Directora de la CIA detalla prácticas de tortura realizadas bajo su supervisión en 2002
En una serie de cables desclasificados y hechos públicos ayer, se relatan procedimientos como utilizar sospechosos encapuchados, desnudarlos, ponerles grilletes o someterlos a confinamiento solitario.

Internacional - EFE.
La actual directora de la CIA, Gina Haspel, informó de forma detallada sobre prácticas de tortura física ejecutadas bajo su supervisión, incluido el ahogamiento simulado de un supuesto terrorista de Al Qaeda, cuando era jefa de una base de la agencia de inteligencia en Tailandia en 2002.
Según detallan cables desclasificados hechos públicos ayer, escritos y autorizados en su día por ella misma, la CIA llevó a cabo interrogatorios a sospechosos de terrorismo con técnicas de tortura similares a las que se practicaron en la cárcel de Abu Ghraib en Irak: sospechosos encapuchados, desnudos, con grilletes y confinamiento solitario.
Los cables fueron obtenidos por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad de Georgetown después de emitir una solicitud de publicación amparada por la ley estadounidense.
Las prácticas de ahogamiento simulado son un crimen de guerra según el derecho estadounidense y el derecho internacional, que se remonta al procesamiento estadounidense de soldados japoneses por torturar a prisioneros de guerra de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial.
La mayoría de los cables, que se supone han sido escritos o autorizados por Haspel, aunque son gráficos y descriptivos, ofrecen una narración fría y concisa del tratamiento que se le dio al presunto miembro de Al Qaeda Abd al-Rahim Al Nashiri.
Al Nashiri, un saudí acusado de planear el atentado explosivo en el año 2000 contra el destructor USS Cole de la Armada estadounidense frente a las costas de Yemen, admitió su participación en el complot durante las duras sesiones de interrogatorio, según los cables. Si bien reveló haber sabido de complots frustrados contra barcos en el estrecho de Ormuz, no parece, al menos en las partes legibles, que tuviera conocimiento constante de los planes de Al Qaeda.
Las informaciones de inteligencia describen gráficamente los intentos, a menudo violentos, de los interrogadores para obtener información sobre posibles ataques futuros contra Estados Unidos por parte de Al Nashiri, pero pese a la violencia, el preso nunca confesó ser conocedor de ellos.
El saudí se encuentra confinado en la cárcel de Guantánamo desde 2006. Haspel se enfrentó a un intenso interrogatorio por parte de los senadores durante sus audiencias de confirmación para dirigir la CIA, especialmente en lo relativo a su vinculación con este tipo de prácticas.
La directora de la CIA prometió ante los senadores que no recuperaría estas prácticas de tortura mientras liderase la agencia de inteligencia.
Un nombramiento cuestionado
Cuando el Presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la salida del actual director de la CIA, Mike Pompeo, para asumir como secretario de Estado, por lo que sería reemplazado por Gina Haspel.
Llovieron toda clase de críticas. Por un lado, pues se trataba de un hecho histórico, ya que era la primera vez en que una mujer lideraría la agencia de inteligencia norteamericana.
Gina Haspel se unió a la CIA en 1985 y ha servido en puestos en todo el mundo, pasando gran parte de su carrera como agente encubierto. También ha sido directora adjunta del Servicio Nacional Clandestino de Inteligencia Extranjera y Acción Secreta, jefa de Gabinete del director del Servicio Nacional Clandestino y del Centro Contraterrorista.
Así, el punto más alto en su carrera, hasta ahora, ocurrió en febrero de 2017, cuando Mike Pompeo la nombró en la vicedireción de la entidad, convirtiéndose de esta forma en la segunda mujer en asumir ese cargo.
No obstante, en el momento de su nombramiento a mediados de mayo, fue comentada la acusación en su contra por presuntamente ordenar el uso de tortura en interrogatorios secretos. Según publicaciones del diario The Washington Post, Haspel fue responsable de una prisión secreta ubicada en Tailandia en 2002.
En ese centro de detención, según el matutino, "por lo menos dos detenidos", identificados como Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri, "fueron sometidos al 'submarino' y otras técnicas de interrogatorio" que el propio Congreso estadounidense consideró equivalentes a torturas. Incluso, una de las víctimas estuvo al borde de la muerte.
Asimismo, de acuerdo a The New York Times, las sesiones se grabaron en video y las grabaciones se almacenaron en una caja fuerte que Haspel junto a otros directivos ordenaron que se destruyeran.
Las acusaciones de tortura y la destrucción de los videos no solo la atormentaron el año pasado, sino que también en 2013, cuando fue nombrada jefa interina del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, pero fue reemplazada en pocas semanas.
En ese momento, la senadora demócrata por California Dianne Feinstein, que formaba parte del Comité de Inteligencia del Senado, bloqueó la promoción de Haspel por "autorizar el uso de tormento físico a detenidos".
Una mujer en la CIA
El nombramiento de la agente resultó aprobado por 54 votos a favor, 45 en contra y un voto ausente. Seis legisladores del opositor Partido Demócrata votaron en favor de la funcionaria. En la víspera, había obtenido el voto favorable a su nombramiento en el Comité de Inteligencia en el Senado, donde a fines de mes había protagonizado una controvertida audiencia pública.
Durante esa audiencia, Haspel, con 33 años de trayectoria en la CIA, se había negado a condenar el uso de técnicas de tortura contra ciudadanos extranjeros bajo sospecha de ser "combatientes" contra Estados Unidos durante la llamada "guerra al terror".
Esas torturas fueron realizadas en centros secretos de detención que las fuerzas de seguridad estadounidenses mantenían en varios países del mundo.
En esa larga y polémica audiencia, Haspel incluso se había negado a pronunciar la palabra "tortura" y se refirió simplemente a un "programa de detención de interrogatorio".