domingo, 14 de septiembre de 2025
Economía/ Creado el: 2016-02-06 09:19

“Lo que el Gobierno está haciendo con Fedegán, lo hizo Chávez con los ganaderos venezolanos”

Luego de la controversia desatada entre Fedegán y el Gobierno Nacional porque al primero le quitaron la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG), José Félix Lafaurie Rivera, presidente del gremio, habló con DIARIO DEL HUILA sobre las decisiones que han tomado para que la justicia revise esa decisión. PRIMERA PARTE.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 06 de 2016

El alto ejecutivo también se refirió a la más reciente visita que hizo a Neiva Roberto Ramírez Ocampo, de quien dijo que “es pagado por el Gobierno Nacional” a través de una empresa contratista del Ministerio de Defensa para que denigre de la Federación en todo el país. EXCLUSIVO.

 

Esta semana estuvo en Neiva un integrante de Demogán, Roberto Ramírez Ocampo, hablando con los ganaderos de la región. ¿Cuál es su lectura de esta convocatoria realizada por Demogán?

Muy sencillo. El Comité de Ganaderos del Huila tuvo la generosidad, la amplitud, de permitirle a un personaje como Roberto Ramírez Ocampo, patrocinado por Alberto Castillo, para que hablara con los ganaderos, a propósito de la decisión abiertamente ilegal que tomó el Ministerio de Agricultura de quitarle la administración del Fondo Nacional del Ganado a Fedegán.

Tengo entendido que hubo momentos tensos en la reunión entre los ganaderos y Ramírez Ocampo.

La reunión fue patética. ¿Por qué? Porque se hicieron evidentes dos cosas que me parecen que son de fondo. La primera, el señor Ramírez Ocampo es pagado por el Gobierno Nacional. Lo paga el presidente de la República a través del Ministerio de Defensa utilizando a la empresa Cotecmar con quien tiene un contrato por cerca de tres años.

Casualmente, en este tiempo él se ha dedicado a denigrar del gremio ganadero en todas partes donde tiene oportunidad.

¿Y cuál es la segunda cosa evidente durante la charla?

Segundo, se hizo evidente también que este señor Ramírez Ocampo no tiene ni una vaca, no es ganadero. La familia de su esposa tiene una bufalera, pero eso no lo autoriza ni lo habilita para salir por el país, pagado por el Gobierno, por Cotecmar, a hacer este tipo de convocatorias.

Entonces, según su análisis, ¿el Gobierno Nacional está pagando para que desprestigien a Fedegán?

Quiero poner en un escenario absolutamente claro y evidente que el Gobierno Nacional de tiempo atrás, primero usó a un señor de Casanare, un delincuente que había sido denunciado por más de 1000 ganaderos porque terminó robándoles la plata a los productores tratando de promover una planta de sacrificio que finalmente no se llevó a cabo; segundo, utilizando recursos públicos, el señor Juan Camilo Restrepo identificó personas en distintas zonas del país que hablaran de la democracia en Fedegán y ahora vemos cómo se hace nuevamente evidente que el Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, contrata a este señor a través de Cotecmar, que no tiene nada que ver con ganadería, ni con campo, es una empresa dedicada a los temas de astilleros, para que recorra el país otra vez tratando de cuestionar a Fedegán.

Demogán ha denunciado que en el gremio no hay democracia. ¿Usted está seguro que la ganadería del país no hay inconformismo contra Fedegán?

Cuando se hicieron las manifestaciones de inconformidad que terminaron en el paro agrario en agosto de 2013, unos movimientos de descontento de diferentes sectores de la producción colombiana que se arroparon bajo el nombre de “dignidades”; sin embargo, no hubo ninguno denominado “Dignidad Ganadera” que se haya hecho presente, salvo este tipo de manifestaciones compradas por el Gobierno Nacional precisamente para fracturar, romper una unidad gremial que se ha tratado de construir con mucho esfuerzo y que obviamente, Fedegán no aspira a tener el monopolio de la verdad en torno al tema.

Siempre habrá gente que tenga un nivel de descontento con lo que hacemos, pero en una democracia y especialmente en una democracia gremial como la nuestra, son bienvenidas las voces disonantes, pero esas voces disonantes deberían tener hacia el interior del gremio un trámite para la construcción de nuevos consensos de manera que la unidad gremial no se fracture.

¿Qué hará Fedegán para no permitir que la unidad gremial sea fracturada?

Como le acabo de expresar, ese trabajo del señor Ramírez Ocampo es pago por el Gobierno Nacional. Le voy a dirigir un derecho de petición al contralmirante que maneja Cotecmar para que me diga desde cuándo los asesora, cuánto se le paga por asesorías, cuáles son los viáticos que se le reconocen a estos personajes, en qué lugares y con qué propósitos; porque es evidente que este personaje no está actuando en defensa de los intereses de los ganaderos, sino como un instrumento retaliativo del Gobierno Nacional que encuentra que Fedegán es el muro de contención precisamente para evitar que el campo se convierta, otra vez, no en un espacio de producción y generación de bienestar, sino un espacio conflictivo como ya se está viendo en muchas regiones del país.

¿Quién le habla al oído al Gobierno Nacional para que, como usted lo ha dicho, busque desprestigiar a la Federación?

Hay una anotación que me parece importante. Esto lo hizo igualmente Hugo Chávez en el vecino país. Usted recordará que en Venezuela había un gran gremio que se llama Fedenaga, que aún persiste pese a 15 años de dictadura Castro-Chavista.

Pues Chávez no solamente le creó gremios paralelos a Fedenaga, que finalmente se interesaron más en hacer negocios con el Estado venezolano a través de Cadivi, entidad que controla los cambios oficiales, sino que finalmente hoy, no les dicen nada a los ganaderos venezolanos, pero facilitó la fractura y detrás de la fractura vinieron las expropiaciones y vino precisamente la afectación de la producción venezolana que hoy tiene una alta importación de productos que perfectamente podrían estar dándose a partir del trabajo de los ganaderos de ese país.

¿La idea surgió en el vecino país?

Yo aspiro a que esa práctica chavista no continúe. Por eso la denuncio, para que los ganaderos sepan exactamente de dónde vienen las instrucciones, con qué propósitos y cómo esos propósitos pueden terminar arruinando la ganadería y generando en buena parte de los territorios colombianos escenarios de conflicto y de perturbación del orden público.