domingo, 20 de julio de 2025
Cultura/ Creado el: 2014-07-21 10:42

Rock al Parque soy yo

En las entrañas de Rock al Parque es común encontrar un imponente ejército negro y de filas rotas si es sábado; crestas y rastas el domingo y lunes, pero sin falta, durante los tres días del festival, allí estará Radioloco.



Escrito por: Redacción Diario del Huila | julio 21 de 2014

JUAN GUILLERMO SOTO

Él ya estaba adentro, el boleta, el intrépido, el atrevido y exhibicionista de nada malo, el loco, el “Duracell”, el que anda solo y no mira a nadie (y no es metalero), el que disfruta sin parar los tres días del festival de rock más grande de Latinoamérica (y no es rockero), el guerrero de la vida sencilla, o el "bombril" de papá y mamá, del sistema capitalista y su hermético concepto de trabajo; el verdadero patriota, la esencia de rock al parque por cuanto representa una buena porción de los valores que se tejen en este festival, ¡hey, loco! le grité desde la fila sin abrir mi boca, ¡ya voy, loco!, ¡ya voy!, de hecho le venía gritando desde que venía en el bus, aún a varias cuadras del parque Simón Bolívar, desde donde ya sentía las vibraciones de la percusión, el sonido del bajo como golpes secos de boxeador en la cara y el de las guitarras como gritos al unísono de un ejército de hormigas: ¡música!, pisadas de un gigante que se iban fragmentando, a medida que avanzaba, en cientos de pisadas, miles, decenas de miles, ¡ya voy, loco! le grité a rock al parque sin saber que le gritaba también a él, al tipo que aún no conocía y que ya estaba adentro, en el corazón del escenario Plaza del parque metropolitano Simón Bolívar, bailando, esperando la mirada de una cámara de video o fotográfica, en el peor de los casos esperando una entrevista mía.


Eran las 12:30 del medio día. Adentro ya tocaba la primera banda y yo seguía en la fila con mi escarapela de periodista colgada en el pecho. "¡Qué tipo más estúpido!", llegué a escucharle a alguien, "el tonto de la escarapela no sabe que puede entrar breve por el otro lado, sin hacer fila". Yo lo sabía, pero igual decidí hacer la fila que bien parecía una larga serpiente negra, silenciosa, imponente, en realidad inofensiva. Y es que tenía que ser negra, puesto que era sábado, primer día de Rock al Parque dedicado cien por ciento a los metaleros y a la puesta en escena de sí mismos: rostros pálidos, algunos firmes y fuertes como piedras, ropa negra y ajustada, cabellos largos porque sí, o ¿por qué no?, eso sí bien conservado, como su elevado narcicismo y egolatría, producto de saberse fervorosamente conocedor de su mundo, y si no de lo que quieren, al menos sí de lo que les gusta; ¡metal!, ¡metal!, ¡metal!, grupos de amigos casi-hermanos unidos por el gusto y algunos por verdadero amor, obsesivo amor por el metal, ¡ya voy, loco!, al fin a unos metros de la entrada, zapatos en la mano, la parte crítica, tres anillos de seguridad de la policía donde se hacen montañas de chapas, cigarrillos, botellas, comida, encendedores, correas, sombrillas, uno que otro moño de mariguana y otros artículos retenidos que de igual forma encuentras adentro a un mayor precio o gratis y tibios, para quienes logran pasarlos en la entrepierna por los tres anillos de seguridad, ¡qué lleva ahí! Mi cabello, oficial, es sólo mi cabello, es que tengo harto. Y es entendible la desconfianza de ′los verdes′ puesto que algunas melenas, como la de los rastas, resultan toda una caja de sorpresas, ¡siga!, ¡siga!, me dice el oficial con “ternura”. Una vez adentro, después de ponerme los zapatos, contemplo la inmensidad del escenario Plaza, los puntos negros que poco a poco empiezan a poblarlo, la ola de metal con la que Withering Void ya atraviesa hasta las sombras de los asistentes cobijados por un sol desesperadamente brillante, una de esas tardes que los capitalinos suelen llamar bella, entonces allí parado no supe qué hacer. Decidí sentarme en una grada y fumar un cigarrillo, tibio. Fue cuando lo vi, allí estaba, como todos los años, como en todos los lugares donde ya es común su presencia, el punto blanco en medio de la cada vez más grande mancha negra, la representación de una idea, encarnada en alguien, la idea de gozar Rock al Parque, un espacio donde convergen muchas culturas juveniles (de las que mucho ya se ha dicho y hoy nada agregaré), y donde tal vez salga humo “aromatizado” de algunas de las 266 mil bocas que gritan y cantan en este festival, pero en esencia, en este espacio prima es la intención de disfrutar de la música, de exponerse sin miedo, entre la gente y con la gente, así vayas solo, así no hables con nadie, así seas un punto negro más o tal vez uno blanco, cómo él; en Rock al Parque no existen los locos, ni los “loquitos”, aunque muchos insistan en parecerlo, ¡hey!, ¡sí!, ¡hola!, ni siquiera radioloco es tan loco, ya verán, ¿cómo es su nombre?

