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Economía/ Creado el: 2014-03-16 05:45

La Cascada, un negocio líquido

Con el apoyo de la Cámara de Comercio de Neiva, la Alcaldía de Neiva y del programa Innpulsa Colombia, la empresa Agua Pura La Cascada recibió la certificación NTC-ISO 9001:2008 para los procesos de obtención, envasado y comercialización de agua potable tratada con destino al consumo humano.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 16 de 2014

Sus propietarios empezaron hace una década vendiendo siete botellones por día y hoy son proveedores de las más importantes compañías petroleras en Tolima y Huila.

Heriberto y María Cristina nunca olvidarán el día en que, junto con dos de sus hijos, recorrieron casi toda la ciudad dejando en las puertas de las casas tarjetas y volantes de la empresa que habían acabado de adquirir. Llevaban algunos días desde que habían comprado Agua Pura La Cascada y el primer día solo vendieron siete botellones. La segunda jornada no fue mejor, únicamente negociaron tres.

Una experiencia anterior, pero esta vez en Ibagué, con otra empresa similar no había tenido éxito. Trabajaron duro y consiguieron experiencia, pero tuvieron que cerrarla, venderla, las deudas los ahogaron y quedaron “para iniciar de nuevo”.

Luego, en 2004, durante una visita familiar a una allegada de María Cristina García, conocieron una oferta de negocio. “Un día que estábamos en el centro, cerca al restaurante Gran Pollo había un muchacho empujando un carro con ocho botellones de agua y me pareció gracioso”, recuerda su esposo Heriberto Trujillo Tovar.

“Llamé al muchacho, me dijo que la empresa se llamaba Agua La Cascada y que la estaban vendiendo. Entonces me dieron el número telefónico del propietario, lo contactamos, llegamos a un acuerdo y se compró”, agrega.

 

Inicios difíciles

Durante los primeros días las ventas fueron realmente bajas: siete botellones, tres botellones. Pero tal vez lo más difícil fue romper la barrera que tenía la gente con respecto al producto – decían que era agua purificada con ozono- y la preferencia por marcas de multinacionales que hacen presencia en el departamento.

Sin embargo, Heriberto y su esposa no se rindieron. Hablaban con los posibles clientes, les mostraban los exámenes físico químicos y microbiológicos del agua que comercializaban y enfatizaban en que el líquido era de excelente calidad.

“Un fin de semana vendimos solo ocho botellones. Llegábamos cansados y teníamos el rechazo de las personas que no conocían nuestro producto. Hacer empresa es una experiencia espectacular. Lo llena a uno de satisfacción ver que después de 10 años ya somos una empresa reconocida, la marca tiene recordación, contamos con registro de marca y recientemente recibimos la certificación NTC-ISO 9001:2008”, expresa con una sonrisa en su rostro.

Desde el comienzo siempre han trabajado juntos. Inicialmente María Cristina contestaba el teléfono, asumía las labores de producción y Heriberto se encargaba de entregar el agua. Ahora tienen una planta de personal que los llena de orgullo: 17 personas entre domiciliarios, conductores, personal de mantenimiento, secretaria y los dos propietarios que de 6:00 a. m. a 6:00 p. m. están al frente de los negocios.

 

Las ventas crecieron

La segunda semana después que habían comprado Agua Pura La Cascada lograron un préstamo. Un amigo propietario de Litosol, Diego Solano, que era cliente, les fio la impresión de unas tarjetas y volantes. La pareja y dos de sus hijos empezaron a recorrer las calles de Neiva.

“Dos nos íbamos por un lado y los otros dos por el otro. Dejábamos los volantes y las tarjetas por debajo de las puertas, los niños se cansaban, entonces parábamos y tomábamos algo y seguimos durante dos días. Terminamos con los pies hinchados pero recorrimos gran parte de la ciudad”, agrega.

La gran sorpresa fue que el martes siguiente vendieron 30 botellones. Esa fue una experiencia única. Su labor comprendía recoger el botellón donde el cliente, lavarlo, hacer el tratamiento y llevarlo porque no tenían envases.

Ahora cuentan con una bodega de más de 100.000 envases; en ese tiempo no tenían  dispensadores y ahora poseen más de 800 en el mercado. “Lo único que siempre les he garantizado a mis clientes es que tengan plena confianza en Agua La Cascada”, puntualiza Heriberto.

