Real Madrid sigue siendo el rey en España
Con golazos de Di María y Bale, los merengues se hicieron fuertes en Mestalla y terminaron llevándose el título a casa.

Los de Ancelotti fueron mejores y con ventaja en el marcador fueron capaces de sentenciar un partido que parecía complicarse.
Los dos grandes de España y Europa volvían a cruzarse en una final de la Copa del Rey tres años después y de nuevo Valencia era el escenario para presenciar uno de los espectáculos futbolísticos más importantes del mundo. Da igual qué tipo de partido sea, da igual el torneo, el escenario, cuando se enfrentan Barcelona y Real Madrid, y más en una final, la importancia crece y la trascendencia del choque llega a su máximo esplendor.
El inicio de la Semana Santa no pudo ser mejor para los merengues, pero antes del juego, el primer enfrentamiento lo provocaron los propios aficionados con sus cánticos y sus muestras de apoyo a sus equipos y la afición blanca pareció llevarse este primer premio previo al gran espectáculo que se presagiaba en el terreno de juego.
El Barcelona, tras caer eliminado en la Champions League y tras pinchar ante el Granada en Liga, encaraba el partido con la necesidad de lograr un título que podría ser el único de la temporada. Los problemas de lesiones hicieron que Bartra forzara para no dejar a la zaga sin especialistas, y con Puyol en el banquillo de escudero. Por su parte el Real Madrid, que vive con alzas y bajas constantes, llegaba a la Final en uno de los momentos altos, segundos en la liga y en las semifinales de la Champions League, pero la baja de Cristiano Ronaldo dejaba un vacío en el equipo que parecía difícil tapar.
Un primer tiempo enredado
El partido comenzó poco preciso, con nervios y el Real Madrid se impuso al Barcelona, que no era capaz de hacerse con el balón y por tanto controlar el juego. Eso lo aprovechó Bale que tuvo dos llegadas con peligro antes de que el Real Madrid se adelantara a los diez minutos. Fue un robo de balón de Isco, que le dio la pelota a Bale. A toda velocidad combinó en la banda izquierda hacia Benzema que de primera se la dejó a Di María y este remato la pelota cruzada a la izquierda de la portería del Barcelona y convirtió el primer tanto.
A medida que iban transcurriendo los minutos el Barcelona conseguía hacerse con la pelota sin imponer su juego, le faltaba profundidad y ritmo, pese a que el Real Madrid juntó sus líneas y bajó la presión inicial. El primer remate entre palos de los el ‘Tata’ Martino, llegó a los 23 minutos tras un centro por la derecha de Alves que remató Jordi Alba a las manos de Casillas.
Un segundo tiempo con goles
La segunda mitad arrancó con el mismo guion que se vio en la primera mitad. Los del Tata seguían buscando su identidad en el campo, pero las cosas no acababan de salir. A medida que pasaban los minutos la posesión del Barça iba creciendo, su presencia en las inmediaciones del área blanca iban incrementando. Y el Madrid seguí atrás, esperando sus oportunidades y cada posesión parecía llevar pólvora.
Pero la pólvora parecía mojada. Primero fue Bale por dos veces quien pudo ampliar la diferencia, Ramos de cabeza, Benzema al palo y gol anulado a Bale en el minuto 21. Parecía que el segundo estaba a punto de caer, pero sólo un minuto después llegó el gol del Barcelona de la única manera que no se podía esperar. Saque de esquina desde la izquierda de Xavi y remate de cabeza de Bartra, que ganó la posición a Pepe, y metió el balón por el lado derecho de la portería de Casillas.
A partir de ahí todo podía pasar, el gol hizo crecer al Barcelona y sacó a relucir el cansancio de los jugadores blancos y se fueron en busca de la victoria. Las llegadas, especialmente por la derecha, se hicieron constantes y aunque no había lanzamientos entre palos, se olía el peligro. Pero el Real Madrid no estaba muerto y una nueva contra, el balón cayó a Modric que disparó de nuevo al palo de la portería de Pinto y por poco festejan el segundo.
Un gol de cien millones
Gareth Bale estuvo muy participativo pero demasiado individualista, lo intentó en todo momento y obtuvo el premio en el mejor momento posible y con la velocidad como su arma principal. Una jugada de ataque del Barcelona por la izquierda acabó con la pelota en los pies de Coentrao que jugó con el galés que se encontraba en mitad de cancha, se giró y se echó la pelota al frente e inició la carrera.
Bartra hizo todo lo que hay que hacer para detener a cualquier jugador, a cualquiera menos a Bale. Le empujó mucho más allá de los límites del campo, pero el galés ya había iniciado el turbo y no le costó ganar en velocidad para recorrer casi cincuenta metros y quedarse delante de Pinto. La definición fue la mejor, tiro el balón mordido y por debajo de las piernas de Pinto. El galés llevó al Madrid a la gloria cuando faltaban cinco minutos para acabarse el partido.