Docentes de Pitalito cautivaron con sus experiencias pedagógicas significativas
Se trata de métodos o estrategias creadas por los docentes o directivos en la búsqueda de solucionar situaciones específicas, en aras de obtener una mayor eficiencia en cuanto a la calidad de la educación se refiere.

El auditorio de la sede Víctor Manuel Meneses, fue sede del IV encuentro de experiencias pedagógicas significativas. Niños, niñas y adolescentes de diferentes Instituciones Educativas del Valle de Laboyos, compartieron el trabajo que vienen realizando con sus docentes en pro de mejorar las condiciones de vida de las personas o sus entornos.
Fueron 43 las experiencias pedagógicas socializadas y sustentadas por sus creadores y promotores. De acuerdo con María Cristina Sánchez, profesional del área de calidad de la secretaría municipal de educación, se trata de métodos o estrategias creadas por los docentes o directivos en la búsqueda de solucionar situaciones específicas, en aras de obtener una mayor eficiencia en cuanto a la calidad de la educación se refiere.
Algo que resaltó la funcionaria, es que 32 experiencias ya se encuentran inscritas formalmente en el portal educativo colombiaaprende.edu.co con el propósito que otros docentes o estudiantes las puedan replicarlas en sus sedes e instituciones educativas.
Los laboyanos presenciaron de cerca las prácticas adelantadas desde el campo de la lectura, la artística, la tecnología, las matemáticas y la biología. Durante los últimos tres años, la alcaldía a través de la Secretaría Municipal de Educación ha trasferido recursos por valor de $159 millones de pesos para promover, impulsar y apoyar las experiencias significativas más sobresalientes.
Experiencias sobresalientes
“La experiencia surgió hace cuatro años, en la Institución Educativa Winnipeg, sede Charguayaco. Nosotros tenemos todo lo que corresponde a la comprensión y producción textual. Este año vamos a sacar nuestro tercer libro que es de crónicas laboyanas. Ya hemos sacado dos libros que son producciones de los propios chicos del corregimiento de Charguayaco y lo que tiene de especial esta experiencia fuera de que son productos de los chicos, es que son totalmente artesanales. Los chicos son los que cosen los libros, los refilan, y hacen las propias carátulas”, informó María Eugenia Ortiz , educadora.
Señaló que son obras “únicas”, que ha habido una mayor comprensión lectora y su I.E. se ubicó de quinto mejor colegio oficial a nivel departamental. Y figuró entre los primeros 100 mejores a nivel departamental.
“Lectura crítica fue el promedio más alto. Entonces este proyecto evidencia lo que estamos haciendo. A parte de eso sacamos este año nuestra primera publicación de periódico y ahí está compilado todo lo que hacemos en el colegio”.
Comentó que el primer texto fue una antología de literatura española, el segundo cuentos, y este año son crónicas de Pitalito.
Hay relatos acerca de café, cerámica, la laguna Guaitipán y Pitalito a nivel general, agregó.
“Estamos en un territorio cafetero, entonces son los papás quienes cuentan las experiencias y a partir de eso, ellos narran”, expresó María Eugenia Ortiz.
Resaltó finalmente, que este año la experiencia fue socializada Grecia.
“Tuvimos la grandiosa fortuna de que nos aceptaran la ponencia de la experiencia en la Universidad de Atenas en Grecia. Entonces Pitalito está sonando por todo lado”.
De otro lado, Nancy Yaneth Herrera Cano, Educadora Winnipeg Principal, dio a conocer su experiencia significativa que según narró, nació hace más de 10 años.
“Cuando yo trabajaba en la zona rural en barranquilla, los niños no hacían mayor cosa porque no se podían regresar a sus casas. Se acostaban en los bultos de café. A mí me preocupaba verlos ahí así que me ponía a leerles cuentos e historias, y a ellos decían profe no vayamos a clase y quedémonos aquí. A la semana siguiente llevé dos cojines de mi casa para sentarme yo, entonces me preguntaron que ellos también podían hacerlo. Y ahí comenzó la historia”.
Al poco tiempo, Herrera Cano fue trasladada a la Winnipeg Principal en Pitalito, donde observó que las necesidades eran diferentes porque se trataba de jóvenes, por ende, innovó un poco su proyecto.
“Yo comencé a organizar un recital artístico y poético. Allí ellos plasman todo los que les pasa a nivel de violencia y conflicto familiar por medio de poemas y teatro”.
“Es un espacio donde uno puede sentirse uno solo con el libro. Estos espacios hacen que nos den más ganas de estudiar porque son didácticos y donde podemos ser libres”, anotó una de las estudiantes que hace parte de la experiencia.