“El IICA no ha tenido malversación de ningún recurso, fue un asunto más político”
El uruguayo Luis Alberto Condines, representante de la oficina del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Colombia, habló con DIARIO DEL HUILA sobre educación, fenómeno de El Niño y posconflicto. Confirmó que han realizado encuentros de reflexión sobre agricultura familiar en el Huila.

Además, se refirió al caso Agro Ingreso Seguro en donde la entidad manejó algunos convenios con el Ministerio de Agricultura. “Hemos sido los chivos expiatorios de una situación que nos ha afectado en cuanto a la imagen institucional”, sostuvo.
La semana pasada fue de eventos para el IICA. Uno de ellos está relacionado con la Feria Mesoamericana de Universidades. ¿Qué beneficios le trajo al país este certamen?
La semana pasada cerramos la Feria Mesoamericana de Universidades que ofrecieron posgrados en distintas ramas del saber. Este evento se dio en el marco de un convenio que el IICA tiene con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), convenio que ha venido otorgando anualmente 100 becas a distintos profesionales de nuestra América Latina y el Caribe, es decir, nuestros 34 estados miembros que conforman el sistema interamericano.
En esta oportunidad hicimos un acuerdo para que vinieran 57 universidades mexicanas a exponer sus cursos, maestrías, doctorados y captar, en el buen sentido, la atención de profesionales colombianos. Colombia siempre se ha destacado dentro del programa de becas que nosotros promovemos por tener una activa participación.
¿Qué indicadores tienen de los colombianos que han aprovechado estas becas?
En un día y medio que duró la feria, circularon entre 1500 y 2000 estudiantes y profesionales y se inscribieron 800 muchachos que tienen deseos de participar en cursos en el exterior, concretamente en México. Hablando con la directora del Conacyt, me mencionaba que en sus registros tiene contabilizados que de 2000 estudiantes que hay en México provenientes de toda América Latina y otras partes del mundo, 800 son profesionales colombianos.
Vale decir que la avidez de colombianos por tener una formación más completa, de posgrado, es muy grande. Aprovechamos esta coyuntura y promovimos a través de esta feria el otorgamiento de becas. Como institución, para nosotros es un gran honor y una gran satisfacción saber que existe esta demanda de capacitación tan importante.
¿Estos posgrados están orientados solo al campo agropecuario, que es el que orienta el IICA?
Si bien nosotros estamos volcados al sector agropecuario y fomentamos la formación de profesionales en las áreas vinculadas al sector agropecuario, en esta oportunidad, con esta exposición abrimos a absolutamente todas las disciplinas y cuando llevamos a números el aporte que el IICA a través de este convenio viene dando a Colombia no es menor, es sumamente significativo en términos económicos.
En esta oportunidad, nosotros más allá del intercambio de conocimientos hacia los profesionales, lo que también buscamos es que existiera una sinergia mayor entre universidades mexicanas y colombianas, de manera tal que en algunos procesos de investigación, de desarrollo tecnológico, de alguna materia específica de las ciencias vinculadas con el sector agropecuario, hubiese una alianza entre universidades para llevar adelante innovación. Estamos sumamente satisfechos por los resultados.
Hubo también una reunión para analizar la agricultura familiar en Colombia. ¿Qué planteamiento tiene el Instituto frente a esta propuesta?
El fin de semana pasado reunimos a un grupo importante de la ruralidad y de expertos internacionales nuestros para hacer un planteo de propuesta de una nueva política para la agricultura familiar en Colombia. Este planteamiento es el resultado de un ejercicio que hemos venido realizando durante todo el año en el cual hemos tenido una presencia de 300 delegados de distintas agremiaciones y hemos hecho en terreno, en los territorios mismos, en nueve departamentos de Colombia hemos hecho jornadas de encuentros de reflexión donde participaron 57 entidades, 29 que corresponden a organizaciones de agricultura familiar, 11 a la academia, instituciones nacionales, entre otras. Se creó un grupo de reflexión muy grande con el objetivo central de fortalecer manera participativa y a través de mecanismos muy claros propuestas que puedan conformar una agenda de políticas públicas diferenciadas para la agricultura familiar. Esto también ha sido construido en conjunto con el Comité de Impulso Nacional de la Agricultura Familiar en Colombia.
¿En qué consistieron estos encuentros?
