, y actualmente no todo es malo sino que hay cosas muy importantes en esa organización de administración de un fondo parafiscal y quiero citar tal vez la que es más importante, pero que a veces por serlo pasa desapercibida: la democratización del gremio cafetero.

Ninguno de los otros fondos parafiscales que existe en Colombia lo administra alguien que tenga el grado de representación democrática que tiene la Federación de Cafeteros. En las últimas elecciones cafeteras el 67,1% de los cedulados que representaron 251.416 votos. Nadie en Colombia, ni el presidente de la República, ni los senadores, ni los representantes, ni los diputados, ni los concejales, sale electo con una participación en el registro electoral del 67%. Nadie.

¿Cómo le han parecido las decisiones tomadas por el nuevo gerente de la Federación, Roberto Vélez Vallejo?

Me parece que los primeros pasos han sido muy positivos, creo que es una persona con una capacidad de diálogo además que conoce muy bien todas estas problemáticas cafeteras y creo que le ha dado un nuevo aire al que se venía respirando de la alta administración de la Federación.

Esa es una buena señal y una buena muestra de la capacidad dialogante y de apertura que tiene el nuevo gerente de la Federación.