Corhuila, derroche a manos llenas
ECONOMÍA & FINANZAS tiene, en exclusiva, la demanda que presentó la revisora fiscal de la Corporación Universitaria del Huila (Corhuila), Esperanza Ramos Botello, ante el director seccional de Fiscalías, Manuel Adolfo Rincón Barreiro,

-en donde denuncia presuntas irregularidades por más de $3300 millones durante los años 2011 y 2012 en esa institución de educación superior. El jefe de Bienestar Estudiantil, un profesional en educación física, manejaba recursos multimillonarios de manera ilimitada con el aval del entonces rector.
Millonarias labores de mantenimiento, reparaciones locativas, pintura, techos y otros servicios eran contratados por el jefe de Bienestar Estudiantil de la Corporación Universitaria del Huila (Corhuila), Yener Francisco Comas Comas, un profesional en educación física, con el aval del entonces rector de esa institución, Virgilio Barrera Castro, sin ningún control.
Por lo menos eso es lo que queda claro en la denuncia penal en averiguación que interpuso la revisora fiscal de la universidad, Esperanza Ramos Botello, ante el director seccional de Fiscalías, Manuel Adolfo Rincón Barreiro. Entre las cosas graves que se mencionan en el documento obtenido por ECONOMÍA & FINANZAS está que en 2011 las cuentas de cobro presentadas por este tipo de obras sumaron $1.376’596.000 y fueron canceladas “sin soportes como contrato escrito especificando la cantidad, calidad y características de los materiales y el valor de mano de obra por cada una de las obras a realizar, ni cuentan con las correspondientes actas de recibo de obra, ni liquidación de los contratos suscritos”.
Un año después se repitió la misma historia, se hicieron pagos a la misma persona (Yener Comas), trabajos similares, pagos mediante cuenta de cobro sin soportes, pero esta vez el valor ascendió a $2.001’930.837. “Todas las cuentas de cobro fueron aprobadas para su pago por el señor rector de Corhuila, y el total de pagos realizados durante 2011 y 2012 asciende a la suma de $3.378’526.837 pesos”, expresa la denuncia.
Buen momento
En el recuento de los hechos, Ramos Botello indica que en las sesiones del consejo superior universitario, expresamente del 29 de agosto de 2012, mostró el buen momento económico que registraba la institución como resultado de los ejercicios fiscales de los años 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010. En estos periodos hubo incremento patrimonial y “elevados excedentes [ganancias] que año a año se obtienen”.
Sin embargo, en la reunión del 16 de noviembre de ese mismo año, empezaron ciertos comportamientos que generaron dudas en algunos integrantes del organismo y fueron, en apariencia, resueltos por el rector Virgilio Barrera. Uno tenía que ver con los recursos que la universidad tenía en bancos a 31 de diciembre de 2011, otro era el “elevado valor de la cuenta de Gastos Extraordinarios a la misma fecha” y un último fue el retraso presentado en el registro de la información contable de esa vigencia ya que en el undécimo mes solo estaba la de febrero.
Hubo otras reuniones del consejo superior, pero la del 8 de abril de 2013 parece ser clave en este rompecabezas. Luego de presentar el informe comparativo de balance general y estado de resultados de los ejercicios fiscales 2011 y 2012. El arquitecto Jaime Salazar Díaz, integrante de ese organismo, se refirió puntualmente a la cuenta denominada “Servicios, gastos legales, mantenimiento y reparaciones locativas, adecuaciones e instalación de equipos y gastos de viaje que en el año 2012 arrojó un valor de $3.733’758.944”.
Jefe de malestar
Cuando el consejero preguntó a la revisora fiscal la razón de esa elevada suma, ésta respondió que en mantenimiento y reparaciones locativas se habían gastado en 2012 $2.093’781.307 y que ese monto había sido girado a favor de Yener Francisco Comas Comas, jefe de Bienestar Universitario.
Se presentaron algunos comprobantes y el señor Salazar “dio lectura a algunas copias de las cuentas de cobro presentadas y consideró que son muy vagas y tienen repetido el concepto, solamente cambia el lugar donde se desarrollan los mantenimientos”.
Otro de los consejeros, Cristóbal Cuéllar Quevedo, expuso que lo de analizar era el hecho por el cual se encargaba de mantenimiento y adecuaciones al jefe de Bienestar a quien no se le debieron encomendar estas funciones. Inmediatamente Barrera Castro salió en defensa de Comas Comas “porque él considera que el Dr. Comas debe tener las cuentas de las obras que se han construido como la aplicación de asfalto al parqueadero, la construcción de baterías sanitarias y mantenimientos”. Además, recordó que se hicieron arreglos en las sedes rurales y urbanas de la institución.
