domingo, 14 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2015-10-12 09:11

“Veo al Huila bien posicionado para explotar los nuevos nichos de la industria cafetera”

DIARIO DEL HUILA dialogó con el presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Café (Asoexport), Carlos Ignacio Rojas Gaitán, sobre dos de los aspectos más importantes para el gremio en la actualidad: el consumo y el marco regulatorio.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | octubre 12 de 2015

Sostuvo que es necesario modificar la regulación en materia de café porque se están perdiendo buenos negocios y nichos para llevar el café de Colombia. En la actualidad sólo se puede exportar café Arábica, lavado y que cumpla ciertas características de tamaño. “Nos estamos quedando cortos en satisfacer esa demanda potencial de otros países que quieren comprarnos café en otras condiciones”.

El próximo mes llevarán a cabo la asamblea de Asoexport de 2015 (6 de noviembre), ¿cuáles serán las principales temáticas que tratarán?

Vamos a tratar dos temas principales. Uno es el consumo y el otro es el marco institucional en el cual se desempeña la exportación de café en Colombia.

Entonces, el título que le hemos puesto en esta oportunidad es “El café de Colombia: entre las tendencias del consumo y el marco regulatorio”.

Los consumidores son cada vez más exigentes con el café que se toman, ¿qué tendencias son las más actuales en el mercado mundial del café?

Puntualmente, en el mundo se están dando unos cambios en los gustos de los consumidores. Están apareciendo nuevas tendencias de no solo formas de consumir el café, sino de orígenes, variedades, todo el mundo está tratando de conquistar mercados, por ejemplo, de cafés diferenciados que tienen alguna característica especial ya sea en taza, la condición en la que son producidos, elementos como la sostenibilidad en toda la cadena del café.

Son cafés que tienen diferentes atributos y que todo el mundo quiere explotar y llegar a obtener unos precios mejores vendiendo esos atributos adicionales. Eso desde el punto de vista del consumo a nivel mundial. 

Entonces, lo que sucede es que la gente quiere más variedad.

Obviamente, las monodosis son una novedad, son recientes, a Colombia están llegando tímidamente todavía, pero la gente quiere probar cada vez más diversas variedades, atributos, orígenes, mezclas, la gente quiere mucha variedad, un nuevo portafolio de productos básicamente. Eso a nivel internacional.

Nuestra discusión son las tendencias del consumo tanto nacionales como internacionales. Entonces, en la asamblea tendremos un invitado que es una persona que labora en África, de origen indio, que ha trabajado café en la otra mitad del mundo, que tiene una visión muy interesante de qué es lo que están buscando los consumidores en los países desarrollados y qué es lo que nos están pidiendo que les vendamos, por decirlo así, eso creo que nos va a aportar.

Los estudios demuestran que el consumo interno de Colombia es bajo a diferencia de los países nórdicos o Brasil, ¿qué hacer para mejorar estos niveles?

Hay unas noticias importantes en cuanto al consumo interno. El consumo interno ha estado estancado. Recientemente tuvimos información de que tal vez estamos consumiendo más café, cosa es excelente porque siempre tenemos que el consumo interno de café nos debería dar una base importante para que los productores tuvieran una alternativa en casos en que el mercado internacional no sea tan favorable para los precios.

En ese sentido consideramos que el consumo es importante, queremos llegar a los niveles de consumo de los países nórdicos. Esa sería una excelente noticia para Colombia, pero que también los colombianos aprendamos a disfrutar diferentes sabores de café, distintas preparaciones, que aprendamos a diferenciar la calidad del café para que lo disfrutemos.

Si estamos diciendo que tenemos un café tan especial como el nuestro, la verdad es que no solo tenemos un café, sino muchos cafés, de diferentes regiones del país, distintos microclimas, con distintos procesos productivos, porque es que no hay una sola forma de preparar el café, o de cultivar o procesar el grano y eso es lo que queremos entender y ver cómo hacemos para que todo el mundo encuentre el café que le guste, así sea diferente, y ese es un objetivo común para todos los que estamos en la cadena.

¿Qué países o regiones son las que más exigen novedades en materia de café?

Hay dos estilos de novedad en el mercado del café. Estados Unidos, que afortunadamente es nuestro primer destino de exportaciones, es un país que constantemente está innovando, los consumidores hablan duro y están dispuestos a pagar por cosas nuevas, por probar bebidas o productos exclusivos, por probar sabores diferentes y tener variedad, un amplio portafolio. EE. UU. es un mercado muy dinámico, pide cosas especiales, cosas nuevas y así mismo hay que crear eso que ellos están pidiendo. Es un país exigente desde la perspectiva de estar innovando.

Por otro lado, en Europa las tendencias de consumo cada vez más están exigiendo sellos de certificaciones de sostenibilidad, ambientales, les interesan mucho características como que sean producidos por grupos en situación de alguna dificultad, que haya mujeres cabeza de familia, café que provenga de zonas anteriormente en conflicto, ese estilo es muy importante para el mercado de Europa Occidental. En ese sentido los europeos son innovadores en otro aspecto como las características de origen, producción diferente.

