sábado, 13 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2015-05-18 08:04

Café y banano vs huellas de guerra

En lo alto de las montañas de Tello, municipio del norte del Huila, el viento sopla muy fuerte y los árboles de café mecen sus granos rojos. Muy cerca, las matas de banano. Sus habitantes esperan que esos colores resalten más que la creencia de que su zona es territorio de guerra.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 18 de 2015

Ninguna persona silba pero como si alguien lo hiciera, un silbido fuerte acaricia los oídos de quien camina lo alto de las montañas del municipio de Tello, norte del Huila. Es la vereda Las Mercedes y se ve a lo lejos la panorámica de la ciudad de Neiva, parece un espejismo. Los vientos buenos de cafés especiales y que estremecen las matas de banano quieren llevarse los de la guerra que ha manchando esas montañas.

Y se dice "mancha" porque los labriegos forasteros todavía temen llegar a recoger la cosecha cafetera que se avecina. Los finqueros dicen que es la "mala fama" de la zona la que no les permite pisar estas tierras pero también aseguran que la situación ha cambiado. Fueron otros tiempos en los que escuchaban los bombardeos, los combates; otros en los que al escuchar las ráfagas debían tirarse al suelo.

 

Crece el café, cuentan los muertos

A inicios de los años ochenta, se fundó la vereda Medio Roblal. El lugar está a un poco más de 1500 metros sobre el nivel del mar. A las orillas del camino hay árboles de aguacate, de guayaba. Es la cordillera oriental y la indicación es que al otro lado de la montaña es territorio perteneciente al departamento de Caquetá. A mediados de esa década los caminos de herradura se cambiaron por una vía y según Herminso Ortiz, caficultor, empezó un pequeño desarrollo para la región.

"Antes se sembraba café a puro chuzo (esporádicamente) y era poco,  luego más o menos en el año 87 u 88 empezaron a tecnificar el café. Vinieron los del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje)", cuenta. Los relatos se entremezclan. No se pueden dejar de mencionar los miedos. La guerrilla (integrantes de las FARC) pasaba vestida de civil y la ley era "si usted los ve, no ha visto nada".

La costumbre de encontrar culpable a quien fuera familiar de guerrillero o atendiera -de algún modo- a integrantes del Ejército Nacional y que ha dejado tantos muertos en todas las latitudes de Colombia también se vivió en este campo. "Hace dos años teníamos la cuenta de que los muertos eran casi sesenta. De los nuestros, sin contar a los militares de uno u otro bando", afirma Víctor Tafur. Lleva sombrero, una chaqueta impermeable.

***

La invitación era conocer parte de la zona cafetera del norte del Huila. Una oportunidad de ver que el café especial también se cosecha en las laderas con caminos de acceso muy empinados de municipios como Tello, Santa María, Baraya, Neiva. El norte del territorio huilense es tradicionalmente concebido como la zona cálida.

Esta vez era el momento para Tello y en el camino una pregunta: ¿dónde está el café? Hay que seguir las carreteras angostas, polvorientas y serpenteantes que se recorren con el rumor del río Villavieja, para encontrarlo. Y se va subiendo la montaña y se dejan de ver los potreros ganaderos, las cantinas de la leche en el portón de las fincas. Aparece el horizonte quebrado con cultivos de café y banano.

***

"La caficultura empezó a extenderse pero lo que no ha permitido que se expanda más son los bajos precios y la guerra. Por la guerra los trabajadores no entran", expresa José Ignacio Cruz, habitante de la vereda las Mercedes (muy cerca de Media Roblal)  y finalista en la edición 2014 del concurso Taza de la Excelencia. Para la visita se ha puesto la camiseta y la gorra que vistió el día del acto de premiación del certamen en Neiva, la capital del Huila.

Don Nacho, como lo llaman todos, comenta que en el lugar donde estamos conversando, un salón donde él y sus compañeros paisanos reciben clases para convertirse en Técnicos en Producción de Café, en algún tiempo instalaron cilindros (pipetas para explotar). "Acá abajo hubo un combate fuerte pero en medio de esa guerra, la gente no ha dicho que hay que salir. Creemos en nuestro trabajo, nos gusta. El SENA y la Federación Nacional de Cafeteros no nos dejaron desamparados", afirma.

En su expresión está la esperanza. Igual pasa con quienes lo acompañan en la Asociación de Cafeteros Medio Roblal, constituida por 31 agricultores. Confían en la paz y trabajan para recolectar y procesar granos de alta calidad. Para la difícil situación de precios internacionales, la opción es especializarse en producción de café con características especiales. También se capacitan en banano y es ése el producto el que contribuye a la sostenibilidad de las fincas.

 

Que vuelvan los andariegos

En el mundo cafetero, los andariegos son los que recorren las zonas productoras del país para trabajar como recolectores del grano.  Sin embargo,  temen llegar a las veredas ya mencionadas. Los susurros de la guerra rondan por las referencias que dan de los lugares. "La fama es muy dura de quitar", admite Herminso, pero existe la confianza en que la firma de un proceso de paz pueda darle tranquilidad a quienes quieran viajar a ellas a trabajar. Pero no sólo eso, quieren que lleguen ahora porque la cosecha ya está empezando y no hay mano de obra. El peligro de antes, ya no está.

Por otro lado, los habitantes de la zona alta de Tello, además del grano insignia colombiano, tienen el orgullo de decir que son los primeros productores de banano criollo del departamento del Huila. En los lotes de café sobresalen las matas del fruto amarillo, la proporción aproximada es que en una hectárea cafetera pueden tener cerca de 350 matas de plátano. Don Nacho, además, tiene en sus terrenos una amplia variedad de árboles frutales. Guayabas, papayas, zapotes, guanábanas, están al alcance de las manos. La huerta da cebolla larga, repollo, cilantro. La seguridad alimentaria es un concepto que llevan a la práctica.

La tierra es muy fértil y por eso Hermiso asegura que "lo que no se da es lo que no se siembra". La sofisticación en los procesos de beneficio de café es un camino que están recorriendo. Ya algunos de los caficultores han participado en concursos de calidad. "Somos conscientes de que debemos seguir mejorando", "El banano es una buena alternativa para cuando no hay cosecha", "necesitamos conseguir compradores directos porque ahora lo estamos entregando a los intermediarios", son frases que pronuncian los agricultores de la alta montaña de Tello.

***

Sopla muy frío. Lleve un poncho si va de visita, una cámara fotográfica para que capture el paisaje y grabe en su memoria que los esfuerzos orientados a que el campo colombiano sea un mejor lugar para vivir y trabajar son visibles en las manos que lo saludan y que llenan cocos de café y camiones con banano.

 

100 años de San Andrés, Tello

San Andrés es un corregimiento del municipio de Tello, otra zona considerada "roja". Se pasa un puente y se entra a un reducido número de cuadras de construcciones viejas, en su mayoría. Es silencioso. 1000 metros sobre el nivel del mar. Los niños uniformados que salen o van al colegio. Una gran ceiba en el centro de un pequeño parque. Un rincón de Colombia que cumplirá en noviembre 2015, cien años de existencia.

Un lugar que da paso a carreteras muy empinadas que dan acceso a la zona cafetera y bananera de esta localidad del norte del Huila. "Queremos que volteen la mirada a un lugar que ha sufrido tanto por la guerra. Que dejen de decir que acá hay mucho guerrillero y se venga el desarrollo en obras, recursos, capacitación, proyectos productivos", expresa Luis Ignacio Cruz, habitante de Tello.