Un No rockero en Rock al Parque…

Mi nombre es Jhon Fredy Gómez Ibarra, sí, me gusta toda la música, la que sea: rod, ji-job, la metálica, pero la que más me gusta es la de rod y la metálica. Yo trato de estar en todos los eventos, cuando es gratis, todos, en serio, pero cuando es por la noche me gustan pero no me gusta estar, me gusta así, de día, y bailo toda la tarde, yo llego a las doce y a las 6 y 30 me voy, no me gusta estarme tarde cuando está saliendo el público porque se congestiona todo eso, yo salgo y me voy a coger carro rápido; igual yo les aviso a mis papás a qué horas voy a llegar, ya tengo celular de los baratos, de los pobres, que me regaló mi prima, pero no lo traje porque creí que no lo dejaban entrar… Yo trabajo de lunes a viernes reciclando por ahí, cartones, periódicos también, y por ahí en el centro yo me la paso, sí, llego todos los días a las 5 y 30, donde queda City Tv, al lado del banco de la república, me voy trotando, doy vuelta por todo el batallón de la guardia presidencial, todos esos soldados me conocen por allá, llego y ahí le hago mandados a la gente, y me dan moneditas, a veces billetes de dos mil. Algunos me dicen loco, radioloco, sí, radioloco, porque siempre ando con un radiecito pequeño aquí colgado; acá como no dejan entrar eso, yo siempre ando escuchando noticias pa ver dónde pasó algo, dónde hubo un evento, una tragedia, entonces yo corro pa´lla pa ir y metérmele a las cámaras, sí, sí señor, a mí me gusta metérmele a las cámaras, me gusta y eso que no me pagan y a veces me tratan mal, les molesta porque supuestamente les daño el trabajo, y yo digo bueno, el día que salga yo vulgar, haciendo con el dedo pa´rriba, así, pues ahí sí pueden regañarme y sacarme a patadas porque hay mucho niño viendo televisión, y estarían viendo un mal ejemplo de mí. A mí no me da pena decir la verdad, a mí todavía mis papás me dan la comida gratis a mí, ¿que a usted también?, bueno… y voy y hago mandados y ayudo a arreglar la casa y me siguen ahí sosteniendo. sí, ellos me han visto (los papás), yo les he contado a ellos que algunos periodistas me tratan mal porque me les atravieso mucho en las cámaras, que les daño el trabajo, entonces mis papás me dicen ya lo hemos visto mucho, deje a los periodistas en paz, carajo, déjelos descansar, así me dicen mis papás, sí, me dice cuando me ve por televisión "por ahí vi a un loco corrido de la teja con una banderita en la cabeza", y yo me quedo así... después papá me dice no, mentiras, es por molestar, al que vi fue a usted, el único loco que se le atraviesa a las cámaras es usted. Él se llama Jose Ricardo Gómez, ¿mi mamá? Lilia... ni me sé bien el nombre de mi mamá, Lilia... Duque, no me lo sé bien completo ¿que por qué? yo no sé por qué será, no me lo he aprendido bien, no, no tiene nombre raro, es Lilia, Lilia... Duque, no me acuerdo más el nombre completo, no le he visto bien la cédula, pero no es raro, no es raro el nombre, yo soy un poco desmemoriado, así, desmemoriado, hice hasta quinto de primaria apenas, no serví para el estudio, entonces me dediqué a trabajar, a vender por ahí... primero chicles, cigarrillos por ahí en los semáforos, ya hace como dos años que no volví a vender eso, ya me volví amigo de los del centro, entonces ya me regalan moneditas pa los pasajes, tomo por allá tintico, pan, llego a la casa y me pongo a ver televisión…

(¡Rock al Parque!, ¡Vida, Máximo Respeto!, un espacio de derechos en una ciudad…) 


Mis papás me dicen que por ahí hay mucha mariguana, ¡no vaya por allá!, les da miedo que me pase algo, pero ya me dicen haga lo que quiera, menos groserías. No, a mí no me gusta ni fumar ni ningún vicio, no le jalo a nada de eso, acá sólo vengo a bailar y de pronto a salir en la televisión, lo único que traigo es mi banderita; una vez casi no me la dejan entrar y yo les dije ¿por qué, yo me identifico es por la banderita!, entonces por ahí andaba un cabo o capitán que me reconoció y me dejaron pasar, ya me dejan entrar a todos los eventos, ya casi toda la policía de Bogotá me conoce, siempre que me ven me dicen ¡hola radioloco! y a veces me toman del pelo y me dicen ¡vaya ahí que allí está la televisión! y yo corro pa´lla y es mentira, ya no vuelvo a correr, es mentira, siempre que me ven me dicen allá está la televisión y ya sé que son mentiras, no corro. Ya muchos me han visto en televisión, algunos en caracol, otros en RCN, City Tv, me ven en todos los canales y siempre que hay estos conciertos, ¡uy, mire, empezó el otro grupo!, hay harta gente que se toma fotos con migo, me dicen que Rock al Parque soy yo, cuando estoy en el centro también, a veces, dicen que vienen de Pasto, Barranquilla, Valledupar, dicen que por allá me han visto en los noticieros y se toman fotos con migo, sí, tranquilo, tómela, no me molesta.

