“El dólar caro es bueno para el sector agropecuario colombiano”
Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), dialogó con DIARIO DEL HUILA sobre la más reciente Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria (EOEA) del segundo trimestre de este año. Además, criticó la reducción que tiene proyectada el próximo año el Gobierno de los recursos del sector en el presupuesto nacional.

Habló también del dólar y de la importancia de incrementar los cultivos en el país para sustituir las importaciones. “Necesitamos bienes públicos, seguridad jurídica y un marco tributario amable para esto”, dijo el dirigente gremial. EXCLUSIVO.
¿Están más optimistas los empresarios del campo, según la Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria que publicaron recientemente?
En primer lugar yo resumiría la encuesta en que se requiere una rentabilidad sostenible. En los diferentes componentes, por ejemplo el económico, la situación mejoró porque pasó de 18,5% al 31,6% en que la gente cree que su situación económica está mejor.
En segundo lugar, la mitad de los encuestados, en producción, estuvo igual. Los de cultivos semestrales de clima cálido como arroz, maíz, algodón, soya y sorgo, aumentaron; y economía campesina, que es yuca, plátano, caña panelera y frutas y semestrales de clima frío como papa hortalizas y legumbres.
Estos resultados tienen que ver con el sector agrícola, ¿y al pecuario cómo le fue?
En el pecuario la situación es contraria. Menor producción, se redujo también en carne y en leche, hay muchos problemas con costos de producción, según nos informaron. Lo grave es la intención de inversión porque disminuyó del 17,2% al 10,1%, principalmente economía campesina y de cultivos como palma de aceite y caña de azúcar y también la compra de animales. En los renglones pecuarios, excepto agricultura, también.
Entonces, ¿cuál es el balance de la encuesta, positivo o negativo?
El balance en general es positivo, pero corrobora la información revelada por el Censo Nacional Agropecuario que se publicó recientemente. Hay que ponerle mayor atención al campo por parte no solo del Gobierno Nacional, sino del país entero para que sea productivo invertir y brindar a productores condiciones para mejorar su rentabilidad.
¿A qué se refiere, específicamente?
Yo estoy hablando que debe haber bienes públicos, seguridad jurídica y un marco tributario favorable al sector.
¿Cuándo usted habla de bienes públicos está haciendo referencia a la reducción que tiene el sector agropecuario en el proyecto de presupuesto para 2016?
Es cierto. Acuérdese que el presupuesto del campo para 2016 bajó casi a la mitad y eso no es coherente si decimos que al sector rural, donde vive el 30% de la población, no se le están dando los elementos para que se reactive y sea rentable.
¿La SAC envió alguna comunicación al Gobierno Nacional o al Congreso para que consideren un incremento en el presupuesto del campo el próximo año?
Esa carta ya se envió a los ministros de Hacienda, Agricultura, Planeación y a todos los congresistas involucrados en el proyecto de presupuesto.
¿Qué buscan los gremios agropecuarios con las cartas enviadas a altos funcionarios y a los congresistas encargados de ese proyecto de ley?
Nosotros estamos buscando es que precisamente el país entienda que si decimos que el sector agropecuario es el más importante, no puede ser al que más se le baja el presupuesto y además, si lo vemos como porcentaje del total del presupuesto, por no decir una palabra más adecuada es simplemente ridículo.
¿Cómo está el balance entre la producción local de alimentos, las exportaciones y las importaciones?
Colombia es un país que tiene una producción, y empecemos con la radiografía de lo que se hizo en 2014, de 31,6 millones de toneladas de alimentos, exportamos 4,4 millones de toneladas e importamos 10,3 millones de toneladas de alimentos.
Esto quiere decir que hay un consumo aparente de 37,5 millones de toneladas, o sea que el 28 por ciento de los alimentos que nos comemos diariamente son importados. Algunos son directos como cuando alguien se come un pan o una pasta porque son a base de trigo y la harina de trigo es importada. O indirecto, por ejemplo, como maíz y soya, el 77 por ciento del maíz es importado y la soya casi toda y eso va a alimentos balanceados que a su vez los consumen en avicultura (carne de pollo y huevos) el costo de producción más de un 75% es de alimento balanceado, en porcicultura más del 75%, en lechería especializada es alrededor de un 33%.
