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Economía/ Creado el: 2019-05-27 11:22 - Última actualización: 2019-05-27 11:23

Desempeño del PIB-real: primer trimestre 2019

Las principales sorpresas positivas del primer trimestre de 2019 provinieron de: i) la minería, impulsada por la mayor extracción de hidrocarburos y la relativa estabilidad en la extracción de carbón; y ii) las actividades financieras, con una cartera manteniendo expansiones aceptables del 3 % real anual.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 27 de 2019

Sergio Clavijo Vergara
Especial para Diario del Huila

Recientemente, el DANE reveló que el PIB-real de Colombia se habría expandido a un ritmo del 2,8 % anual durante el primer trimestre de 2019 (vs. 2 % un año atrás). Esta cifra estuvo por debajo de las expectativas del mercado (3 %) y de las que tenía el Banco de la República-BR (3,2 %).

Sorprendió que el BR, utilizando un lenguaje más propio de gobierno que de banco central independiente, hubiera afirmado un par de semanas atrás que el PIB-real alcanzaría esa cifra del 3,2 % anual. Eso ocurrió cuando ya era evidente que el ISE del DANE venía a ritmos de solo un 2,7 % anual a febrero de 2019 y que el mes de marzo había enfrentado los negativos efectos de los paros indígenas en el sur del país.

Nótese que la cifra reportada por el DANE, del 2,8 % anual, ni siquiera alcanzó el valor-piso del rango de pronóstico de ANIF (3 % al 3,7 %) para este primer trimestre de 2019 (siguiendo la batería de “indicadores líderes” de tres meses atrás). Infortunadamente, este regular desempeño del PIB-real del primer trimestre viene a ratificar la debilidad de la demanda agregada, ahora conjugada con un deterioro de +1 punto porcentual (pp) en la tasa de desempleo nacional (enero-marzo), poniendo en seria duda la posibilidad de llegar a reducirla respecto del 9,7 % que promediara en 2018.

De ahí que ANIF hubiera discrepado de la conclusión de “desempeño satisfactorio” de la mayoría de los analistas, cuando el DANE dio a conocer, tres meses atrás, que el crecimiento había sido del 2,7 % durante 2018. Nuestra duda provenía del hecho de no haberse llegado siquiera al 3,1 % en 2018, cuando se tuvo a favor el efecto estadístico del recorte del -0,4 % en la cifra de 2017 (bajando del 1,8 % al 1,4 %).

Las principales sorpresas positivas del primer trimestre de 2019 provinieron de: i) la minería (+5,3 % observado vs. +4,4 % proyectado), impulsada por la mayor extracción de hidrocarburos (+5,3 %) y la relativa estabilidad en la extracción de carbón (-0,2 %); y ii) las actividades financieras (+5,5 % observado vs. +3,9 % proyectado), con una cartera manteniendo expansiones aceptables del 3 % real anual.

Las sorpresas negativas sectoriales provinieron de: i) el sector de la construcción (-5,6 % observado

  1. +2,7 % proyectado), donde el repunte de las obras civiles (+8,5 %) no logró contrarrestar la marcada contracción de las edificaciones (-8,8 %); ii) el agro (+1,4 % observado vs. +2,4 % proyectado), afectado por la producción cafetera (-1,9 %) y el poco dinamismo en los cultivos de arroz, papa y yuca; y iii) el sector de servicios sociales (+3,3 % observado vs. +5,4 % proyectado), con menores ejecuciones presupuestales que un año atrás, dada la estrechez fiscal.

Como lo decíamos, este rebote económico del primer trimestre es insuficiente y pone en duda la posibilidad de llegar a crecer al 3,3 % en 2019. Juegan en contra la alta incertidumbre global, por cuenta de la guerra comercial, y, a nivel local, el nuevo desplome del Índice de Confianza del Consumidor (-9 en abril frente a un histórico promediando un +10), además del deterioro del mercado laboral, con el desempleo promediando un 11,8 % en enero-marzo de 2019 (+1,1 pp respecto de un año atrás), ver gráfico 1.