(Rock al Parque 2010, un espacio…)


¡Ah, no!, todavía no ha empezado. Yo voy a estos eventos desde hace tiempo, cuando estaba un programa que se llamaba variedades, lo dirigía Pacheco y el gordo Benjumea, desde eso vengo a esto, ese programa lo grababan y cada 8 días salía, ahí me miraba yo, bailando, pero sin bandera, ahí no la tenía, yo la bandera desde hace como 10 años que la comencé a utilizar, ¿Qué cómo hice? A mí me nació la idea primero, porque soy colombiano, y segundo porque la gente cuando me vea por ahí bailando, en la televisión, como soy el único que tiene la bandera la gente dice ¡ah!, éste es el que sale mucho en televisión, entonces por esas dos cosas, la gente me reconoce es por la banderita, ya tengo 10 de éstas guardadas, las compro cuando juega la selección Colombia, pero se le va borrando la palabra Colombia, sí, mire, las letras, ¿sí?, ¿le parece bonita?, a mi papá sí le molesta que yo salga con la banderita porque no le gusta que digan que el hijo es bobo; ya ve que todos me tildan de loco, pero eso a mí no me molesta, hay unos que sí me tratan mal, que les da rabia porque salgo mucho en televisión, entonces yo me desquito y también los trato mal, les digo, ¡métase el televisor por el…! les digo así, me da desesperación, cuando me hablan decente, así como usted, no me da rabia, me desespera cuando me tratan mal, ¡me siento mamado de ver a este bobo en televisión!, me dicen así, entonces yo también les contesto ¡yo no lo estoy obligando a que me vea! Sí, eso pasa, como este tipo que repite y repite ¡Rock al Parque!, vida, respeto  y no sé qué, pero nada que empieza el grupo… ah, ya, ahora sí. ¡Claro! esa música también me gusta (se refiere a la música de Cuentos de los hermanos grind, la banda de enmascarados que en ese momento iniciaba su presentación), pero a mí no me gusta meterme ahí donde se dan patadas, eso no, me gusta solito, así, bailar solito, esos allá sí están más locos que yo.

No, yo soy de Concordia Antioquia, pero ya acá llevamos varios años, no recuerdo cuántos, yo tengo 41. ¿Mi papá?, es pensionado de la Policía, sí, claro, hartos policías me conocen, que trabajaban con mi papá, ya él está un poquito viejito, 77 años, sí, somos 4 hermanos, cuatro varones, ellos dicen que es muy loco lo que hago yo, pero no me tratan mal, si le gusta haga lo que quiera, me dicen, pero no vaya a meter vicio ni a ser grosero. Ellos trabajan, no me han dicho en qué, me dicen que soy muy sapo, ¡usted es muy sapo y de pronto nos hace matar!, pero no vaya a pensar mal, no es del DAS, nada de eso, ni de escoltas, nada de eso, más bien en empresas, cosas así.
¿Cómo? Jajaja, tuve una en Medellín. Ahora amigas. Yo sí quiero un matrimonio, tener hijos, pero así con ese desempleo, no tengo plata, cómo la voy a mantener. Con la de Medellín un mes duramos de novios, pero acá si no, nada, amigas; que me ven así como muy loco y que no, ¿quién se va a enamorar de un loco como usted? Me han dicho así varias chinas. Yo les digo mejor ser loco que loca ¿no? Jaja, sí, yo les digo así; yo soy loco pero por los pechos, y les hago así, por los pechos grandes de las mujeres, ¡yo no soy de esas…!, respete, me dicen entonces, jajaj, ¡oiga!, algunas personas que me han entrevistado yo les digo si pueden regalarme para una gaseosita, si pueden, si no dejemos así, porque sino tampoco lo voy a tratar mal, tampoco. Bueno, gracias. Yo vivo en Roma Kénedy, no digo más, hasta ahí, por seguridad. Bueno, chau, voy a seguir bailando. Chau.

Radioloco y su banderita se internaron en el corazón del escenario Plaza y yo con mi escarapela de periodista me senté en una grada. Pensé en Radioloco, en los interrogantes que dejan su historia y en toda la gente que viene a este festival. Concluí que Rock al parque no es Calamaro, ni Samael, ni los punkeros ni metaleros, Rock al Parque es una idea, una gran excusa para intentar soñar otra cosa; es ser otro en la puesta en escena de sí mismo y no traicionarse en el acto, es gozar y disfrutar de ese sueño, mientras dure, en el seno de la música. Radioloco tenía razón, Rock al Parque soy yo.