O sea que cuando usted se toma un vaso de leche, un queso, un yogurt, se come un pollo asado, unos huevos pericos o una chuleta de cerdo, hay un componente importado.
Con el dólar a más de $3000 se encarece la producción y se genera inflación para los consumidores.
Es muy diferente cuando comprábamos ese 28 por ciento a 1900 pesos a comprarlo a 3050 pesos, que quiere decir una devaluación del peso de un año a otro de más del 60%. Eso inicialmente se les traslada a los productores como inflación de costos y después al consumidor como inflación de precios. Entonces, finalmente va a aumentar la inflación de alimentos.
Los porcicultores han solicitado al Gobierno Nacional la posibilidad de importar maíz sin aranceles.
Si los porcicultores, avicultores o ganaderos quieren traer más maíz, adicional al contingente que se negoció en el TLC con Estados Unidos, tienen que pagar un módico arancel del 16%. Uno no puede pedir que le quiten el arancel de sus insumos, pero dejar sus productos para que no puedan venir otros o el cerdo o el pollo o el huevo en las mismas condiciones a competir.
¿El dólar a ese precio es bueno o malo para el sector agropecuario colombiano?
El dólar caro, la devaluación del peso, es buena para el sector agropecuario. En teoría el exportador recibe más pesos; la formación de precios que se hace en dólares/pesos recibe más pesos; un mayor valor impide importaciones como la del maíz y otros productos y hace que se siembre, se crezca y se produzca en Colombia.
¿Esa teoría se ha cumplido hasta el momento?
Por el momento no ha sucedido eso porque el único sector en que se ha aumentado la importación, es en el de alimentos. Midiéndolo en toneladas, para no entrar en la discusión de dólar peso, se ha aumentado de enero a mayo de 2015 en más del 13 por ciento y de enero a junio las exportaciones se han caído en más del 7 por ciento.
O sea que la teoría económica y la economía agrícola en este momento no han empezado a funcionar.
¿Lo que debería suceder es que la producción nacional creciera?
Claro. Pero eso es lo que no les interesa a los industriales, pero se debe favorecer la producción nacional. Por eso el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura, está lanzando el programa de sustitución de importaciones.
Nosotros tenemos 22 millones de hectáreas con vocación agrícola, sin embargo, solo usamos 7’100.000 hectáreas y para que las otras empiecen a producir necesitamos bienes públicos, seguridad jurídica y un marco tributario amable para esto.
¿Qué es la Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria (EOEA)?
La EOEA es un instrumento de investigación que busca conocer desde 1999 y de manera trimestral, la opinión de una muestra representativa de empresarios y productores dedicados a la actividad agroproductiva, sobre su situación y expectativas de desempeño en el sector.
Junto con la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), como socios fundadores se encuentran el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro) y el Banco Agrario de Colombia, y como copatrocinadores la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica).
La encuesta se aplica telefónicamente, via Call Center, a una muestra aleatoria de 2700 personas aproximadamente, donde en general el 65% son productores agrícolas y el 35% productores pecuarios. 64% son pequeños agricultores, 24% medianos y 12% grandes.
La EOEA contiene preguntas base que se repiten de etapa a etapa y que se agrupan en (1) situación económica, (2) producción, (3) inversión, (4) factores productivos y (5) preguntas de coyuntura.
Por otra parte, la encuesta contiene información desagregada por actividades económicas así: (i) Subsector agrícola, conformado por los dominios de banano, caña de azúcar y palma africana, semestrales de clima cálido (arroz, algodón, maíz, soya y sorgo), semestrales de clima frío (papa y hortalizas), cultivos de economía campesina (cacao/plátano/caña panelera/frutas/legumbres entre otros), café y flores. (ii) Subsector pecuario, conformado por los dominios de ganadería de carne, ganadería de leche, avicultura (pollo y huevo) y porcicultura.
