“Yo nunca entendí por qué el tal rechazo al trabajo nuestro”: Echavarría
Juan José Echavarría Soto, quien asumió la Secretaría Técnica de la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura, habló en exclusiva sobre las recomendaciones hechas por este grupo de expertos y su implementación.

Algunas de sus frases: “No es sano que la misma entidad exporte y regule”; “encontramos que la Federación cuesta el 45% de lo que maneja”; “me parece que eso de tener cuatro ministros en el Comité Nacional de Cafeteros va a desaparecer y ojalá desaparezca”. DIARIO DEL HUILA se anticipa al debate previo al Congreso Cafetero de comienzos de diciembre. PRIMERA ENTREGA.
En la reciente asamblea de Asoexport hubo un panel en donde participaron el exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo; el exministro de Hacienda, Eduardo Wiesner; y el secretario técnico de la Misión del Café, Juan José Echavarría Soto.
Ustedes ya terminaron los estudios y recomendaciones de la Misión del Café. Además, publicaron un libro con el contenido de los mismos. ¿Qué sigue ahora?
Ahora sigue un debate como el que querían el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Agricultura de entonces, Juan Camilo Restrepo Salazar. Lo que me pidieron fue “cuéntenos qué está pasando en el mundo, cuáles son los hechos, pongamos en evidencia todos los hechos para dar ese debate que requiere Colombia y nos preparemos para la nueva firma del contrato cafetero”.
¿Le parecen acertadas las decisiones en materia comercial y regulatoria que ha tomado la Federación Nacional de Cafeteros?
Fue una decisión maravillosa porque es parte del espíritu de la Misión. La Misión, en el fondo, es muy favorable al mundo del café, dice que es una alternativa muy importante para Colombia y que podemos competir, que no puede ser esa idea que Colombia no puede competir en café y que todo tiene que ser vía subsidios.
Nosotros vemos enormes posibilidades en el mundo cafetero mundial que, además, es medio extraño que no sea así. Colombia siempre ha sido un país cafetero muy exitoso pero perdió terreno en los últimos 20 años. Perdió terreno porque nos quedamos con las instituciones que teníamos en el Pacto Cafetero (que finalizó en 1989) y eso no ha sido saludable. Tenemos que aprender de algunas, tenemos que utilizar otras y erradicar otras más.
Pensamos que la medida de la exportación de la pasilla (café de menor calidad) abre grandes posibilidades, que además beneficia a muchos caficultores pobres. Quien más tiene ese tipo de café es al productor de más bajos ingresos.
Es útil porque además, abre la posibilidad de producir café robusta en el país y el café que Colombia pueda y quiera producir y de competir en los mercados mundiales. Pensamos que son medidas sanas en la dirección correcta.
¿Usted cree conveniente incrementar la contribución cafetera para crear un fondo de estabilización del café, como lo afirmó Juan Camilo Restrepo en la Asamblea de Asoexport?
Ya comenzó el debate. El doctor Juan Camilo Restrepo [la entrevista será publicada mañana] planteó incrementar la contribución cafetera. A mí no me gusta la idea porque Colombia es el único país del mundo cafetero que tiene impuestos, creo, y sobre todo impuestos tan altos, estoy seguro.
Yo no creo en los fondos de estabilización, eso ha fracasado en el mundo entero. Eso lo dice Roberto Steiner en un documento de la Misión. En lo que yo creo es en los seguros modernos, coberturas modernas y protección de la gente. Entonces yo adoptaría la idea de aumentar la contribución como último recurso, cuando vea que no hay más.
¿Cuándo usted dice que apoyaría la idea del incremento cando no haya más posibilidades, contempla otras propuestas? ¿Cuáles serían?
Yo creo que se puede avanzar muchísimo en ¿cuánto se le paga a la Federación para manejar el contrato del Fondo Nacional del Café? ¿Por qué no involucrar al sector privado en Cenicafé? Con dinero, que los privados pongan recursos; también es importante que los comités departamentales inviertan recursos en café, no en carreteras, porque el 98% de lo que gastan hoy en los gremios departamentales es en actividades diferentes al café.
Quisiera que hubiera un “montón” de debates antes de meternos en aumentar impuestos cafeteros. Dignidad Cafetera surgió en Colombia porque iban a elevar la contribución cafetera. Si toca, se eleva, pero yo quisiera que fuera el último recurso y que muchas discusiones se den antes de meternos a aumentar impuestos cafeteros.