Y añade que “no ambicionamos vender cantidad. Siempre, desde el inicio y mientras estemos al frente de la empresa, vamos a propender por la calidad y servicio”.

 

Con grandes clientes

Ahora, diez años después, los clientes fuertes son las empresas del sector de hidrocarburos. La primera compañía que les dio la oportunidad fue Terpel, después tuvieron contacto con la firma Servicios Asociados que es fiel a La Cascada desde hace nueve años. Estas firmas le pidieron dispensadores y resulta que ni Heriberto, ni María Cristina tenían dinero.

“El Banco de Bogotá fue mi respaldo. Nos hicieron el primer crédito, compramos dispensadores, botellones, empezamos a surgir. Esta es la fecha que tenemos contratos con grandes multinacionales en Huila y Tolima”, dice el propietario de Agua La Cascada.

Este es el resultado de la confianza que se ha construido a través del tiempo con las empresas, los hogares, las oficinas, el Palacio de Justicia, la Gobernación del Huila, la Alcaldía, hospitales, clínicas. Recalca siempre que tiene tres grandes derroteros: calidad, precio y servicio.

Explica que actualmente un botellón de agua comercializado por empresas foráneas puede costar hasta 8000 pesos. “Nosotros prestamos el mismo servicio, la misma cantidad de agua y me atrevo a decir que mejor calidad y la vendemos a 5500 pesos. Es un ahorro de $2500 por botellón”.

“Las empresas que nos compran 100 botellones, ¿cuánto pueden ahorrar? Entonces la meta nuestra es calidad porque si tengo calidad, tengo clientes satisfechos y gracias a que los clientes están satisfechos nos han apoyado. Si vendemos podemos crecer y así es como le podemos ofrecer a la ciudadanía en general, a los clientes y empresas la certificación que recibimos que fue a base de esfuerzo y el apoyo de la Cámara de Comercio de Neiva. Gracias a Dios ahora tenemos la NTC-ISO 9001:2008”, agrega.

 

Con ganas de trabajar

Una de las experiencias más emotivas que ha vivido esta pareja de emprendedores fue la que tuvieron durante una reunión que hubo en el sector de hidrocarburos donde hacían presencia compañías petroleras que están en la región y presidentes de juntas de acción comunal. Ellos estaban pidiendo un aval porque trabajan con el visto bueno de la comunidad para entrar al sector.

“Yo le había contado la historia de la empresa al entonces presidente de Ecopetrol y al final de la reunión dijo que había un ejemplo de empresario, una persona que había empezado con nada y ahora tenía una empresa consolidada. Esa reunión fue en el salón de Ecopetrol en campo Dina”, indica Heriberto.

Él no terminó el bachillerato, solo la primaria, pero lo que siempre ha tenido es ganas de trabajar, sacar su familia adelante y tiene la meta de competir con las empresas grandes, las multinacionales.

“Esa es mi meta, yo siempre critico que las empresas foráneas se llevan los recursos de la región mientras que nosotros podemos prestar un mejor servicio. Las multinacionales que distribuyen agua en el Huila se pueden demorar dos o tres días para llevar un pedido de agua, nosotros nos demoramos máximo una hora y les ahorramos $2500”, destaca.

Por cada botellón que venden están generando empleo local. Heriberto y María Cristina empezaron solos y ahora generan 17 puestos de trabajo fijos. Tienen empleados de Íquira, Yaguará, Teruel, Pitalito, Villavieja. Dice que la gente del Huila es la más emprendedora que hay.

Heriberto Trujillo de es Oporapa y su esposa también es del Huila. Tienen 26 años de casados y han aprendido que el matrimonio es la mejor empresa. Sus hijos se están preparando académicamente para apoyarlos profesionalmente: Robert Fabián es servidor público, Héctor Luis se graduó hace poco como administrador de empresas de la Universidad Surcolombiana (Usco) y Maira Isabel Trujillo, es estudiante de Ingeniería Ambiental en Bogotá.

Ahora que emprendieron el camino de las certificaciones de calidad. Esta pareja tiene la visión que en cuatro años tendrán todas las certificaciones que necesitan para consolidarse en el mercado: la NTC-ISO 9001:2008 que ya la tienen para los procesos de obtención, envasado y comercialización de agua potable tratada con destino al consumo humano; la 14001 para la aplicación de un plan de manejo ambiental; y la 18000 que está relacionada con normas para Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Laboral.