Nosotros realizamos estos nueve encuentros regionales y fijamos ejes temáticos para la discusión. Por decir algo, uno de los ejes fue la formación, la investigación y la asistencia técnica para la agricultura familiar y de ahí sacamos propuestas interesantes, por ejemplo, resaltar la importancia que tiene la agricultura tradicional sobre la agricultura de revolución verde; reconocer también la importancia de los saberes de los agricultores familiares; tocamos otro eje temático que fue la participación y gobernanza rural de la agricultura familiar donde surgieron propuestas interesantes sobre cuál debe ser el reconocimiento del territorio, la estrategia de cuidado y defensa de esos territorios frente a amenazas; el reconocimiento del trabajo de la familia como base fundamental para la soberanía alimentaria; fueron propuestas sumamente interesantes expuestas por los propios campesinos, agricultores que han participado en estos diálogos.
¿Cuál es el valor agregado que el IICA le da a estos diálogos?
Hemos de resaltar que esta agenda que se presentó constituye una propuesta construida y validada en forma participativa, desde las organizaciones, desde los territorios de la agricultura familiar y con el acompañamiento técnico por parte del IICA. Estamos convencidos que va a ser un aporte interesante para el diseño de las políticas que el Estado se permita formular con respecto a la agricultura familiar en el país.
¿En qué departamento han llevado a cabo estas jornadas?
Hemos estado en Huila, Nariño, Cauca, Risaralda, Caldas, Cundinamarca, Antioquia y Sucre. Han sido departamentos en los cuales es muy clara la presencia de agricultura familiar. A la reunión del Huila asistió nuestro personal técnico.
Muy cerca al Huila está el distrito de riego del Triángulo del Tolima. Ustedes acompañaron a las comunidades del área de influencia, ¿qué resultados obtuvieron de ese trabajo?
El año pasado, a finales, dimos por culminado un proyecto que estuvimos desarrollando conjuntamente con el Incoder y Fonade, vinculado al Proyecto de Transformación Productiva (PTP) y de riego y drenaje en el Triángulo del Tolima.
Esta iniciativa consistió en llevar a los pequeños productores, en su mayoría descendientes de indígenas, de la zona de Coyaima, Natagaima, una transformación productiva a sus pequeñas fincas. Era muy tradicional y es tradicional el cultivo del maíz, cachaco y esa era la base de su subsistencia.
¿Qué otros cultivos les enseñaron a implementar en la zona?
Nosotros hemos tratado de implementar otro tipo de cultivos como el limón, la guayaba pera, mango, cacao, permitiéndoles a ellos tener una visión de que hay otros rubros que realmente pueden ser tan productivos o más y tan rentables o más que los que estaban cultivando. Para ello les teníamos que dar herramientas, una de ellas era el sistema de riego, tomando el agua de esa gigantesca obra que se ha producido en Saldaña donde está ubicado el distrito de riego del Triángulo del Tolima, hemos llevado a estos pequeños productores el riego necesario para mantener sus cultivos.
Como todas las cosas, en determinados momentos se termina la asistencia. Cuando nosotros nos retiramos del proyecto había 59 fincas dotadas con equipos de riego, con plena producción de nuevos frutos que antes no cultivaban. Tal vez nos faltó, pero eso no es responsabilidad nuestra, incursionar más en mercados.
¿Qué tanta participación hubo de las familias del área de influencia del distrito de riego?
A parte de los cultivos, incursionamos en la formación de la comunidad entregándole capacitación, proyecto de vida, administración, contabilidad. Para mí fue una gran satisfacción al poco tiempo de haber llegado aquí ver cómo había una participación muy grande por parte de los pobladores en formarse para tener una visión más amplia de la vida y no limitada a la simple esclavitud del trabajo en el campo.
¿El Gobierno Nacional les ha pedido apoyo para el posconflicto?
Yo diría más que nada cuál es el papel que el IICA pretende jugar en esta área. Somos conscientes, y particularmente yo, de que si el conflicto ha sido precisamente en los territorios es por ahí por donde debe pasar la solución. Nuestro deseo es que las autoridades, las instancias, traigan del IICA la experiencia que tenemos luego de haber estado en otros países. Nuestra organización es un organismo autorizado del sistema interamericano, vale decir la OEA y tenemos presencia en 34 países de los cuales muchos han pasado por situaciones similares, quizás no tan complejas como las de Colombia, pero sí situaciones similares de guerrilla. Tenemos experiencias en Centroamérica y en América del Sur.
¿Qué harán entonces para apoyar el proceso?
Lo que pretendemos nosotros es, a través de nuestra intervención, transpolar esas experiencias para ayudar a través de distintos mecanismos como la educación, la formación, la planificación adecuada de la distribución de tierras y de habilidades de las personas para cultivar en el lugar preciso; intercambiar todas experiencias volcados hacia los territorios para que tengan una visión de progreso, que realmente lo puedan lograr y que más allá de lo productivo que haya una concertación social dentro de los territorios. Esa es la única manera de poder establecer una paz en el interior y en el corazón de la república, que es donde deben ser combatidas las desproporciones que se dan.
