viernes, 12 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2014-11-16 10:04

“No encuentro una causa justificada para pasar mi renuncia”

Fernando Castro Polanía, representante de los productores huilenses en los comités Nacional y Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, habló de por qué no va a renunciar a su dignidad en el gremio y criticó los resultados de la Misión del Café, liderada por el excodirector del Banco de la República, Juan José Echavarría.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 16 de 2014

¿Por qué los integrantes del nuevo Comité Departamental de Cafeteros pidieron su renuncia?

El Comité Departamental en su primera reunión tomó la decisión de pasarme una solicitud pidiendo mi renuncia. Sin embargo, en la carta que me hicieron llegar no justifican mi renuncia. Yo fui delegado a los comités Nacional y Directivo de la Federación por el Comité Departamental saliente que fue elegido por el 63,5% de las personas aptas para votar. Es decir que era un Comité totalmente legítimo, tan legítimo como es el actual.

Estos dirigentes me hicieron una delegación, una encomienda que dura un periodo que termina precisamente a finales de este año con la posesión de los próximos delegados al Comité Nacional, quienes son aceptados por el Congreso Cafetero.

 

¿Qué dicen los estatutos de la Federación sobre esto?

Los estatutos de la Federación Nacional de Cafeteros, que es una institución muy seria y de mucha trayectoria, dicen claramente cuáles son los motivos para la destitución de una delegación de este tipo. Uno es la renuncia de la persona, la muerte, no asistir tres veces consecutivas sin causa justificada, haber cometido un hecho grave contra la institucionalidad cafetera (que quedaría en manos de un tribunal disciplinario). Otra razón es cualquier inhabilidad o incompatibilidad para que haya.

 

¿Usted está incurso en alguna de estas causales?

Yo no incurro en ninguna de estas causas, por lo tanto, en el papel que se ha hecho, en el liderazgo que estamos asumiendo nacionalmente representando a la Federación en la denominada Misión del Café, no encuentro una causa justificable para pasar mi renuncia y no terminar mi periodo, en el cual quedan escasamente un poco más de dos meses, por un capricho de unas personas a las cuales tenemos que respetar en su legitimidad.

 

En una carta ellos le dicen que usted los llamaba “cafeteros indignos”, ¿esa fue la razón de la solicitud de su renuncia?

Si alguna vez me referí a la no representación era porque no estaban elegidos democráticamente en las urnas y no estaban legitimizados. Soy muy leal a la institución a la cual pertenezco: la Federación Nacional de Cafeteros, y soy un defensor acérrimo de uno de los grandes tesoros y de las grandes garantías que tiene la Federación que es la participación democrática. Son personas elegidas y legitimizadas este año con un poco más del 67 por ciento de los caficultores aptos para votar.

Este Comité Departamental es tan legítimo como el pasado, pero yo fui designado por un Comité totalmente legítimo. Tengo una tarea en la que no puedo ser irresponsable de dejarla a un lado por un capricho.

 

Ellos estaban molestos con usted el día en que se posesionaron como integrantes del Comité Departamental, ¿qué sucedió?

No fui invitado a la posesión del nuevo Comité Departamental de Cafeteros del Huila. Sin embargo, en mi responsabilidad como líder gremial en este momento asistí, les entregué mi credencial y me la recibieron muy cordialmente dos de los nuevos integrantes del Comité con sus respectivos suplentes.

Luego se dirigieron a la sesión del Comité Departamental al cual no fui invitado. Yo como delegado a los comités Directivo y Nacional, siempre asisto al Comité Departamental como invitado para dar mis respectivos informes, a participar en el debate del desarrollo de las políticas cafeteras en el Huila.

 

¿Qué decidieron ellos en su primera reunión?

Tuve la sorpresa de que después me llegó una carta pidiendo mi renuncia. Al mismo tiempo, enviaron una petición al Comité Directivo de la Federación diciendo que quien me reemplazaría sería Álvaro Espitia, actual presidente del Comité Departamental.

 

¿Ellos pueden tomar esa decisión de esa manera?

Todos somos respetuosos de unos estatutos los que debemos estudiar. Esa es una invitación que yo hago a todos los comités municipales y al Departamental para que los estudien ya que son reglas que se deben respetar.

Como yo no acepté la renuncia, el Comité Directivo, respetuoso de esa decisión que no es justificada bajo ningún punto de vista, decidió que yo continuara en esta delegación hasta que acabe mi periodo. A mí me podría destituir únicamente el Congreso Cafetero, que fue el que me eligió. El Comité Departamental me postuló, pero me designa y me ratifica el Congreso Cafetero. En el caso que no hubiera Congreso Cafetero, me podría destituir el Comité Directivo que en últimas me dio un apoyo del 100%.

 

¿Cuándo termina su periodo en los comités Nacional y Directivo de la Federación?

Los nuevos delegados son propuestos ante el próximo Congreso Cafetero en la primera semana de diciembre. El Congreso Cafetero los acepta y se posesionan en la primera semana de enero de 2015. Entonces mi periodo va hasta que ellos se posesionen.

 

De todos modos usted sigue siendo integrante de la Misión del Café.