Principales resultados de la Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria
Situación económica
Los resultados del segundo trimestre de 2015 (abril, mayo, junio) muestran que hubo un significativo aumento en la proporción de productores agropecuarios que opinaron que su situación económica fue favorable (31,6%), 13,1 puntos porcentuales (pp) más que los reportes del segundo trimestre de 2014.
“Esta significativa mejoría se ve favorecida en gran medida por los cambios presentados dentro de los dominios agrícolas, que tuvieron una importante recuperación en el porcentaje de respuestas positivas (18,8 pp de incremento), y de igual forma disminuyeron los niveles de respuestas negativas (-10,8 pp)”, expresa el documento.
Comparado con el mismo periodo de 2014, los mayores incrementos se presentaron en palma/caña 26,3 pp), cultivos semestrales de clima cálido (25,4 pp), flores (25,3 pp) y cultivos de economía campesina (23 pp).
“Aunque los dominios pecuarios presentaron incrementos tanto en la proporción de productores que consideraron que su situación económica fue buena. Como en los que consideraron que fue mala, estos cambios no fueron significativos”, añade el estudio realizado por la SAC.
Producción
En el agregado general el 21,7% de los productores consideran que su producción aumentó, lo que representa un cambio significativo con respecto a la proporción del segundo trimestre de 2014 (17,5%).
Este cambio fue jalonado por los productores agrícolas que reportaron una producción mayor (6,4 pp). De igual forma disminuyó el porcentaje de productores que indicaron producciones menores (-3,7 pp).
Sobresalen los cultivos semestrales de clima cálido en donde se reportó un incremento de 17,3 pp en las respuestas de mayor producción y una disminución de 12,6 pp, en la respuesta de menor producción.
A diferencia de los agrícolas, los productores pecuarios indicaron un significativo aumento en las respuestas de producción menor, que pasaron de 19,4% a 36,8% en el periodo abr-jun de 2014 y 2015 respectivamente, con mayor incidencia en ganadería de leche y carne.
En el caso de ganadería de leche se aumentó 14,6 pp el porcentaje de respuestas sobre menor producción, y para ganadería de carne la diferencia fue de 9,4 pp. Solo en avicultura se reportaron incrementos en las respuestas de producción mayor (11,6 pp).
Inversión
Para el segundo trimestre de 2015 se reportaron disminuciones significativas en todos los rubros de inversión sobre los que se indaga, en comparación con el mismo trimestre de 2014. Estas disminuciones fueron propiciadas en gran medida por el comportamiento de los dominios pecuarios.
En lo que se refiere a la ampliación del tamaño de la unidad productiva se reportó una disminución de 7,1 pp, principalmente en los cultivos de economía campesina (20,8% a 5,8%) y palma/caña (21,7% a 9,5%).
Para el caso de la inversión en compra de animales se presentó una disminución de 8 pp, siendo más acentuada en ganadería de leche (-12,2 pp) y de carne (-5,8 pp). Solo en avicultura se reportó aumento en la proporción de productores que indicaron haber comprado más animales en el trimestre (30%) frente a igual periodo de 2014 (14,5%).
Disminuyó también la inversión en instalaciones y obras de infraestructura que pasó de 12,7% a 9,2%, jalonado por la baja de 7,7 pp de los dominios pecuarios, especialmente en porcicultura (-10,9 pp) y ganadería de carne (-9,3 pp). De igual forma cayó la inversión en obras de adecuación de tierras que pasó de 11,7% a 9,8%, también afectada por la caída de los dominios pecuarios que pasaron de 19,4% a 12,1%, especialmente en ganadería de carne cuya disminución entre el segundo trimestre de 2014 y 2015 fue de 12,3 pp.
Pese a que en maquinaria también se presentaron disminuciones en los porcentajes de productores que afirmaron haber realizado alguna inversión, dichas proporciones no fueron significativas.