Armando amores con desamores
Reseña crítica del libro “Contigo en la distancia” de Carla Guelfenbein. “Es difícil conformarse con una vida así. Ordinaria. Las cosas extraordinarias son excitantes y nos llaman con sus trompetas y sus colores vivaces. Pero son frágiles. Se quiebran”. C.G.

¿Quién diría que una señora octogenaria que rueda escaleras abajo y permanece en estado de coma a lo largo de una narración pueda ser la protagonista de una novela, y que su estado de inconsciencia pueda ser la trama de un escrito? Pues, esto exactamente ocurre en el libro «Contigo en la distancia» de Carla Guelfenbein, quien así nos adentra en una bella historia que atrapa sentidos y mente a lo largo de 351 páginas. De la misma manera que enganchó y sedujo al jurado de Alfaguara que le otorgó, con mucha razón, su premio de novela 2015.
La trama gira, entonces, alrededor de esta señora, Vera Sigall, escritora muy reconocida por los años cincuenta, según ficción de la narración, y de la cual se aprovecha su tiempo de letargo para contar su vida, su obra literaria y para que Daniel, su vecino y confidente, dude de esa caída accidental y se lance en una investigación tendiente a determinar quién hizo trastabillar a la octogenaria escritora por las escaleras de su casa. Se da sus mañas, diestramente, Carla Guelfenbein para lanzarse en un thriller salpimentado de suspense que irremediablemente amarra al lector, contagiado también de dudas.
En un estilo narrativo atrayente, de buen uso del lenguaje, con un léxico exquisito pero sin rimbombancias transcurre el escrito. Se focaliza en sólo cuatro personajes, los cuales define y profundiza con minucia y efectividad. Encabeza cada capítulo con el nombre de uno de ello; escueto artificio que permite que estos hablen siempre en primera persona, haciendo más cercanos y creíbles sus puntos de vista, estado de alma, reflexiones y elucubraciones íntimas. Estos personajes son: Vera, la escritora; Daniel su amigo, vecino y gran admirador de la obra; Horacio un escritor reconocido quien fuera amante de Vera durante largo lapso; Emilia una peculiar chica franco-chilena que elabora una tesis de grado sobre Vera.
La escritora brasileña Clarice Lispector inspira el personaje de Vera Sigall, hay deliberadamente muchas características coincidentes; es también judía y de origen ucraniano, como los padres de Carla Guelfenbein, quien declara tener gran admiración por esta escritora y que la presente novela es su manera de rendirle homenaje póstumo.
La trama urdida es un interesante coctel de llamativos componentes: el adulterio, los plagios literarios, la mentira, los secretos bien guardados, las debilidades humanas, pero, sin duda, los principales ingredientes, los que dominan el sabor, son los amores y desamores que la escritora teje y desteje con buena maestría entre los personajes de la obra. Sutilezas, sorpresas, acciones, secretos destilados que, a no dudarlo, atrapan imparablemente al lector.
Sus personajes son reflexivos, de gran interioridad, construidos en un mundo que hierve en un caldo analítico de introspecciones, algunas de las cuales plasma en cortas y contundentes frases que empiezan con “pensé”:
“... en el gigantesco potencial destructivo que tiene la adversidad. El amor radica en la capacidad de resistirla junto al otro”.
“... en lo frágil que es la frontera que separa a los hombres decentes de quienes no lo son”.
“... que el olvido debía ser un rasgo evolutivo que habíamos desarrollado los humanos para sobrevivir”.
“... que la felicidad y el dolor iban juntos, y que no podíamos saber de antemano cuándo una u otro se saldría con la suya”.
Mucho podría decirse de Carla Guelfenbein, por ejemplo que sus inicios fueron como directora de modas de la revista Elle, a la que renunció para dedicarse de lleno a la literatura; que también, y como Vera Sigall –la Clarice Lispector velada–, su personaje principal, es de origen judío ucraniano; que cautivó al Nóbel Coetzee, quien tildó su prosa de “sutil, visionaria y humana”; que sus padres trabajaron para el asesinado presidente Allende y que por eso tuvieron que exiliarse por años en Inglaterra mientras sucedía la dictadura de Pinochet.
«Contigo en la distancia», cuya lectura recomiendo ampliamente, fue galardonada –tal como se indicó anteriormente– con el XVIII Premio Alfaguara de Novela, y el jurado se refirió elogiosamente a la obra como «Una novela de suspense literario construida con gran eficacia narrativa en torno a un memorable personaje femenino y al poder de la genialidad. La autora ha sabido entrelazar amores y enigmas con una escritura a la vez compleja y transparente». Buena lectura.