¿Continúa la postura de la Misión del Café, y la suya, de escindir la regulación y la exportación?
Sí, no es sano que la misma entidad exporte y regule. Me parece que Colombia ha avanzado mucho en temas regulatorios: en el sector energético y de comunicaciones hay entes reguladores muy serios. Yo no veo qué es lo que hay que regular en café, excepto la competencia y debe ser un ente regulador en general, no solo para el sector cafetero.
No debemos tener regulación específica para el sector cafetero. Colombia y la Federación deben seguir promoviendo el café de excelente calidad, pero, por ejemplo, los franceses que exportan muy buen vino no prohíben que los vinos de menor calidad sean vendidos en el exterior, cualquier exportador francés de vinos malos lo puede hacer, lo que pasa es que la gente sabe que hay vinos franceses muy buenos por los cuales se paga. Los mercados distinguen el buen vino del malo y hay compañías que se encargan de garantizar que son buenos y las personas pagan por eso.
En el fondo no hay que regular nada. Solo la competencia en Colombia. A mí no me gusta que quien exporte, regule.
¿Cuánto le cuesta al Fondo Nacional del Café la administración que hace la Federación Nacional de Cafeteros?
Lo que encontramos fue que la Federación cuesta el 45% de lo que maneja. Se le paga el 45 por ciento de lo que maneja, cuando normalmente debería ser el 10%. Es muy costoso el engranaje de la Federación Nacional de Cafeteros, que es otro tema de la Misión.
En la Misión se defiende la vida regional, se defienden a muerte las entidades regionales cafeteras, se aconseja que la Federación sea más federada. En las regiones los comités departamentales son muy valiosos porque lo que tenemos en café en las regiones colombianas está muy cerca del productor. Pero mientras más usted se aleja del productor, más burocracia se crea y es menos defensable.
Lo otro que nosotros defendemos es que hay que fortalecer la investigación y el servicio de extensión con características regionales.
Usted expresó complacencia con la decisión de exportar café colombiano de menor calidad, ¿qué otras medidas de Fedecafé le han gustado?
Yo creo que lo que se está haciendo en materia regulatoria es bienvenido; es decir, que se pueda exportar todo tipo de café, que se desregule el mundo de las exportaciones, de la producción y que si alguien quiere producir variedad robusta en los Llanos Orientales o donde quiera, bienvenido, no con el apoyo de los cafeteros andinos, ni con el Fondo Nacional del Café, pero bienvenido.
En materia de investigación y servicio de extensión se puede avanzar mucho. Yo veo una enorme posibilidad para que las cadenas cafeteras, multinacionales, exportadores privados, productores, se junten a trabajar en Cenicafé para el bien de todos. Ahí hay un campo grande.
Yo creo que en el servicio de extensión puede haber más apoyo estatal, independiente incluso del mundo cafetero.
Otro de los aspectos polémicos es la presencia de cuatro altos funcionarios del Gobierno Nacional en el Comité Nacional de Cafeteros.
Me parece que eso de tener cuatro ministros en el Comité Nacional de Cafeteros va a desaparecer y ojalá desaparezca. Eso es bastante extraño. Una comparación podría ser que si el petróleo, por contribuir al 70% de las exportaciones totales, entonces cuatro ministros del Gobierno van a hacer parte del Fondo Nacional del Petróleo. Eso no tiene sentido. Basta que un delegado del ministro de Agricultura regule que los fondos parafiscales se manejan bien y ya, el mundo cafetero deberá ver qué hace, sin el gobierno. El gobierno es un mal socio para los cafeteros, yo siempre lo he dicho. El gobierno es buen socio para recibir subsidios, pero es mal socio cuando los cafeteros tienen que competir a nivel nacional y tienen que adoptar proyectos que duran 8 años, más que los cuatro de un gobierno.
Los cafeteros necesitan, además, tener total independencia para nombrar su gerente, para hacer lo que ellos crean que es importante. Hay que tener total autonomía en el gremio cafetero y hoy no existe. Uno al fin no sabe quién manda, si manda el gobierno por qué no se sale del Comité Nacional y realmente manda en lo que le corresponde, que son los temas sociales, pero hay unos temas gremiales que los debe asumir el sector cafetero. Entonces debe haber total independencia de cobijas entre actividades cafeteras y de los estados, que además es muy obvio lo que se está diciendo, no es nada muy extraño. Extraño es lo que tenemos hoy: cuatro ministros en el Comité Nacional de Cafeteros.