Este mal comportamiento del desempleo es atribuible, en buena medida, al error de haber incrementado el SML a ritmos del 6 % para 2019 (desbordando en 2 pp lo sugerido por la “Regla Universal”). Además, luce cada vez más difícil que el mercado laboral colombiano pueda continuar absorbiendo casi la mitad de los dos millones de inmigrantes venezolanos.



Análisis por el lado de la oferta

El crecimiento de la economía en el primer trimestre de 2019 estuvo liderado por: i) las actividades financieras (+5,5 % vs. +4,9 % un año atrás); ii) la minería (+5,3 % vs. -3,5 %); y iii) el comercio, transporte y turismo (+4 % vs. +3,9 %), ver gráfico 2. En el caso de las actividades financieras, la aceleración del crédito de consumo (7,1 % en marzo vs. 5,3 % un año atrás) vino a compensar el nulo crecimiento de la cartera comercial.

La minería estuvo halada por la mayor producción de hidrocarburos (5,3 %), destacándose el incremento en la extracción petrolera, a ritmos de 900 Mbpd durante el primer trimestre del año. El comercio, transporte y turismo logró mantener crecimientos del 4 % anual, liderado por el rubro de comercio (4,3 %). Falta ver la magnitud del efecto estadístico positivo de la Semana Santa, que en esta ocasión se contabilizará en abril.

Una de las grandes preocupaciones continúa siendo el colapso del sector de la construcción (-5,6 % vs. -0,9 % un año atrás), siendo el único sector con registros negativos en este arranque de año. Particular análisis requiere la situación de las edificaciones (-8,8 %), pues el área causada (-12,9 %) es señal de que la llamada “purga de la sobreoferta” en segmentos No-VIS, comercial y de oficinas aún es lenta. El parte positivo del sector de la construcción estuvo por el lado de las obras civiles (+8.5 %), con especial impulso proveniente de las obras de infraestructura relacionadas con minería, sector eléctrico y tuberías de transporte (+15 %).

Tal como cabía esperar por cuenta de las restricciones fiscales, el panorama de los servicios sociales (3,3 % vs. 4,5 %) no luce promisorio este año. Se tienen menores disponibilidades para el sector salud y el componente de administración pública-defensa (+2,7 % anual) se desaceleró al postergarse los reajustes salariales para el segundo trimestre del año.

A lo largo de 2019 se estarán restando impulsos fiscales a la economía por cuenta del congelamiento presupuestal de unos $7 billones (0,7 % del PIB). Este ha sido el costo fiscal tras el fracaso de la Ley 1943 de 2018 en su intento de expandir la tributación del IVA a la tasa del 19 % en sectores clave de la economía. Y aún falta por evaluar el drenaje tributario adicional resultante del Plan Nacional de Desarrollo, por ejemplo, al bajar el IVA del combustible del 19 % al 5 % (estimado inicialmente en un -0,3 % del PIB).

Las actividades empresariales (3,3 % vs. 7,3 % un año atrás) también se vieron afectadas por la caída del precio del petróleo en el último trimestre de 2018 (bajando de US$85/barril-Brent a US$55). Este efecto seguramente continuará a lo largo de 2019 si se consolida nuestro pronóstico de un precio promediando US$67/barril-Brent a lo largo del año (vs. los US$71 observados en 2018).

El sector de electricidad-gas-agua (3,1 % anual vs. 2,3 % un año atrás) mostró una ligera aceleración, mientras que la industria (+2,9 % vs. -2,1 % un año atrás) exhibió un rebote importante. El haber experimentado ritmos de devaluación del 10 % anual durante este primer trimestre (vs. apreciaciones del -2 % anual un año atrás) seguramente ha ayudado a promover la producción local y a estimular en algo las exportaciones industriales. De hecho, este fenómeno parece estarse acentuando durante este segundo trimestre, lo que permitiría que la industria logre consolidar expansiones del 3,5 % - 4 % anual a lo largo de 2019.