Usted llegó a Colombia en mayo de 2012 cuando había bastante ruido sobre el escándalo del programa Agro Ingreso Seguro y unos convenios que relacionados con esta iniciativa el IICA había manejado con el Ministerio de Agricultura. ¿El Instituto se ha visto golpeado en su imagen por esta situación?
Me imaginaba que en algún momento podría llegar esta pregunta. Se ha hablado mucho de este tema. Yo no podría decir que desconozco la situación. Cuando yo llegué me tocó muy duro, muy duro; y todavía hay días en los cuales la tarea se pone difícil por esa situación totalmente indeseada.
En mi concepto muy particular, a mí me resulta un poco difícil hacer una expresión abierta e institucional porque debo ser muy cauteloso. Pero sí puedo arriesgar una opinión personal, sin comprometer a la organización: yo tengo la percepción de que esta situación de controversia tiene más contenido político que, realmente, hechos concretos. Hablo solamente por el IICA. Esto lo puedo decir con propiedad ya que antes de venir aquí a Colombia fui el auditor general del IICA con sede en San José de Costa Rica y a mí me consta, desde el punto de vista financiero, que el IICA no ha tenido malversación de ningún recurso, pero sí, evidentemente, fue un asunto más político.
¿Entonces ustedes quedaron en la mitad de un enfrentamiento político?
Hemos sido los chivos expiatorios de una situación que nos ha afectado en cuanto a la imagen institucional. Pero debo reconocer que aun cuando se ha hablado mucho en la prensa, se han dicho cosas que muchas veces no valoran el alcance que puede tener estas declaraciones. El IICA sigue en pie, sigue con un espíritu de colaboración inquebrantable, el IICA le ha aportado al país. En gran parte de este periodo le ha aportado muchísimo en cuanto a cooperación técnica; cuando hablo de mucho no solo estoy hablando de dinero, sino de proyectos.
En los próximos días vamos a cerrar un programa sobre manejo forestal sostenible en el cual hemos desarrollado ocho iniciativas de innovación tecnológica y de restitución de bienes forestales en el país. Eso significa un aporte tremendo para el país. Por darle un ejemplo, hemos recuperado la flora del Parque Arví en Medellín en donde había una explotación totalmente ilegal de algunas especies y hemos generado una fuente de ingreso para las comunidades que están alrededor del parque Arví. También hemos iniciado procesos de investigación en productos poco comunes con la comunidad indígena del Cabildo Mayor de Chigorodó, también en el campo de las energías renovables instalando uno de los ejemplos en la comunidad Nasa de Santander de Quilichao, en la finca Gualanday instalamos un biodigestor que les ha permitido independencia energética. Son muchas iniciativas y personas beneficiadas en más de cinco décadas de trabajo en Colombia.
Principales cifras del IICA en Colombia
- 51 años cumplió el IICA en Colombia
- Tiene en estos momentos cuatro proyectos en ejecución
- 1370 familias beneficiadas por los proyectos en ejecución
- $97.476 millones invertidos en cooperación técnica en 2015
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“No hay que esperar que vengan las calamidades”
Luis Alberto Condines, representante de la oficina del IICA en Colombia, sostuvo que en cuanto a la sequía, evidentemente el país, como todas las naciones de América Latina está enfrentado a este fenómeno.
“Sucede que muchas veces, por razones que uno no comprende del todo, el sector no está preparado para mitigar estos efectos. En ese sentido, nosotros estamos propiciando fuertemente la capacitación de profesionales y también de pequeños grupos de campesinos en lo que es la gestión del riesgo y la cobertura de los seguros agropecuarios”, dijo.
“¿Por qué digo esto? Porque no hay que esperar a que vengan las calamidades para empezar a tomar decisiones. Si uno gestiona los riesgos, hace las previsiones, desde los puntos de vista económico y productivo, el impacto que producen estos cambios climáticos tan extremos es menor. Y si existe también una cultura en el país, y eso ya es más arriba, no de los productores sino de las autoridades, de fomentar una cultura de los seguros agropecuarios donde el Estado pueda subvencionar en parte las pólizas de esos seguros y no tener que subsidiar como consecuencia de la crisis”, indicó.
Añadió que si se genera esa cultura de los seguros contra los efectos del cambio climático, será más sano para todos por el hecho de que el Estado no tiene que salir desesperadamente a subsidiar situaciones críticas y los productores también tendrán otra forma de encarar, estarán más preparados, sabrán qué respuesta dar para restablecer su empresa.