viernes, 12 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2015-02-06 06:41

Vender café en lugar de licor

Los sabores a licor que se prueban en la tienda Cafetales en Acevedo, Huila, están conjugados con los de café de alta calidad. Antes era distinto, hasta el nombre. Jorge no se arrepiente del cambio. DIARIO DEL HUILA recorre los emprendimientos huilenses que incentivan el consumo de tazas de excelencia en un departamento de tradición cafetera.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 06 de 2015

Vender bebidas a base de café fue una idea y una posibilidad. Jorge tuvo que cambiar de negocio después de que un acuerdo municipal en Acevedo, población del sur del Huila, prohibió el expendio de licor en la zona aledaña al parque principal. El lugar que su padre había sostenido con rancheras y embriaguez durante veinticinco años en una popular esquina y bautizado Cerveza y Bom hoy se llama Cafetales.

Hace un año y dos semanas el ambiente que se respira es el del aroma al grano insigne de Colombia. Jorge Eduardo Castrillón no se arrepiente y cree que hizo una buena elección. El aceveduno de 34 años, dice que su propuesta comercial fue la manera de romper el hielo en una localidad cafetera. La estrategia es incentivar el consumo de cafés de calidad en el segundo municipio de mayor producción a nivel nacional (después de Pitalito).

-       ¿Por qué crear Cafetales?

-       Fue con mi esposa contando con la oportunidad que mi papá nos dejó con una casa muy bien ubicada al pie del parque y con ella hicimos una remodelación al local. Yo siempre quise trabajar en algo que me apasiona que es el café.

Bombillo, como conocen a Jorge en este municipio surhuilense, es tecnólogo en Gestión Sostenible del café y desde muy joven ha estado vinculado con el ámbito empresarial. Con esas bases y la asesoría de amigos suyos profesionales de la catación y el barismo, abrió Cafetales Coffee Shop el 25 de enero de 2014. “Estamos contentos”, recalca de vez en vez. Orgulloso, expresa que han causado un gran impacto como única tienda de café en Acevedo. 

-       ¿Cómo fue el cambio de venta de licor a venta de bebidas a base de café?

-       Desde 1999 que salí del colegio me dediqué al comercio de licor hasta el 2013. No nos iba mal pero el ambiente era más pesado, exige más paciencia en el manejo de las personas. Ahora es más familiar y tranquilo.

Quienes se sientan en las sillas naranja o negras del local escuchan música colombiana en frente de un gran grano de café iluminado mientras esperan su café americano (espresso con agua caliente) o un capuccino (espresso con leche- a veces saborizado con licor-). Son las bebidas más apetecidas por los empleados de la Alcaldía, el Juzgado Municipal, los profesores o los mismos cafeteros, siendo los sábados y domingos los días de mayor concurrencia.

“Iniciamos con precios muy económicos frente a otras tiendas de otros municipios”, resalta Jorge para indicar el éxito que ha venido construyendo. Aun cuando la venta de bebidas de café le significó una mayor inversión desde los equipos de preparación hasta la vajilla para servir y el temor que sintieron al inicio, hoy reconocen que la recompensa ha sido la aceptación de los clientes. Los extranjeros también han pasado por allí.

-       ¿De dónde es el café que se sirve en Cafetales?

-       Manejamos una muy buena materia prima. La primera condición es que sea producido por manos expertas de Acevedo y la segunda, que sea de la mejor calidad, así que le compramos a los productores locales. 

Con las indicaciones de expertos catadores, Jorge Eduardo Castrillón evalúa los perfiles de taza de las muestras que envían los caficultores y luego les compra el café en pergamino. Paga una bonificación adicional al precio regular y compra pequeños volúmenes para ofrecer siempre producto fresco. Además, en Cafetales vende café tostado y molido de la Cooperativa San Isidro y otras marcas locales para quienes quieren llevar el sabor a otras latitudes.

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Paradójicamente, Jorge Eduardo Castrillón no tiene un cafetal propio, no uno con árboles alineados con flores blancas o granos rojos dependiendo de las fases de producción. Recuerda que sí tuvo contacto con ese proceso cuando ayudaba en la finca de su padre y dice que sabe cómo se siembra, se fertiliza, se recolecta, se beneficia. Siempre criticó que siendo Acevedo protagonista en diferentes versiones del concurso Taza de la Excelencia, no hubiera un lugar en este municipio dónde consumirlo.

“Esto le hacía falta a Acevedo”, asegura. Cuenta además que muchos de sus habitantes no sabían qué era un espressso ni un capuccino y de esa manera ha ido generando una cultura de consumo. Actualmente, los únicos licores que comercializa son solo saborizantes para adicionar a las preparaciones de café. La seguridad frente a su trabajo lo lleva a afirmar que aunque el cambio fue “tenaz”, no quisiera volver al expendio de licor. “Bien por los que venden licor pero no les envidio nada. No nos hemos equivocado”, sentencia.