60 minutos de lucha, en la calle y en la cancha
Juldor Andrés Ballesteros es un joven amante del fútbol, deporte que entrena en el Club Deportivo Real Neiva. Pero, para poder practicar el balompié, disciplina deportiva que ama realiza grandes esfuerzos, camina 60 minutos de su casa hasta el lugar de entrenamiento y además vende periódicos. Su vida es una lucha constante, en la calle y en la cancha.

Viene un balón a media altura, de esos que estorban y con los que no se sabe qué hacer, si despejar o controlar. Juldor Andrés Ballesteros, uno de las tres defensas centrales con que juega el Club Deportivo Real Neiva, rechaza a medias en el primer intento, en el segundo logra hacer un despeje que se convierte en un gran pase para uno de sus compañeros.
Juldor no es muy alto, tampoco es muy técnico, pero esto no le impide ser uno de los referentes de su equipo, ya que la garra y las ganas de seguir adelante sirven de ejemplo para los demás jugadores.
Un camino muy largo
60 Minutos, es lo que debe caminar Juldor todos los martes, miércoles y jueves desde el barrio Nueva Granada, situado en el Suroriente de Neiva, hasta la cancha de fútbol del parque la Rebeca ubicada en el barrio Rojas Trujillo.
El sol inclemente y abrazador se convierte simplemente en el compañero de camino para Ballesteros, el tramo es largo y cuando camina solo le es aburridor pero la distancia y los obstáculos no impiden que este joven de 17 años llegue a su destino, a disfrutar del deporte, al hacer lo que más ama: jugar al fútbol.
La Nº 9 del Inter
Faltan unos minutos para las 4:00 de la tarde y Juldor llega al campo de entrenamiento, descansa un momento en las gradas del escenario deportivo, luego, toma un poco de agua de una manguera con la que riegan algunas plantas del parque.
Sin perder mucho tiempo luego de hidratarse, el joven saca de su bolso unos guayos azules los cuales se calza con rapidez, en seguida toma con sus manos su más preciado tesoro, una camiseta del Inter de Milán con el número 9 y el apellido del crack brasileño Ronaldo en su espalda.
El 9, número poco común en un defensa y menos con el apellido del máximo goleador en la historia de los mundiales, pero eso a Juldor no le importa, él a diferencia de algunos jugadores no se sueña superando al fenómeno, (Ronaldo), él solo sueña marcando a su ídolo.
Más de un esfuerzo
Caminar una hora de su casa al entrenamiento durante más de una hora no es el único esfuerzo que Ballesteros hace por amor al fútbol, cada partido debe pagar una cuota de arbitraje e hidratación, para esto el joven futbolista trabaja todas las mañanas vendiendo periódicos en las calles de la ciudad.
A algunos les daría pena, otros simplemente no lo harían, pero para Juldor esto no importa, para el jugar fútbol lo es todo, su sueño es llegar a ser un profesional y si tiene que ser voceador durante más tiempo para practicar este deporte sin duda lo hará.
El Club Deportivo Real Neiva es el nombre de la escuela de formación deportiva a la que asiste Ballesteros y aproximadamente 24 jóvenes más. Donde día a día deben cumplir las responsabilidades asignadas por Gustavo Peña su director, entrenador y creador del Club.
Este proyecto deportivo comenzó como parte de un sueño de Peña de ser director técnico de fútbol, pero además con el objetivo de ayudar a jóvenes, a ocupar su tiempo libre en una actividad física, alejarlos de los vicios y sobre todo formar personas de bien para la sociedad.
Una ayuda deseada
Gustavo desearía ayudarles a los integrantes del Club, pero su condición económica y la de su equipo no es muy favorable, él es un joven de 22 años estudiante de noveno semestre de Educación Física de la Universidad Surcolombiana y aunque ha tocado puertas mostrando su proyecto, ha contado con muy poco apoyo.
Contaron con el respaldo de una cooperativa, con la condición de que los jugadores pagaran una mensualidad a esta, pero algunos no pudieron hacerlo por la situación económica y los padres de otros no ven el fútbol como una opción de vida y por esto no apoyan a sus hijos.
El material de trabajo del Club tan solo son: 8 conos de entrenamiento y un balón de fútbol, al cual se le tiene que echar aire antes de cada entrenamiento, por estos motivos la iniciativa deportiva ha estado a punto de acabar, pero el esfuerzo de jóvenes como Juldor motivan para continuar con este proyecto deportivo.
Especial William Cardozo
Para Diario del Huila