Modelo revelación en sus primeras pasarelas
Juliana Motta Collazos tiene apenas catorce años y fue la modelo revelación de la feria Neiva Expo Moda 2015. Cursa noveno de secundaria y era la primera vez que desfilaba en una pasarela. “Ahora vienen muchas cosas buenas”, asegura.

“Nunca se me pasó por la cabeza”, expresa Juliana Motta Collazos cuando se le pregunta por qué el modelaje. Tiene catorce años y con un poco de polvos en el rostro, delineador negro en los ojos y usando zapatos de tacón alto sorprende cuando nombra su corta edad. Cursa noveno de secundaria y el proyecto de vida le cambió hace menos de dos meses.
Juliana acudió al casting de Neiva Expo Moda 2015 por sugerencia de una de sus hermanas y un amigo. “Por la red social publicaron que necesitaban modelos y a mí no me sonaba nada de eso. Mi hermana que trabaja con los medios de comunicación y uno de los organizadores me dijeron que fuera y yo dije, por qué no ir”.
Pasó la prueba y desde allí empezó todo. Gracias a sus 180 centímetros de estatura, fue incluida entre el grupo de “las grandes” después de hacer la audición en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera. “De ahí para adelante eran clases, era todos los sábados antes de la feria. De todas maneras, ensayábamos en el casa en cualquier momento, poner de nuestra parte”, cuenta.
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Las modelos elegidas se presentaron a los diseñadores. Juliana logró diez pasarelas y lo expresa como “fui una de las que más facturé”. Entre las marcas que vistió están Casa Azul (accesorios), la reconocida Johanna Rubiano y Juan Carlos Guerra. Llevó la mirada fuerte y le pintaron la boca de labial oscuro. Rubiano, la diseñadora huilense, le dijo que la había escogido por su actitud. Fue la única neivana que llevó sus prendas de alta moda, las demás mujeres provenían de Bogotá e Ibagué.
El cansancio no lo sintió y tampoco prestó atención a comentarios malintencionados. Confiesa que ‘tras bambalinas’ hay mucha tensión, nerviosismo y envidia. “Es duro porque yo era como la bebé, obviamente siempre va a existir envidia y esas niñas tienen más experiencia pero fui la única que me mantuve bien hasta el final del evento. A mí me gustaba salir, después de entrar a la pasarela era lo mejor. Era chévere salir, cambiarse de ropa. Si a una le gusta, nada le impide seguir”, advierte.
La relación entre las chichas que vienen y van luciendo la moda no es fácil y Juliana dice que no se puede olvidar que es una competencia. “Al final algunas sacaron la garra”, dice en tono tranquilo, una leve sonrisa. “Hay que preocuparse por uno, no ser envidioso, estar conforme con lo que ganó y yo lo estuve”, agrega. Y así logró ser la modelo revelación de la primera feria de moda de Neiva que busca posicionar este renglón económico en el sur de Colombia y resaltar el talento regional y huilense, en específico.
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En las mañanas, la nueva modelo hace su rutina en el gimnasio. En la tarde estudia en la jornada oficial del Colegio Claretiano, al norte de la capital del Huila. En ese mismo lugar la felicitan constantemente porque sus fotografías aparecen en los carteles alusivos a Neiva Expo Moda que han instalado en las paredes del centro educativo.
Su snack favorito son las papas a la francesa y le gusta jugar voleibol. Goza del apoyo de su familia y especialmente su madre Cielo Collazos. “Después de que empecé con esto he tenido todo su respaldo, mi mamá siempre va conmigo para todo, ensayos, casting. Además de que soy menor de edad y tiene que estar pendiente”.
Su truco para brillar en la pasarela es hacer un poco de ejercicio antes de recibir la mirada del público. “Es como un calentamiento, así los músculos van a estar bien y el cuerpo se ve bien formado. Inhalo. No pienso en lo que voy a hacer. Me gusta mucho entrar porque toda la atención la tengo yo, que todos me observen es muy chévere”, afirma. Un mes antes de la feria empezó un entrenamiento personalizado para rendir.
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Por ser la modelo revelación ganó una beca para entrar a dos agencias de modelaje en Bogotá: Stocks Models y Portada. “Estoy apenas comenzando. Me van a formar y luego si me agencian porque para esas agencias las modelos son más experimentadas. A mí todavía me falta mucho”. Juliana cree que su futuro está pintando por la moda que pueda lucir en esas pistas brillantes y llenas de luces.
En el segundo semestre empezará su formación profesional. Para ello debe desplazarse a Bogotá y sabe que no será simple por el hecho de estar lejos de su familia. Le han propuesto que solo viaje los fines de semana y, por obvias razones, su progenitora la acompañaría. La niña grande no quiere irse de Neiva. Agradece al diseñador Juan Carlos Guerra por la preparación que le ofreció, “gracias a él soy lo que soy ahora”, asegura.
Los conflictos que se presentaron en los camerinos quedaron atrás. Es optimista y confía en que tiene la actitud y talento para seguir en ese camino. “Nunca había modelado, empecé a prepararme en los ensayos que hacíamos para la feria. Desde ahí empecé y no pensé que me fuera a gustar y ahora quiero seguir con esto. Vienen muchas cosas grandes para mí”, sentencia.