Cenicafé ha sido el centro de varios debates por la implementación de sus investigaciones en las zonas cafeteras y los resultados. ¿Cuál es la propuesta de la Misión?
No es solo a Cenicafé, es a todas las entidades que tienen que ver con competencia. La idea es preguntarse: ¿sirve Cenicafé para algo? Yo creo que sí. ¿Por qué la propuesta? Porque cuando uno llega a Cenicafé les pregunta qué está pasando, entonces responden que no les hacen caso; cuando se habla con los extensionistas dicen que ellos llevan las propuestas de Cenicafé pero no hacen caso; entonces, todo el mundo se tira la pelota.
Entonces, este centro de investigaciones tiene que probar que sirve para algo. ¿Cómo lo puede probar? Simplemente se escogen unas fincas voluntarias, que serían unas 2000 que se acogerían plenamente a lo que indique Cenicafé; y cada año se publicarían los resultados de esas fincas. Creo que es una buena vitrina para la competencia en todas las fincas vecinas, que ojalá les dé envidia de lo que le pasa a sus vecinos. Si no hay resultados sería bueno acabar con Cenicafé. Lo mejor es sintonizar a Cenicafé con las regiones.
El año pasado el ambiente estaba enrarecido, caldeado por las recomendaciones de la Misión. ¿Cómo les va ahora?
En el fondo son propuestas bastante lógicas. No sé por qué despiertan tanto rechazo, excepto cuando uno cree, que es una cosa extraña en Colombia, que los exportadores son los enemigos de los productores. Eso es como si yo dijera que en el mundo de los textiles hay unos “buitres” que se llaman exportadores que se van a aprovechar de los fabricantes de telas. Necesitamos es que los exportadores trabajen con los productores, con las multinacionales y con todo el mundo a ver cómo compite Colombia en café.
¿Ha sido distinto el trato que les dio el gerente anterior (Luis Genaro Muñoz) al que les ha dado Roberto Vélez Vallejo?
Creo que estamos volviendo a tiempos normales y es que yo nunca entendí por qué el tal rechazo al trabajo nuestro. La labor que hicimos plantea preguntas, pone los hechos sobre la mesa y hace propuestas; todas son discutibles, todas, porque no es fácil hacer propuestas que todo el mundo acoja en Colombia, en ningún frente y menos en café donde tanta gente depende de este producto. La propuesta que había era que esta es una Misión seria, con un conjunto de trabajos importantes, que se discutan.
Eso no pasó con la Gerencia anterior, porque la Gerencia anterior, y me pareció muy torpe, lo que dijo fue “yo no quiero ni siquiera mirar esa Misión”, las recomendaciones y los estudios los guardó y además, les dio palo. Lo que creo que es muy sano, que está haciendo Roberto Vélez es oír a la gente de la Misión y lo que ha hecho es llamar a muchos de los investigadores de la Misión para que expliquen qué es lo que dicen para él tener claro qué es lo que le gusta y qué no. Así lo quiere el presidente Juan Manuel Santos.
¿Está de acuerdo con el nombramiento de Felipe Robayo, integrante de la Misión, en la Gerencia Comercial de la Federación?
Eso fue magnífico porque Felipe estuvo con nosotros todo el tiempo de la Misión. Es una gran ventaja tener un estudio de dos años, de la mejor gente que hay en Colombia, de excelentes investigadores internacionales, para analizar el tema cafetero, no más. Lo que se decida va a depender mucho de los cafeteros, de la situación política, del Gobierno Nacional, como toca.
Estos resultados de la Misión y sus recomendaciones hay que mirarlos con mucha tranquilidad. La Misión es muy favorable al café, cada capítulo en el fondo expresa que hay un potencial gigantesco para competir y para mejorar y hay que debatir algunos puntos. Cómo no va a ser bueno para un gremio que durante dos años un grupo de 30 o 40 personas de talla, del mejor nivel, hayan discutido organizadamente los temas cafeteros y presenten al país una serie de propuestas. Cómo no va a ser bueno esto para el Huila, para Antioquia, para Caldas y para el resto de las regiones cafeteras del país.
Texto Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura. Sus autores son Juan José Echavarría, Pilar Esguerra, Daniella McAllister y Carlos Felipe Robayo.