Por otro lado está el mercado japonés que es muy exigente, muy estricto en normas de consistencia y calidad. Entonces ahí el gran reto es cumplir lo que se les promete y mantener la oferta de lo que se les está prometiendo. A nivel de todos los productos son muy exigentes con la calidad, trazabilidad, el no uso de elementos que dañen el medio ambiente, son comprometidos con esas causas. Es un mercado difícil de complacer. 

¿Y Colombia está en línea con eso que demandan los mercados más exigentes?

Yo creo que por temas de regulación no necesariamente estamos ofreciendo lo que ellos están demandando, no en todos los nichos. Sí estamos cumpliendo con aspectos como la calidad y sostenibilidad. Para darle una idea: el año pasado 2,1 millones de sacos de café verde se vendieron como grano sostenible, ese es un volumen muy importante. El grueso de ese café fue exportado a Europa. Otro ejemplo son las iniciativas de diferente origen, de asociaciones de productores, asociaciones de comunidades afrodescendientes, comunidades indígenas, las mujeres caficultoras, en eso les estamos cumpliendo y entregando a esos países ese tipo de demanda.

Estamos trabajando en tenerles café con diferentes sabores y microclimas pero creo que estamos quedando cortos por las restricciones que tenemos al tipo de café que podemos exportar. En Colombia sólo se puede exportar café Arábica, que sea lavado y que cumpla ciertas características de tamaño. Hay mercados que se están desarrollando con el café natural, que es un grano que no se lava, pero resulta que por norma nosotros no podemos exportar ese café. Hay algunos sitios en los cuales prefieren tener granos un poco más pequeños, pero en el país no se puede vender internacionalmente.

¿Y hay mercados para ese café colombiano de calidad inferior?

Hay muchos mercados que son consumidores recientes de café que no tienen el ingreso disponible para pagar el precio del café colombiano “supremo”, pero les gustaría tener algo del sabor del café colombiano pero como en Colombia no se pueden exportar calidades inferiores, entonces buscan ese café en otras partes. En eso podríamos nosotros suplir ese mercado con calidades inferiores.

Estamos cumpliendo, estamos haciendo unas cosas, haciendo un esfuerzo importante, pero de pronto nos estamos quedando cortos en satisfacer esa demanda potencial de otros países que quieren comprarnos café en otras condiciones.

Eso lo comentó recientemente el gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez. ¿Los cambios en el marco regulatorio quedarán inmersos en la firma del nuevo contrato de administración del Fondo Nacional del Café?

Ese es uno de los temas que tenemos que trabajar entre todos en la cadena para actualizar ese marco regulatorio. Casualmente se tiene una oportunidad en el año 2016 que es la renovación del contrato de administración del Fondo Nacional del Café, que es uno de los marcos de referencia de toda esta regulación. Entonces ahí puede haber una oportunidad importante para hacer algunos cambios que ajusten nuestra regulación a las condiciones actuales del mercado.

La regulación que tenemos era para un mundo de cuota, anterior a lo que está pasando ahora. La verdad es que en los últimos 25 años el mercado del café ha sufrido unas transformaciones impresionantes y nosotros nos hemos quedado rezagados.

¿Qué harán ustedes para que se den esos cambios en la regulación de la industria cafetera, específicamente en las exportaciones?

Nosotros como gremio siempre hemos contribuido con ideas, mostrando a los diferentes actores lo que está pasando en el mercado internacional. A nosotros nos gusta contribuir con hechos, con realidades del mercado, con conocimiento de lo que nos están pidiendo los clientes y ese es nuestro debate y en nuestra asamblea ese es uno de los temas a tratar: el marco regulatorio. Esto para que exploremos cómo podemos ser más competitivos, cómo podemos ofrecerle al mercado esos cambios y al final será una decisión del Gobierno Nacional para darle un poco de aire al negocio.

Eso es algo en lo que podemos contribuir. Constantemente estamos hablando con la instancias, hablamos con la Federación Nacional de Cafeteros, discutimos, les mostramos lo que nosotros creemos, con argumentos, cifras de mercado, les mostramos qué es lo que estamos haciendo y qué es lo que nos están pidiendo. Si le pudiera mostrar la cantidad de correos que me llegan de otros países pidiéndome calidades inferiores, diciéndome “yo no tengo la plata para pagar el café premium colombiano pero de todas maneras me gustaría tener algo del café de Colombia, ¿cómo puedo hacer?”, les contesto que desafortunadamente ninguno de mis afiliados puede exportar en esas condiciones porque estaría por fuera de la ley.

¿Habrá temor de que el buen nombre del café colombiano se desvanezca por exportar calidades inferiores?

