lunes, 15 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2016-06-06 10:49

Max Limpio, el proyecto de vida de Adriana Lucía

Adriana Ordóñez es una joven emprendedora que decidió crear una fábrica de productos de aseo para el hogar y las empresas. Empezó hace tres años en su natal Garzón y actualmente también lleva sus productos a La Plata y Pitalito. Su próxima meta es llegar a Neiva con su portafolio.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | junio 06 de 2016

Actualmente son cuatro personas las que trabajan en Max Limpio, pero el sueño de esta empresaria es tener “unos cuatro camiones despachando para el sur, el norte, tener unos 20 empleados y una megaplanta con reactores muchísimo más grandes”.

REDACCIÓN PYMES

Diario del Huila, Neiva

Adriana Lucía Ordóñez Cuéllar, una joven ingeniera química, especializada en Gerencia de Empresas, lidera desde hace un poco más de 3 años un interesante proyecto empresarial en el municipio de Garzón, su tierra natal, de donde un día salió para prepararse, pero así mismo regresó, con el deseo de servir a sus coterráneos. Max Limpio es el sello con el que se ha dado a conocer.

Quería crear una empresa, idea que concretó después de una práctica en un laboratorio en Bogotá, donde fabricaban productos de aseo. “Yo estaba encargada de investigación y desarrollo de productos y control de calidad, tuve la oportunidad de formular productos, de formular sobre materias primas. Todo ese conocimiento lo quise aprovechar montando una empresa en Garzón en una fábrica de productos de aseo para hogar e institucional, porque vi la oportunidad de negocio teniendo en cuenta que en la región hay muy pocas”.

Pero la quería organizar bien. Empezó de forma artesanal y después tuvo la oportunidad de presentar un proyecto y gracias al SENA, con el apoyo de la unidad de emprendimiento de Garzón, “formulamos el proyecto en el 2012, que fue aprobado”.

En el proyecto estaban vinculadas cuatro personas, incluida una contadora. “En este momento estamos las mismas cuatro pero, gracias a que hemos aumentado un poquito más, ya casi podemos generar un empleo más”.

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Desde el comienzo de la empresa se han generado cuatro puestos de trabajo, pero tienen el propósito de crear más empleo en el centro del Huila.

Productos

Cinco productos hacían parte de la propuesta inicial, pero, según cuenta, se hizo una reestructuración de planta, para contar con la aprobación del Invima y es así como en la actualidad la cifra es de 12, un aumento considerable desde su punto de vista.

“En esa ocasión registramos límpido, es un blanqueador desinfectante a base de hipoclorito; el desengrasante, lavalosa líquido, detergente líquido para ropa y desinfectante de piso. Después de eso me decían: ‘ingeniera, por qué no hace champú para carros’. Desarrollamos un champú para carros, también silicona para muebles, a medida que la gente me iba pidiendo productos los íbamos desarrollando”. Sacaba muestras, las probaba y así fue ampliando la oferta.

Ha tenido dificultades con el registro de marca, para poder entrar en los supermercados, razón por la cual concentra sus ventas en instituciones educativas y empresas donde suele haber bastante demanda de escobas, traperos, esponjas, bayetillas, papel higiénico, servilletas, entre otras cosas que ella está en capacidad de ofrecer.

“Llevamos un portafolio grande de productos, pero en lo que más me centro es en lo que nosotros fabricamos”, precisa Ordóñez Cuéllar.

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El aumento en las ventas la motiva y son los colegios su principal nicho de mercado.

Algunos errores

En algunas ocasiones, la ingeniera ha perdido materia prima o productos, porque se ha presentado algún error. “Que medimos mal un químico, que el producto tenía que salir transparente y resulta que salió blanco… Todo lo hemos sorteado, incluso vendiendo el producto más económico, explicándole al cliente qué sucedió”.

El Fondo Emprender ha sido la fuente principal de recursos para la empresa. Aunque Adriana Lucía aclara que también hay inversión propia, a través de sus padres, que le han aportado dinero en momentos coyunturales.

“Fue una odisea, pero se logró”, anota la empresaria, quien se siente feliz de estar en su región sirviéndole con Max Limpio, empresa que sigue ganando posicionamiento después de haber iniciado con muchas expectativas en abril de 2013.

El Fondo le prestó casi $44 millones, lo que refleja la magnitud de su apuesta empresarial. Sin embargo, advierte que tiene un pasivo convertido en un permanente dolor de cabeza, aunque guarda la esperanza de que le condonen la deuda teniendo en cuenta que el proyecto se ha cumplido en gran parte.

“Hemos sido muy juiciosos con toda la información a la plataforma, las metas que se plantearon se cumplieron en su mayoría. A principios de 2015 estábamos llegando al punto de equilibrio, porque el anterior hubo pérdidas”, explica.

Una de las dificultades, manifiesta, se da cuando le solicitan con frecuencia crédito por 30 y 60 días, porque muchas veces no tiene el colchón financiero para esperar tanto. Confiesa que también le ha costado trabajo acostumbrarse a impuestos como el IVA (impuesto al valor agregado), pues en ocasiones cree tener determinado capital y a la hora del cierre de cuentas tambalea por los ineludibles pagos de ley.

Más ventas

El aumento en las ventas la motiva y son los colegios su principal nicho de mercado. “La mayoría me compra y la idea es extenderme hacia Neiva”, afirma reprochándose a sí misma porque siente que está un poco estancada.

Quizá le falta arriesgar un poco más, acepta indicando que en Pitalito y La Plata hay personas que le ayudan a vender, “pero me ha faltado motivarlas para que busquen clientes”.

También ha contado con la asesoría de la Cámara de Comercio de Neiva. “Asisto a eventos, macrorruedas, ferias y todo eso me da elementos para proyectarme de tal forma que en unos tres años Max Limpio sea conocido a nivel departamental. Yo sueño con ver a Max Limpio con unos cuatro camiones despachando para el sur, el norte, tener unos 20 empleados y una megaplanta con reactores muchísimo más grandes”.