Pero la cosa no se quedó ahí, sino que el arquitecto Salazar comparó los $2.093,7 millones que le fueron girados a Yener Comas con el anticipo que dio la Corporación por $1900 millones con los cuales se hizo toda la estructura del edificio de laboratorios. Ambos se comprometieron a revisar las cuentas.
Más giros irregulares
La reunión continuó. Jaime Salazar continuó indagando con la revisora fiscal por el total de la cuenta de mantenimiento del año 2011. La respuesta de Esperanza Ramos fue que a la misma persona (Comas Comas) le fueron girados $1.376’537.000. Entonces el consejero cambió de opinión y consideró que no había nada que revisar. Eso mismo opinó Cristóbal Cuéllar Quevedo.
Carlos Gabriel Vargas Vargas y Heriberto Carrera Valencia, también integrantes del consejo superior universitario, fueron más laxos y solicitaron una verificación de los hechos “para no lanzar juicios sin antes realizar una revisión de los soportes y obras de estos pagos”. En consecuencia fue conformada una comisión integrada por Salazar Díaz y Julio César Morales Díaz, presidente de esa corporación.
Los consejeros se volvieron a reunir el 29 de abril de 2013 y en el informe de la comisión de concluyó que los rubros de mantenimiento, en 2011 y 2012, sumaban $3.470’318.307. “De estas cantidades tenemos en nuestro poder 25 comprobantes no consecutivos del 2012 fechados desde el 14 de enero hasta el 19 de diciembre. Se refieren a reparaciones, adecuaciones y reemplazo de diferentes tipos de redes que dicen haber sido efectuadas en los inmuebles de propiedad de Corhuila en las dos sedes de Neiva, en la finca de Rivera y en las casas-lote de Palermo”, explicó Salazar Díaz. Por su parte, Julio Morales presentó verbalmente un informe en el que expresó que “se presentaron errores y fallas que deben subsanarse”.
El consejo superior en pleno no tomó una decisión distinta a la de realizar una auditoría de los pagos realizados al señor Yener Comas y en la reunión que se llevó a cabo en mayo de 2013 “no se informaron los resultados de la misma”.
Costosa clínica
Uno de los ejemplos del derroche que se hacía en Corhuila fue el que tuvo lugar con la reinauguración de la clínica veterinaria de la institución cuando la universidad cumplió 20 años. Para la celebración se hicieron adecuaciones, pintura, arreglo de humedales y techo de esta estructura ubicada en la sede en el barrio Quirinal de Neiva.
Como los pagos para estos servicios se repetían reiteradamente al señor Comas Comas, la revisora fiscal solicitó a la Oficina de Contabilidad los giros realizados por este concepto durante el año 2013 y pudo verificar que se realizaron a favor del jefe de Bienestar de la siguiente manera: $27’580.000 (comprobante 33207 del 17 de enero), $17’560.000 (33751 del 6 de febrero) y $27’800.000 (33861 del 25 de febrero).
Además, Esperanza Ramos verificó que “para la reinauguración de la Clínica, se contrató a otra persona para sus adecuaciones y se pagó por las mismas más de $126’000.000, en obras que se repiten en los años 2011 y 2012”.
Permiso del rector
Uno de los aspectos que refuerza la denuncia es que la revisora fiscal entregó al jefe seccional de Fiscalías, Manuel Adolfo Rincón, la totalidad de comprobantes de egreso de los pagos realizados al señor Yener Comas durante 2012 y un cuadro en Excel en “donde se relacionan los comprobantes del primer semestre en el que puede verificarse la repetición de obras a las mismas instalaciones de las sedes de la Corporación”.
Sin embargo, la relación de los pagos realizados en 2011 al jefe de Bienestar Universitario de Corhuila, cuando fueron solicitados por la revisora fiscal no se los entregaron. Inicialmente le dijeron que los estaban empastando y luego le manifestaron que “habían pasado a archivo y que sólo con orden de la Rectoría [Virgilio Barrera] podían suministrarlos”. Es decir que el propio rector estaba impidiendo el acceso de la revisora fiscal a los documentos que necesitaba para realizar su labor.
Lo último que conoció este medio de comunicación es que la Corporación Universitaria del Huila (Corhuila) ya contrató un bufete de abogados y se incluyó en el proceso como víctima en contra de quienes cometieron estos actos irregulares que están siendo investigados por la Fiscalía General de la Nación. Además, algunos de los exintegrantes del consejo superior serían procesados por haber convertido a la institución en una caja menor.