En muchas ocasiones comparo el mercado del café con el de los vehículos. Marcas premium entendieron que personas con menos poder adquisitivo querían también tener carro, entonces hicieron un esfuerzo grande para empezar a vender los automóviles más económicos y eso nunca dañó la marca. ¿O usted cree que Mercedes Benz porque ahora tiene un vehículo de menor costo dañó la marca? Por el contrario, ahora más gente puede adquirir esos carros y eso les permite consolidarse como marca y tener un portafolio en crecimiento para diferentes consumidores. No todo el mundo tiene el dinero para pagar un carro de $200 millones, que al compararlo con el café colombiano sería el de calidad “supremo”, pero hay muchas personas que de pronto están dispuestas a invertirle $60 millones de pesos a un automóvil, es decir a un café de menor calidad.

Nosotros lo que hacemos es proponerles y mostrarles al Gobierno y a la Federación de Cafeteros. Eso lo hicimos también cuando se conoció el contenido de la Misión del Café.

¿Se puede echar a perder el negocio si no hay cambios en el marco regulatorio del café?

Mire, hace 20 años se hablaba de Vietnam y aquí en Colombia decían que ese país no les importaba porque en esa época producía un millón de sacos. “Vietnam no es una razón para preocuparse”, afirmaban. Resulta que hoy Vietnam es el segundo productor mundial de café y le quitó ese puesto a Colombia ya hace varios años. Colombia fue durante muchos años el segundo productor mundial de café y ahora lucha por conservar el tercer puesto; es más, hubo un año que llegó a ser el quinto productor de café en el mundo.

Entonces, en la medida que como productores de café perdamos importancia por no entender lo que está pasando en el mercado, por no satisfacer esa demanda, sencillamente estamos echando a perder el negocio de toda la cadena. Con esos argumentos, con esas visiones, con ese conocimiento, es que nosotros contribuimos al debate, de manera transparente y respetuosa, en el que estamos convencidos que es el futuro de toda la cadena del café porque nosotros somos los que terminamos recibiendo todo y de ahí es que lo entregamos a los consumidores internacionales. 

¿Cuáles son sus expectativas de la LXXXIX Asamblea de Asoexport?

Nosotros estamos compitiendo con otras bebidas. Competimos con el agua, las bebidas azucaradas, las energizantes; todos estos son temas que a uno le tienen que preocupar. Si, por ejemplo, el té se vuelve importante y le quita espacio al café, entonces qué va a pasar. Lo mismo sucede con las bebidas energizantes. Estas tendencias no son solamente internacionales, sino que ya están llegando al mercado local.

Esta mezcla de invitados que estarán presentes en nuestra asamblea nos dará distintas percepciones y sentimos que es la mejor manera de contribuir al debate para abrirle los ojos a la gente, para que piensen cuáles son los riesgos que estamos enfrentando, para saber qué oportunidades hay para que las empresas locales exploten estos cambios y tendencias y para que el Gobierno entienda que tiene que haber unos cambios que permitan que las empresas exploten estas nuevas oportunidades.

Esperamos que vayan 250 personas relacionadas con café, desde los productores, comercializadores internos, exportadores, compradores internacionales, tostadores y quienes les prestan servicios a la industria cafetera.

¿El Huila está preparado para afrontar estas tendencias internacionales, para asumir la demanda de clientes exigentes?

Yo veo al Huila muy bien posicionado para explotar los nuevos nichos de la industria cafetera, para explotar estas nuevas oportunidades que se presentan en los mercados internacionales. Hay una cosa que me gusta, especialmente, y es que los caficultores del Huila desde muy temprano han tenido una visión muy empresarial del negocio del café.

Es más en el Huila hay dos cooperativas, para un departamento grande y que tiene un área de café cultivada grandísima. En otros departamentos más pequeños tienen cuatro y hasta cinco cooperativas y eso no tiene ningún sentido económico.

Me parece que el hecho de que los caficultores huilenses sean tan empresariales demuestra que tienen dos cooperativas muy fuertes y que todos los exportadores están mirando al departamento.

¿Cómo se mide a las regiones, por los concursos de café, las hectáreas cultivadas, los grupos asociativos, los sellos?

Casi todo el mundo cuando mira los indicadores, observa los concursos de café y quién se llevó el primer puesto. En la última Taza de la Excelencia el primer puesto no estuvo en el Huila, pero cuando usted mira los 10 primeros puestos hubo varios del Huila. Creo que eso es mejor negocio, a usted no le interesa tener un súper productor y el resto no tan buenos; es mejor tener varios finalistas porque eso indica que hay muchos productores muy buenos.

Otra cosa que muchos no saben es que los microclimas en el Huila son muchos, que permiten tener diversos sabores que terminan dando distintos perfiles de taza, como dicen los catadores del café que se produce en el Huila. Usted no tiene que estar preocupado por el café del Huila, sino que debe pensar que cada municipio productor tiene unas características especiales que se pueden diferenciar y tener precios importantes siempre y cuando se haga bien la tarea de buenas prácticas agrícolas y cuidado del grano.