Por contraste, el sector agropecuario no ha tenido un buen arranque de año (+1,4 % anual vs. +1,7 % un año atrás), pues la mayoría de sus cultivos muestra problemas de rentabilidad. La situación cafetera ha generado particular atención social y presupuestal, pues a pesar de los apoyos para mantener la carga por encima de los $715.000, ya se observa que su producción se ha mermado (-1,9 %). La sobreoferta global proveniente de Brasil y Vietnam no permite pronosticar precios internacionales por encima de los US$1,15 y será más bien la devaluación peso-dólar (arriba comentada) la que estará compensando los ingresos cafeteros.



Análisis por el lado de la demanda

La demanda interna se aceleró hacia el 3,6 % anual durante el primer trimestre de 2019 (vs. 3,3 % un año atrás). Esto como resultado del mayor consumo privado (4 % anual vs. 3,5 % un año atrás), aunque este ritmo luce poco sostenible por cuenta del alto endeudamiento de los hogares (38 % de su ingreso disponible) y del deterioro del mercado laboral. La inversión (FBKF) mostró algo de rebote al crecer un 2,8 % anual (vs. 0 % un año atrás), a pesar del retroceso del sector de la construcción como un todo, ver gráfico 3.

En línea con las afugias fiscales, el consumo del gobierno exhibió una marcada desaceleración al crecer solo un 2,6 % anual (vs. 4.4 % un año atrás). Esto ratifica los bajos “impulsos fiscales” (antes comentados) por cuenta del congelamiento del gasto público.

En el frente externo, los volúmenes importados registraron un marcado crecimiento del +13,7 % anual durante el primer trimestre de 2019 (vs. +1,4 % un año atrás). Allí repuntaron tanto los bienes de consumo (especialmente combustibles) como los bienes de capital. Los volúmenes de bienes exportados se aceleraron hacia el +3,6 % anual en este primer trimestre (vs. -0,6 % un año atrás), siendo notorias las mayores exportaciones de petróleo.

Conclusiones

Hemos constatado una modesta recuperación del PIB-real de Colombia durante este primer trimestre, a ritmos del 2,8 % anual. Pero esta cifra se queda aún corta respecto de las expectativas que tenía ANIF (3,4 %). De hecho, dadas las complicaciones internacionales y de nuestro mercado laboral, se está poniendo en duda la posibilidad de llegar a consolidar crecimientos del 3,3 % durante este 2019.

La mayor devaluación (actualmente a ritmos del 11 % anual en lo corrido del año) está dando impulsos de mayor crecimiento al sector industrial, el cual tiene ahora perspectivas de lograr expansiones del 3,5 % - 4 % a lo largo de 2019. Sin embargo, en el sector agropecuario estos impulsos cambiarios tan solo están ayudando a compensar problemas de rentabilidad y bajos precios internacionales. Para la economía como un todo, devaluaciones sostenidas a estos ritmos del 11 % anual podrían generar problemas de inflación de costos y obligar al BR a apretar la postura monetaria durante el segundo semestre. En particular, ANIF pronostica que el BR estará incrementando su tasa repo desde el actual 4,25 % hacia el 4,75 % (+50 pb) antes de finalizar 2019.

Por el momento, ANIF mantiene su pronóstico de crecimiento del 3,3 % para el año 2019 (como un todo), aunque ahora tenemos un sesgo bajista por cuenta de los factores relacionados con la guerra comercial internacional, la baja en los precios del petróleo y las complicaciones de nuestro mercado laboral. Varios bancos internacionales ya han recortado su pronóstico desde niveles del 3,5 % hacia cifras más cercanas al 3 %, por todas estas razones.

Sectorialmente, hemos ajustado nuestras proyecciones para las actividades financieras (elevándola del 4,5 % al 5,1 %) y la construcción (reduciéndola desde el 2,9 % hacia un 1,1 %), ver gráfico 4.

* Director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF). Este artículo contó con la colaboración de Carlos Camelo.