Sí, el Huila ha obtenido en este periodo, hace año y medio, un liderazgo nacional. Yo no digo Fernando Castro Polanía, no, es el Huila. He estado representando a la Federación Nacional de Cafeteros en la mesa que ordenó el presidente Santos mediante un documento Conpes, esta es la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura en Colombia y el Comité Directivo de la Federación me ratificó en esa delegación, que es una representación a nivel nacional.

 

¿Hasta cuándo va esa delegación?

Hasta cuando se le entregue un documento al presidente Juan Manuel Santos, quien fue el que ordenó la creación de ese grupo. Fue él quien me posesionó como representante de la Federación ante esta Misión de gran altura.

 

Hablando de la Misión del Café, ¿en qué va?

El documento que hay es preliminar. El documento que se está trabajando ahora ya no es en cambios de fondo, sino de forma para tener las memorias finales. Yo logré que si no se estaba de acuerdo con esos resultados, se sacaba un anexo indicando las razones por las que no se estuvo de acuerdo.

Ese fue un trabajo hecho por mí que sirvió para generar el debate a nivel nacional de para dónde iba realmente la Misión del Café, qué quería con la institucionalidad cafetera y qué quería con el futuro de la caficultura en Colombia.

 

Lo que se vio fue que Dignidad Cafetera y la Federación se unieron en torno a los bienes públicos de la caficultura. Incluso, Dignidad desautorizó a su vocero en ese organismo.

En este momento todo el movimiento cafetero del país, incluyendo Dignidad Cafetera y productores agremiados en la Federación, están rodeando a Fedecafé. Afirman que la Federación debe continuar con la garantía de compra, la regulación en los puertos, la comercialización, el servicio de extensión y la investigación.

 

¿Cómo fue su votación cuando se cuestionaban los bienes públicos de la caficultura?

Siempre en las discusiones en donde se quería acabar con estos bienes públicos de la Federación hubo un voto negativo contra ocho positivos. El voto negativo era mío defendiendo la caficultura y sobre todo al pequeño productor, los demás eran en contra de la institucionalidad.

 

¿Por qué usted no está de acuerdo con las conclusiones de la Misión del Café?

Infelizmente la Misión dirigida por Juan José Echavarría se desgastó alrededor de la Federación Nacional de Cafeteros y no siguió al pie de la letra lo que ordenaba el documento Conpes, que estaba enfocado en la competitividad de la caficultura. No se tocaron temas tan importantes como el cambio generacional, los costos de la producción de café y su repercusión en la formalización del trabajo en el campo, la educación, la tecnología en el campo, el apoyo gubernamental. Esos son puntos esenciales para garantizar la sostenibilidad de la caficultura en los próximos 25 años y fueron temas que no se discutieron en ningún momento en la Misión del Café, las discusiones se basaron en que si la Federación podía o no exportar, regular, seguir con el servicio de extensión, la garantía de compra o los bienes públicos. Ese fue el desgaste, esa fue la discusión. A regañadientes aceptaron el tema medioambiental.

 

Ahora que está finalizando su periodo de cuatro años en los comités Nacional y Directivo de la Federación, ¿cuál es su balance?

El proyecto de investigación en la finca Caripagua ya es un hecho. Ya tiene un presupuesto que sale de regalías, ya empezó el proceso de investigación de variedades regionales de café que sean adaptables al clima del Macizo Colombiano y que tengan la mayor productividad en la región, no solamente en el sur del Huila, sino en todo el Macizo.

Este es un centro de investigación de Cenicafé. Me propuse hacer realidad esta iniciativa y considero que he cumplido con mi labor, que he hecho la tarea. Cuando llegué al Comité Nacional había un proyecto de hacer unas cabañas para el turismo; pensé que la finca no debía dedicarse al turismo porque lo que necesitábamos era analizar el futuro de la caficultura.

 

¿Y la Escuela Nacional de Cafés Especiales?

Después tendremos un centro de formación de catadores unido con la Escuela Nacional de Cafés Especiales que trabajamos con Henry Lizcano, del Sena. Con el apoyo del Sena logramos que esta fuera la sede principal de la Escuela.

La idea es que esto se integre y que Caripagua sea un centro de formación para catación y de mostrar a los extranjeros el café que se produce en esta zona del país.

 

¿Cuál es el estado actual de la Concentración Jorge Villamil Ortega?

En un trabajo mancomunado con el Comité Departamental de Cafeteros y el ingeniero Héctor Falla Puentes, como director ejecutivo, logramos que se reactivara la Concentración Jorge Villamil Ortega y se convirtiera en una granja experimental de Cenicafé. Todos los caficultores deberían conocer su estado en la actualidad después que prácticamente había desaparecido.

También gestionamos estaciones meteorológicas a lo largo y ancho del departamento. Cuando empecé mi periodo en los comités Nacional y Directivo solamente había dos y ahora contamos con ocho. Es una gran herramienta para hacer una caficultura climáticamente inteligente.

 

¿Qué resultados deja todo este trabajo?

Le dejamos el Huila dos cosas muy importantes para asegurar nuestro futuro y asegurar el cambio generacional: educación e investigación. Se hizo un trabajo excelente en renovación y reconversión de cafetales con el apoyo decidido de la Dirección Ejecutiva del Comité Departamental de Cafeteros.

Gracias a este trabajo, este año, al finalizar, vamos a tener una producción superior o muy cercana a los 2’000.000 de sacos. Es una producción de café histórica para el departamento del Huila.